La presidenta de la asociación civil “Educadores Somos Todos. Educadores sin Fronteras”, Silvia Garza Garza, criticó que en las plataformas políticas de los candidatos a un cargo de elección popular no está contemplado el tema de la infancia e hizo énfasis en que la educación de los niños no puede estar a disposición de un color partidista.
“La educación debe tener una valoración por arriba de cualquier otro asunto, llámese incluso el político, que es todavía para sentirnos parte del problema, porque muchas veces, como ciudadanos, creemos que tenemos un montón de derechos, pero no tenemos obligaciones”, afirmó en entrevista con Proceso.
La activista, a favor de los derechos de los niños, instó a las personas que vayan a votar a que lean y conozcan las propuestas de cada candidato y reflexionen sobre cuál es la que quisieran implementar, pues eso también es una cuestión de educación.
“Pero, efectivamente, parece que aquí no pasa absolutamente nada si no se toman en cuenta estos aspectos fundamentales para un mejor desarrollo del país. Y es así, no solo necesitamos que los políticos estén a la altura de hacer propuestas que involucren a estos aspectos de mejora a la educación y protección hacia los niños”, añadió.
Garza Garza reconoció que los candidatos presidenciales no retoman el tema en las mesas de debate, cuando se habla de que a los niños se les va a transmitir la ideología, la forma de pensar, la cultura, y la vinculación con otros seres humanos.
“Eso sí es, para mí, un poco preocupante. Me preocupa que se ponga en tela de juicio el tema educativo, creo que no estamos en ese momento. Creo que lo que debemos hacer es apoyar, hacerles ver a los maestros lo importante que son para lograr un país con un mejor futuro y tener unos horizontes de igualdad como todos los mexicanos lo queremos y no estar de francotiradores diciendo que las cosas se hacen mal, porque hay muchos maestros que, claro, entregan su vida todos los días, como otros lo hacen muy mal”, dijo.
Es decir, apuntó la activista, los maestros deben transmitir la importancia de su labor y la necesidad de que se sumen a la propuesta de calidad educativa, a la exigencia al Estado para que destine más recursos para su capacitación y, así, mejorar la calidad de la educación.
La infancia en México
En una revisión a las plataformas políticas de los candidatos presidenciales y sus coaliciones electorales no se encontró ningún capítulo dedicado a la infancia en México, a pesar de que en el país hay 39.2 millones de niños y adolescentes, de los cuales, el 51.1% están en una situación de pobreza (9 de cada 10 niños que hablan alguna lengua indígena son pobres), de acuerdo con el Informe Anual 2017 de la UNICEF.
De estos 39.2 millones de niños y adolescentes, el 33.2% de entre 6 a 11 años tienen obesidad y sobrepeso; el 80% de los niños no alcanzan los conocimientos requeridos en su nivel educativo (más de 4 millones de niños y adolescentes no acuden a la escuela); el 20% de las niñas entre 0 y 5 años no tiene un desarrollo adecuado para su edad (65% de los niños no tienen acceso a libros infantiles, lo que incide en su futuro desempeño escolar).
Además, el 60% de los niños de 1 a 14 años han experimentado algún método violento de disciplina (8 de cada 10 agresiones a niños y adolescentes se dan en la vía pública).
“Uno de cada dos niños y adolescentes en México están en situación de pobreza; dos de cada diez están en pobreza extrema; dos de cada diez niños en zonas rurales presentan desnutrición crónica y afecta a 1 de cada cuatro niños que viven en hogares indígenas. En contraste, 5% de los niños menores de 5 años tienen obesidad al presentar un peso por encima del adecuado para su edad”, añade el informe.
Niños migrantes
El 23 de mayo, durante el foro “Pasos hacia la consolidación del Sistema de Protección a la Niñez Migrante en México”, el representante en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Jan Jarab, celebró que, en el debate de los presidenciables, todos los candidatos se pronunciaron a favor de una postura humanista e inclusiva hacia los migrantes no mexicanos que transitan por el país rumbo a Estados Unidos.
