García acusó ante el diario El Independiente Hidalgo un presunto conflicto de interés entre el ex Subsecretario de Obras de Hidalgo, Mario Antonio Rico Moreno, y esa constructora Sylma, propiedad de su hermana Silvya Rico Moreno, encargada de construir la Privada Esmeralda en ese municipio, donde las casas valen hasta 1 millón de pesos, casi el doble que una de interés social del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) o Fovissste. Silvya también es hermana del Secretario de Medio Ambiente, Benjamín Rico Moreno.
En julio de 2015, el fraccionamiento donde vivía Leonardo y otros ocho más en esa zona se inundaron. En esa zona pasa el Río de las Avenidas, contó el vigilante del complejo residencial. Cuando sucedió, la gente abandonó algunas de las 115 casas y otros afectados bloquearon la carretera Pachuca-México. El Alcalde de Zempoala era Héctor Meneses Arrieta, pariente del Secretario de Obras Públicas, José Meneses Arrieta.
En el fraccionamiento Chavarría, en el municipio hidalguense Mineral de Reforma, trabajadores de la empresa Quma actualmente también levantan más casas uniformes blanco con azul y vino, en un estado líder en viviendas de interés social abandonadas, algunas vandalizadas, con ventanas rotas, sin focos, con telarañas, blanco de rapiñas y con jardines con el pasto crecido.
Infonavit dijo a este medio vía correo electrónico que en 2016 había 200 mil casas abandonadas, pero por el proceso de subastas se han recuperado 79 mil desde ese año, por lo que siguen alrededor de 121 mil abandonadas.
Desde hace 23 años el Infonavit no construye casas, pero cumple a diario con su mandato constitucional de otorgar créditos hipotecarios para que los derechohabientes adquieran un hogar digno, al tiempo que administra los recursos de los trabajadores y les garantiza un mayor valor. En ese entonces había unas 240 empresas de construcción de vivienda de interés social, y hoy son más de 2 mil 600 que construyen la oferta para que un derechohabiente elija y adquiera su casa con un financiamiento de esta hipotecaria, documentó.
El número de casas abandonadas del Infonavit, la hipotecaria social más grande del país creada en 1972 con ayuda de la Confederación de Trabajadores Mexicanos (CTM), aumentó en 107.33 por ciento entre 2005 y 2012 al pasar de 69 mil 609 a 144 mil 323, de acuerdo con los datos de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF) al cierre del año pasado.
Un recuento de las declaraciones de los delegados del Infonavit (2017-2018) hecho por la Unidad de Datos de SinEmbargo arrojó que hay al menos 73 mil 420 viviendas abandonadas, deshabitadas y/o vandalizadas, sólo en dos terceras partes de las entidades federativas.
De acuerdo con ese conteo, hay más de 2 mil casas abandonadas de Infonavit en Hidalgo, sobre todo en Tizayuca, cerca del Estado de México, la capital Pachuca, Zempoala y Mineral de Reforma, rescoldo de la época minera de la entidad. Las habitadas son compradas, rentadas hasta por mil 500 pesos o usadas por aviadores. Aunque de Mineral a Cuautitlán Izcalli se hacen dos horas y media, el transporte anda en 100 pesos y en auto, por la gasolina, cuesta hasta 500 pesos.
“Tienen que diferenciar muy bien el tema de vivienda abandonada porque una es la desocupada y otra es la que está desocupada, pero está pagada”, advirtió en entrevista Guillermo Juárez González, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi) en Hidalgo.
Con 62.4 por ciento, Hidalgo lidera en el porcentaje de vivienda deshabitada a nivel nacional, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Vivienda. Pero contrastando con hipotecarias sociales, como Infonavit o Fovissste, “el número de vivienda abandonada es muy bajo: cerca del 3 por ciento en Hidalgo.
Es decir, es probable que la vivienda esté deshabitada, pero que se esté pagando. La gente la compró como una inversión o cuando levantaron el censo no había nadie en la casa y regresaron en la noche”, especificó Juárez.
