“Estamos aterrados”, afirman vecinos del Nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (NAICM), pues a un lado de sus casas crece todos los días un descomunal hoyo cavado en un cerro para extraer tezontle, la piedra rojiza utilizada para la construcción de la terminal aérea.
Angélica González añade casi llorando: “Con ese temor vivimos, de que cualquier día colapsen nuestras viviendas... No tengo a dónde irme”, dice encogiéndose de hombros esta septuagenaria de aspecto frágil en Tezoyuca, a unos 10 kilómetros de Texcoco, donde se erige la terminal aérea cuyo destino se debatirá desde este miércoles.
FUENTE: LA JORNADA
AUTOR: AFP