En un comunicado, la OIT recordó que en México hay 2.4 millones de personas empleadas del hogar, de las cuales 95 por ciento son del sexo femenino, lo cual significa que una de cada 10 mujeres económicamente activas se emplea como trabajadora del hogar, y a pesar de que el trabajo en este sector contribuye sustancialmente a la economía y al bienestar de millones de hogares del país, 97 por ciento no tiene acceso al sistema de salud pública ni a prestaciones laborales.
En México, apuntó la organización, la Ley del Seguro Social excluye explícitamente a las trabajadoras del hogar del acceso a la seguridad social obligatoria y de prestaciones como el uso de guarderías.
Por su parte, la Ley Federal del Trabajo considera la actividad en el hogar como un trabajo especial que se regula en un capítulo aparte, el cual permite que sean legales jornadas de 12 horas y restringe ciertos derechos laborales, lo que “constituye un inadmisible trato discriminatorio”.
Para contrarrestar estas desigualdades, la OIT adoptó en 2011 el Convenio 189 sobre trabajo decente para los y las trabajadoras domésticas.
“El Convenio reconoce el trabajo doméstico remunerado como un trabajo con derechos laborales y establece medidas para impedir el abuso y la explotación hacia este sector. Aunque este instrumento internacional fue firmado por México desde 2011, a siete años de distancia, aún no ha sido ratificado“, lamentó.
En América Latina, 14 países, algunos incluso con niveles de desarrollo menores al de México, han ratificado este Convenio y están dando pasos para garantizar a este sector los mismos derechos que a otros.
En cambio en México, a pesar de la exigencia de más de 200 organizaciones al presidente Enrique Peña Nieto para que enviara el convenio al Senado para su ratificación, esto no sucedió.
De acuerdo con la OIT, la ratificación hubiera sido un gran paso para avanzar en la formalización laboral de 2.4 millones de trabajadores en el país.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.
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