viernes, 31 de agosto de 2018

El tío violó a “Flor”, de 9 años, y su madre no denunció y la llevó a abortar. Él regresó a matarla

En 2007, “Flor”, de entonces nueve años de edad, tuvo que interrumpir un embarazo producto de una violación sexual por parte de su tío. Por temor a una represalia por parte de su padre y familia, su madre decidió no denunciar ni presentar a la niña ante las autoridades. Semanas después del aborto, la menor fue asesinada por el propio agresor sexual.

“Flor”, que el pseudónimo con el que se ha presentado el caso de la niña ante la justicia, estudiaba la primaria. Era la mayor de cinco hermanos y a su corta edad ya cuidada de ellos todos los días mientras su padres, floricultores, trabajaban en los invernaderos de una comunidad rural de Villa Guerrero, Estado de México.
Una tarde mientras sus padres trabajaban, su tío –hermano de su padre– abusó sexualmente de ella. “Flor” por temor a crear un conflicto con su familia decidió no decir nada, “pues su papá era una persona agresiva y malhumorada”.

Además “tenía miedo de que sí ella decía que fue violada por su tío no le iban a creer o la iban a responsabilizar por creer que ella tenía la culpa de que su tío se hubiera propasado con ella”, cuenta Esperanza Arias Velázquez, integrante de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos en México (Ddeser) y quien ha dado acompañamiento legal y social a la familia de la menor durante el proceso legal y luego de concretarse el arresto y el juicio del agresor, ahora condenado y quien purga una pena de 60 años en la cárcel.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2016, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los principales agresores sexuales de las mujeres en su infancia son los tíos (20.1 por ciento), seguidos de un vecino o conocido (16.0 por ciento), mientras que los primos (as) son el tercer lugar (15.7 por ciento).
La misma encuesta refiere que 4.4 millones de mujeres encuestadas sufrieron abuso sexual durante la infancia, y 1.2 millones fueron obligadas a tener relaciones por la fuerza o bajo amenaza.
“El contexto sociocultural en el que madre e hija vivían, era una situación muy fuerte de violencia y pues la situación terminó con el feminicidio de la menor”, refiere la representante de Ddeser sobre el caso de la niña “Flor”.
ABORTO SEGURO

Meses después del ataque sexual de su tío, “Flor” acudió con su mamá al Centro de Salud de Villa Guerrero, dependencia del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), debido a un sangrado y a un fuerte dolor abdominal que –creían ellas– podría ser derivado de su menstruación, pero personal del Centro les informó que la menor de nueve años tenía un embarazo de 13 semanas de gestación.

Personal médico aliado a la Ddeser en la entidad mexiquense informó sobre el caso a la organización que, desde ese momento, acudió al Centro de Salud para dar asesoría y acompañamiento a la familia.

“Llegamos en ese momento, empezamos a indagar y cuando le contamos la situación a la madre de la menor ella se afligió mucho sin saber qué hacer: tenía miedo de las consecuencias que se podrían ocasionar con su esposo y la familia”, relata Esperanza, representante de Ddeser en el Edomex.

En América Latina el aborto es legal cuando se trata de una violación sexual solo en ocho países: México, Panamá, Colombia, Ecuador, Bolivia, Brasil, Chile y Argentina.
La interrupción legal del embarazo es legal en todas las entidades federativas de la República Mexicana cuando es fruto de una violación sexual. De ese modo el aborto se llevó a cabo con base en la NOM-046-SSA2-2005, con la autorización de la madre de “Flor”, quien por ser menor de 12 años, según la Norma, necesitaba un tutor.
Esperanza explica que la madre firmó una carta como responsable de lo que se le practicó a su hija, quien por tener un embarazo de 13 semanas de gestación se le aplicó como método la Aspiración Manual Endouterina (AMEU) para interrumpir el embarazo.
“A pesar de que el embarazo estaba avanzado el producto era muy pequeño, por lo mismo de que su útero estaba en desarrollo y también el ginecólogo dijo que no era viable el producto porque estaba afuera del útero, entonces de cualquier forma se tenía que hacer la interrupción aplicando la Norma” explica Esperanza.

