Washkuhn, fue contadora del exjefe de la campaña presidencial de Trump, y aseveró que él infló los ingresos de sus negocios en varios millones de dólares y le ocultó cuentas bancarias en el extranjero, que usaba para comprar artículos de lujo y pagar gastos personales.
Así lo declaró la contadora ante un tribunal federal en Alexandria, Virginia, y su testimonio es importantes para el equipo del fiscal especial para el Rusiagate, Robert Mueller, quien busca refutar los argumentos de la defensa de que Paul Manafort no puede ser responsable de fraude financiero porque dejó los detalles de sus gastos a terceros.
Lo anterior incluye al antiguo socio de Manafort, Rick Gates, quien se declaró culpable a principios de este año y se espera que testifique pronto como testigo estrella del gobierno.
“Yo diría que él estaba muy bien informado. Era muy detallista. Aprobó cada centavo de todo lo que pagamos”, dijo Washkuhn al jurado.
Y describió los documentos presentados por Paul Manafort para obtener préstamos.
Según fiscales, en los documentos se inflaron los ingresos netos de su negocio en aproximadamente cuatro millones de dólares y agregan que él trató de hacerlos pasar como provenientes de su firma de contabilidad.
Los documentos fraudulentos para obtener un préstamo fueron presentados después de que Paul Manafort terminó el trabajo de consultoría política en Ucrania y mientras comenzaba a tener problemas financieros, según los fiscales.
Washkuhn reveló a los jurados una serie de correos electrónicos que ella envió en 2016, a Manafort advirtiéndole que estaba atrasado en sus pagos, incluso a ella misma.
Paul Manafort enfrenta cargos de fraude bancario y evasión fiscal que podrían llevarlo a prisión por el resto de su vida.
El testimonio de Heather Washkuhn es la primera prueba judicial del equipo de Robert Mueller, que investiga los intentos de Rusia de interferir en las elecciones de Estados Unidos y si el equipo de la campaña presidencial de Donald Trump conspiró con Moscú para influir en los votantes estadunidenses.
Y aunque el caso de una posible colusión sigue sin respuesta, el juicio por fraude financiero contra el exjefe de campaña de Trump ha puesto al descubierto el lucrativo y reservado mundo de cabildeo en el extranjero que lo hizo rico.
Otros testigos que testificaron esta semana dijeron que Manafort les pagó millones de dólares provenientes de cuentas en el extranjero vinculadas a empresas fachada y fuera de territorio estadunidense a fin de pagar trabajos de jardinería, ropa cara e incluso una máquina de karaoke.
Cuando el fiscal Greg Andres leyó algunas de las compañías en el extranjero a la contadora, ella respondió que Manafort nunca le habló de ellas y agregó que ella las habría documentado para efectos de impuestos, si el exjefe de campaña le hubiera mencionado que existían.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: REDACCIÓN.
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