Sin embargo, destacó que el tema del respeto a los derechos de los migrantes cobra relevancia cuando se trata de niños y adolescentes, cuyos derechos son protegidos por la Convención de los Derechos del Niño hasta los 18 años de edad.
“Decenas de miles de niños migrantes pasan por el territorio de México cada año. Como lo documentó el anterior informe de la CNDH, muchos de ellos son los menores no acompañados que huyen de la violencia, de la inseguridad o porque quieren ser reclutados por las pandillas. Pero los niños acompañados, los niños que viajan con sus familias, muchas veces niños más pequeños, tampoco deben ser olvidados o tratados simplemente como pertenecientes a sus familias”, indicó en ese entonces.
De igual modo, criticó las llamadas “estaciones migratorias”, las cuales son instituciones de carácter carcelario, guardadas por hombres armados y no pueden ser calificadas de alojamiento que, en la terminología internacional, se llama “detención migratoria”.
En este contexto, mencionó la armonización de la ley migratoria y la ley de refugio con la ley de derechos de niños, niñas y adolescentes, que fue adoptada por el Senado en esta legislatura y que, lamentablemente, no fue aprobada por la Cámara de Diputados, a pesar de los llamados de cuatro agencias de la Organización de las Naciones Unidas.
“Entonces: ¿verdaderamente queremos una política migratoria que no viole los derechos de la niñez migrante? ¿Se quieren implementar las recomendaciones de los mecanismos internacionales de derechos humanos, desde el Comité de los Derechos del Niño hasta el Comité de los Derechos de los Trabajadores Migratorios? Mis colegas Mark Manly de ACNUR y Christian Skoog de UNICEF ya mencionaron varias de las recomendaciones; yo mi limito entonces a reiterar unas pocas”, explicó.
En la sociedad mexicana hay una creciente sensibilidad hacía los derechos de los connacionales, los mexicanos en Estados Unidos, pero muchas veces falta de la misma sensibilidad hacía los derechos de los demás, sobre todo los centroamericanos. Sin embargo, el denominador común de la reacción no debería ser el nacionalismo, sino los derechos humanos, universales e indivisibles, destacó.
En 2017, 8 mil 907 niños y adolescentes mexicanos fueron repatriados desde Estados Unidos. El 82% correspondieron a adolescentes que viajaban solos.
El Instituto Nacional de Migración (INM) registró a 18 mil 300 niños y adolescentes extranjeros acompañados y no acompañados; el 96% provenían de Centroamérica. Los niños y adolescentes migrantes procedían principalmente de Guatemala (51%), Honduras (30%) y El Salvador (15%). Del total, 16 mil 162 fueron repatriados.
“En 2017 se presentaron 16 mil 162 eventos de retorno asistido a niños y adolescentes migrantes a sus países de origen. En 98% de esos eventos, el destino fue a algún país de Centroamérica”, agregó.
Violencia infantil
De acuerdo con el informe de la UNICEF, 6 de cada 10 niños y adolescentes han experimentado algún método violento de disciplina infantil en sus hogares; 1 de cada 2 ha sufrido alguna agresión psicológica por algún miembro de su familia; y 1 de cada 15 ha sufrido algún castigo físico severo como método de disciplina.
“La escuela y la vía pública son dos entornos donde suceden 8 de cada 10 agresiones contra niños y adolescentes entre 10 y 17 años; mientras el hogar es el tercer lugar donde los niños están expuestos a la violencia”, indica.
Proyecto proniñez
El 23 de noviembre de 2017, la organización “Educadores Somos Todos. Educadores Sin Fronteras” presentó un proyecto para intentar que los niños, a través de la cultura, cambien su percepción de la realidad que viven en comunidades violentas del país.
Se trató de un programa de sensibilización, capacitación, desarrollo y expresión artística cultural de teatro, literatura, música, cine y artes plásticas con el fin de generar una cultura de convivencia y armonía.
“A través del arte y la lectura se sensibilizará a las diferentes comunidades sobre las consecuencias sociales de los abusos, el maltrato y las inequidades sociales”, señaló la presidenta de la organización, Silvia Garza.