Una casa de Infonavit en Hidalgo vale alrededor de 400 mil pesos a un crédito de entre 10 a 20 años. En los últimos diez años la población en la entidad aumentó y al generarse un boom en 2013 se pasó de ciudades dormitorio a “ciudades abandonadas”, determinó el sociólogo de la Universidad Autónoma de Hidalgo, Fabián Hernández Galicia.
“Es complicado llegar a una regulación de los fraccionamientos sobre todo porque, cuando sale una administración sea municipal o estatal, los últimos meses de gobierno comienzan a dar aprobaciones a nuevos fraccionamientos”, dijo el académico. “Es un ‘no arreglo’ con el gobierno entrante. Me queda claro que la corrupción está metida desde al asentamiento de la constructora en la manera en que obtienen información de los acreditados y la presión a las personas para ejercer el crédito en determinados fraccionamientos”.
“Hay una correlación bastante directa entre la burocracia, las empresas que quieren agilizar la venta de las casas e Infonavit, que libera el crédito pero no tiene nada que ver con que el cliente haya escogido esa casa”, dijo Hernández. “Por la nula planeación entre gobiernos, regularmente los fraccionamientos que se concretan al término de una administración y se desarrollan en la entrada de la otra son los de calidad más baja”.
La Diputada electa, Susana Ángeles, durante su campaña recorrió Tizayuca. “Lo que sucedió es que las empresas que están motivadas por el lucro encontraron que era buena opción invertir aquí. De repente hicieron muchísimas casas en un lugar tranquilo, a una hora de la Ciudad de México; parecía atractivo”, evocó. “Pero lo que no sabían [la gente que se animó a comprar], no alcanzaron a ver en ese momento, es que no se cuenta aquí con servicios de salud, educación ni de transporte público necesarios, mucho menos empleo, para que pudiera mudarse y cambiar su estilo de vida. Ahora lo que tienes es un montón de fraccionamientos que son dormitorios típicos de ciudades conurbadas mal planificadas”, determinó.
En Tizayuca, documentó el sociólogo local, hay casos en que no se quedaron no solo por la lejanía al centro de trabajo o escuela, sino porque no se cuidaron los principios básicos de una habitación, ya que se hunde el suelo y la casa no soporta. Hay personas que compraron casas de 400 mil pesos a 20 años, y la casa se está cayendo y nunca la vieron.
Además de abandonadas, también las hay descuidadas. “En Canadevi tenemos un curso que se les da a los compradores para hacerles hincapié en que están comprando un bien que adquiere un valor inmobiliario, y si la cuidan y mejoran el entorno, valdrá más con el tiempo”, contó su director local Guillermo Juárez.
En febrero, se informó que con la firma del Convenio para el Fomento y Mejoramiento de la Vivienda en Hidalgo, entre el Infonavit con el sector público y privado, se pondrá fin al estado dormitorio en que se había convertido la entidad, para dar paso a ciudades mejor planeadas con un desarrollo sostenible, a través de una mayor transparencia en los procesos de construcción y la agilización de los trámites y permisos estatales y municipales, con el objetivo de que los trabajadores tengan un hogar digno y no sólo “paredes frías”, aseguró el Director, David Penchyna Grub, durante la gira de trabajo en la que estuvo acompañado del Gobernador, Omar Fayad Meneses.
“Nos comprometemos a verificar que la propiedad que compre un trabajador cuente con los servicios necesarios, sancionando a las desarrolladoras que no cumplan porque no estamos hablando de un crédito, sino del patrimonio, del esfuerzo de una familia para adquirir un bien”, declaró Penchyna según el boletín.Vía correo electrónico, Infonavit agregó a este sitio que “desde 2014, el Infonavit ha trabajado en conjunto con ONU-Habitat en promover acciones y soluciones habitacionales que mejoren la calidad de vida de los mexicanos, y a través de la Iniciativa del Índice de las Ciudades Prósperas (CPI), ambas instituciones buscan mejorar la gestión urbana y coadyuvar a tener mejores ciudades y más productivas”.