El equipo de acompañamiento de la organización civil y personal médico del Centro de Salud sugirieron a la madre levantar una denuncia en contra del tío de la menor por violación sexual, “sobre todo por protección de la menor, ya que el agresor vivía cerca de su casa”. Sin embargo, por temor a represalias, la madre decidió que no.

“Aunque le explicamos de la metodología de cómo nosotros la podríamos acompañar a los Ministerios Públicos encargados de la zona, ella [la madre] nos dijo que no por miedo a la reacción de su esposo y que prefería mil veces que le ayudáramos a su hija para que no tuviera el bebé”.

Así que Ddeser y el personal médico respetaron la decisión de “Flor” y su madre de no denunciar, aplicaron la Norma y por fortuna, hasta ese entonces, el procedimiento salió bien: sólo se quedó un día hospitalizada para evaluar su salud y al día siguiente salió sin complicaciones.
De acuerdo con cifras recopiladas por la organización Ipas México, entre 2010 y 2015 siete de cada 10 denuncias presentadas son por abuso sexual o violación y cuatro de cada 10 las  víctimas son menores de 15 años.
La Red estuvo en contacto con ellas durante mes y medio –tiempo que regularmente destinan a seguir los casos–, pero la situación empeoró. “Pasó lo que se temían: el padre se enteró y hubo una situación agravante, pues  algo que pudo haber sido algo tan simple terminó en feminicidio con la niña”, lamenta Esperanza.

EL FEMINICIDIO

Al mes y medio que se aplicó la interrupción del embarazo, el agresor [el tío de “Flor”] asesinó a la menor.

El tío tenía una casa cercana al domicilio de la familia de su hermano, en ella se quedaba para cuidar las flores que cultivaban. Un día por la mañana, en estado etílico, acudió a casa de “Flor” y se la llevó para asesinarla.

De acuerdo con datos del Inegi, de 2012 a 2016 la entidad mexiquense –actualmente gobernada por el priista Alfredo del Mazo Maza– encabezó la lista con más asesinatos de niñas menores de 14 años de edad.
De los 821 casos registrados en la base de Defunciones Femeninas con Presunción de Homicidio (DFPH), el 20 por ciento de los asesinatos de este grupo etario de niñas corresponde al Edomex con 166 casos; aunque los datos no aclaran si son o no feminicidios.
Un día antes del asesinato de la menor, hubo una discusión entre los padres de “Flor”. El padre pretendía en que su hermano [el agresor] fuera padrino de uno de sus hijos, pero la mamá se opuso y en un contexto de agravio la madre de “Flor” le contó sobre la violación sexual de la cual fue víctima su hija.

El padre, enojado, acudió adonde su hermano para reclamarle lo que le había hecho a su hija; “lo amenazó de muerte si no se iba de la comunidad”, cuenta Esperanza.


Al otro día, los padres de la menor se fueron a trabajar y no pensaron que el tío iría por “Flor” para asesinarla.

Esperanza de Ddesher narra que fue entonces cuando la familia acudió ante las autoridades correspondientes a levantar la denuncia por feminicidio. “Se entregó la carta responsiva que se tenía del Centro de Salud respecto a la interrupción de embarazo que se le realizó a la niña por violación y todo fue acumulable”.
El tío de “Flor” fue detenido y pasó tres meses en prisión preventiva hasta que un juez dictó sentencia. El hombre está sentenciado a 60 años de prisión y ahora hay posibilidad de que el caso sea reabierto, pues uno de sus hijos presentó un amparo para disminuir su condena, pero con la asesoría de la organización civil también existe la posibilidad de que se pueda aumentar.
Aunque en el caso de “Flor” hubo justicia por el feminicidio, Esperanza resalta que “es lamentable que las autoridades sólo trabajen cuando una organización civil está presente, cuando deben hacerlo todo el tiempo”.
Y también agrega: “no sé si es por desconocimiento o flojera, desconozco la causa por la que se niegan a trabajar bien, cuando tienen todas las herramientas necesarias. Aunque, debo reconocer, que cuando la organizacón ha trabajado con ellos no nos han cerrado la puerta”, destaca.
FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: SARAI ZULEMA OVIEDO HERNÁNDEZ.
LINK: http://www.sinembargo.mx/30-08-2018/3463047