Por medio del programa “El arte de convivir: ante la violencia, actúa”, esta agrupación que nació en Monterrey, Nuevo León, en 2008, pretende erradicar la retórica de la violencia no asumida entre niños y jóvenes que viven en comunidades marginadas, rurales, polígonos de violencia e indígenas.
En 2016 presentaron este programa en el Congreso de la Unión y comenzaron a aplicar el proyecto en Yucatán y Durango. Se coordinaron con la Secretaría de Educación Pública y la de Cultura, así como los ayuntamientos de estos dos estados.
“Hay una cultura de la violencia en los niños y no está siendo asumida, lo cual es muy grave y muy triste”, indicó el catedrático Javier Ordoñez, profesor emérito de la Universidad Autónoma de Madrid.
Consideró que es necesario usar “las mismas herramientas que usa el crimen organizado”, como la retórica, la capacidad de persuasión y la identificación de problemas porque no se puede aplicar un programa que modifique la cultura de la violencia con otro tipo de cultura.
“Es un asunto muy complicado y difícil de enseñar a los niños a ser intolerantes hacia la violencia. Se trata de incorporar a los niños a la cultura, no que se les cuente un cuento, sino que sean los protagonistas de este cuento para ver hasta qué punto están involucrados en estos ambientes violentos”, mencionó.
No cambiará el contexto en el que viven los niños, si no se modifica la retórica sobre la violencia, agregó el catedrático español.
De acuerdo con las proyecciones del Consejo Nacional de Población (Conapo), en 2018 la población de niños en México ascenderá a 26 millones 548 mil cuatro niños, lo que representa el 21.3% de la población a nivel nacional. De ésta, el 49.8% corresponde al grupo de 0 a 5 años y el 50.2% de 6 a 11 años.
Para 2030, la población de 0 a 11 años alcanzará los 26 millones de personas, cifra equivalente al 18.9% del total de población. En el 2050, serán 24.9 millones de niños que representarán el 16.6% del total de la población.
“Se estima que, en el 2018, la entidad federativa con menor porcentaje de personas de 0 a 11 años de edad sea la Ciudad de México, con 16.6% del total de su población; en tanto que Chiapas será la de mayor porcentaje, con un 24.3%. Se proyecta que para el año 2030 estas entidades se seguirán manteniendo como las que menor y mayor porcentaje tienen de niños y niñas respecto a su población total, con un 14.9% para la Ciudad de México y un 21.3% para Chiapas”, indicó.
Los niños de 3 a 5 años, en 2018, ascenderán a 6 millones 613 mil 863 habitantes, lo que significa un 5.3% respecto a la población nacional. La demanda de educación primaria debe responder, en la actualidad, a 23 millones 315 mil 384 personas de 6 a 11 años de edad, de acuerdo con la Encuesta Intercensal 2015 del Inegi.
Esto, añadió la Conapo “invita a reflexionar sobre los desafíos pendientes y el pleno acceso a los derechos de la niñez mexicana. Uno de ellos son los embarazos en edades muy tempranas, así como los matrimonios y uniones infantiles, hechos que son una violación a sus derechos humanos porque repercuten negativamente sobre el desarrollo físico y emocional”.
Para Garza Garza, esta legitimización de la violencia hacia los niños es preocupante e invita a la reflexión, no solo de los políticos, sino de la sociedad en su conjunto.
“Y hay otro problema que tiene que ver con el abuso sexual. Es un problema muy silenciado. Es un tema presente, son conmovedores las muestras y los resultados que hemos tenido, a partir de un programa de literatura. A pesar de que este programa es preventivo han salido varios casos de abuso sexual y no somos conscientes de la dimensión del problema y las consecuencias que tiene, al día de hoy, para nuestro país”, añadió.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: ROSALÍA VERGARA (REPORTAJE ESPECIAL).
LINK: https://www.proceso.com.mx/536445/educacion-infantil-en-el-limbo-de-las-agendas-electorales