En 2017, el Director General del Infonavit, David Penchyna Grub, y Joan Clos, Director Ejecutivo de ONU-Habitat, firmaron un Memorándum de Entendimiento, cuyo objetivo es posicionar a la vivienda como elemento central para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en México.
EL PATRIMONIO ABANDONADO
Haciendas de Tizayuca, a la entrada de Hidalgo colindando con el Estado de México, es una ciudad por sí misma. Está compuesta por predios con haciendas. En su centro, hay tiendas de autoservicio, negocios y hay cerca consultorios médicos de farmacias y escuelas, excepto de nivel superior. Entra el transporte público y los habitantes también se desplazan en bicicletas.
Karen, ama de casa, salió a tomar el aire antes del mediodía. Su hijo menor de edad jugaba con el pitbull cachorro en el pequeño jardín. La madre miraba con recelo a desconocidos. “Aquí hacen lo que quieren”, cuenta sobre su hacienda, donde no hay reja de seguridad en la entrada como en otras de vecinos que optan por letreros que advierten linchamientos a los ladrones. Dice que se han metido a las casas a desvalijar y robar cables, puertas, tuberías…
“Uno no se mete porque sale perjudicado”, afirmó. “Uno tiene miedo a salir a pasear porque está con el pendiente de regresar y no encontrar nada”.Hace diez años su esposo adquirió el crédito de Infonavit para la casa. Dio un pago previo de 16 mil pesos y sigue pagando. En ese entonces le costó 180 mil pesos. Frente a su hogar, hubo una casa abandonada durante años, pero hace unos meses se mudó una pareja de ancianos. La fachada aún luce abandonada con hierbas enredadas en las paredes. Su esposo, trailero, también se fue. Trabaja en Puebla; le quedaba muy lejos la vivienda que sigue saldando.
A unos pasos de la casa de Karen y el niño, dentro de la misma hacienda sin vigilancia, resalta una casa con puerta de red y con libre acceso. En las paredes de lo que fue la sala, hay cuadros familiares y símbolos religiosos. En el suelo quedó ropa tirada, juguetes de una niña y basura. Arriba, en el cuarto y en el baño también hay ropa; todo un patrimonio abandonado.
Para la Diputada electa de Morena, Susana Ángeles, las autoridades deben suspender cualquier nuevo permiso, autorización o licencia de construcción de vivienda. “Antes de resolver lo que hay, evitar que el problema crezca”, dijo.
Respecto a las viviendas que ya existen, urgió atender las necesidades de los habitantes con más fuentes de empleo, mejor calidad educativa, más instalaciones de salud y más programas sociales.
“Conocemos casos de mucha gente que no se viene para acá aun teniendo su casa porque allá en la Ciudad de México tienen acceso al apoyo para personas con discapacidad u hospitales más equipados”, contó.
El sociólogo Fabián Hernández, basado en estudios de la Universidad Autónoma de Hidalgo, expuso que hay una correlación directa entre no tener dinero para poder adaptar la casa y la inseguridad.
“Después de pagar la mensualidad de la casa no tienen para adaptar la casa para asegurarla como poner una barra perimetral, un zaguán, o alguna estructura de seguridad”, afirmó.
En contraste, cuando lo logran se empieza a quedar la gente y con ello cumplen con el requisito de un determinado número de habitantes para que el gobierno les ponga una primaria, secundaria o seguridad en el fraccionamiento. Infonavit otorgó 140 mil financiamientos para mejoramiento durante 2017.
“Las pocas ciudades que hacen una planeación urbana, sectorial y de desarrollo es Tizayuca. Sin embargo, no incluyen una perspectiva de urbanización real, solo cifras sobre inversión. La calidad de las viviendas en las que se construyen en 60 metros cuadrados con servicios básicos en la casa es muy baja, y no están conectados a los servicios públicos. Se deben esperar a que se conecten, la gente se desespera y abandona”.
En junio, durante un encuentro entre el director de Infonavit David Penchyna y empresarios de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), el líder patronal Gustavo de Hoyos Walther resaltó que la instancia logró mantener condiciones atractivas para los créditos hipotecarios, al ofrecer financiamiento a tasa fija, en pesos, y sin subir la tasa de interés.
El director del Infonavit dijo que “los empresarios coadyuvan al desarrollo del país, porque pagan la nómina; impuestos, y las aportaciones al IMSS y al Infonavit, y estas empresas que cumplen con México son más de 947 mil”.
De Hoyos Walther señaló que los empresarios continuarán trabajando de cerca con el Infonavit porque “la vivienda es el eje de la inclusión social, el punto de llegada de las políticas que promueven el bienestar de las familias y el espacio idóneo para formar nuevas capacidades y competencias de los individuos y la sociedad”.
LA INUNDACIÓN EN TUZOS
Más adentro de Hidalgo, en la entrada de Pachuca, está el fraccionamiento de los Tuzos, casas de interés social que, a diferencia de Tizayuca, no están uniformadas ni en conjuntos.
Cerca pasa el río Las Avenidas. En época de lluvias, al igual que en Zempoala, se ha inundado el fraccionamiento al menos dos veces. Mojó muebles. Entre las calles, resalta una casa vandalizada. Dentro, hay huellas de vida: botellas vacías de cerveza o Tonayan. Ropa. Sábanas. Paredes grafiteadas e incluso un ciprés seco recostado.
Las principales fuentes de trabajo son el comercio y las generadas por las empresas en la zona industrial de la capital.
Al final del fraccionamiento de los Tuzos, ya frente a pastizal y cerros, un taxista lavaba su carro de trabajo en compañía de sus perros. Vivía en la Ciudad de México, pero la contaminación le generó una alergia y decidió irse a vivir a Hidalgo, donde lleva 12 años.
Tiene de vecinos dos casas abandonadas. Uno va una o dos veces al año y el otro, narró, dejó de ir tras tener hijos. El fenómeno en general lo atribuye a que la gente es despedida de sus trabajos y no puede seguir cotizando para el crédito inmobiliario. Él mismo estaba comprando una vivienda en Morelos, pero las colegiaturas de sus hijas fueron prioridad y la abandonó. “El dinero no alcanza”, dijo. Optó por el taxi porque las empresas “pagan el mínimo” en Pachuca.
Del lado de su casa no llegó la inundación, pero criticó la falta de planeación de las inmobiliarias y falta de un desague considerando la presencia del río que crece con la lluvia.
En Tuzos, afirmó el académico de la Universidad Autónoma de Hidalgo, Fabián Hernández, el problema que se tenía hace algún tiempo es que se inundaba en las lluvias. Pasó dos veces en los últimos 20 años.
“Están hundidos y bajaba el Río de las Avenidas y un canal de aguas negras que por ahora está funcionando como riego y arrastra problemas de salud”, aseguró. Pero ahora esas casas comienzan a estar más habitadas al ser rescatadas porque ya se instalaron los servicios más cerca y hay varios fraccionamientos alrededor. “Eso implica que hay luz, drenaje y transporte público, una parte muy importante para que la gente se quede”.
El empresario Guillermo Juárez González, director de Canadevi de Hidalgo, destacó que en algún momento pasaron las inundaciones, pero actualmente con los diversos programas que se realizan hay autoridades como Protección Civil que primero avalan si se puede realizar o no el proyecto para evitar deslaves, inundaciones o fenómenos naturales.
“Una parte de que las viviendas son abandonadas sí puede ser una parte de que en época de lluvias se inunde, pero es de tres meses y tal vez se inundarán un día. No creo que sea la causa principal”, declaró vía telefónica.En la última semana de junio, la Secretaría de Salud local visitó Los Tuzos, otra vez afectada por la inundación, para evitar enfermedades. Visitaron 50 casas, de las cuales solo 26 estaban habitadas y la otra mitad “cerradas”.
FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: DULCE OLVERA.
LINK: http://www.sinembargo.mx/01-08-2018/3447497