Las cifras no dejan duda alguna de la gravedad del problema que hasta ahora no ha podido ser resuelto: en 2017, las pérdidas por este ilícito ascienden a 30 mil millones de pesos, según informó el director Carlos Treviño en abril pasado, lo que hace presumir que la cifra debe ser más elevada.
A estos fenómenos de corrupción e impunidad que arrastra Pemex desde hace más de medio siglo, por culpa de gobiernos priístas y panistas que han sido cómplices u omisos, deberán enfrentarse los próximos titulares de Energía, Rocío Nahle; y de Pemex, Octavio Romero Oropeza, quienes a partir del 1 de diciembre podrán mostrar un plan de trabajo que permita empezar a revertir esa delicada situación que sangra las finanzas del país.
Hasta hoy la empresa petrolera del gobierno sigue confiando en su mismo recurso tecnológico para afrontar este delito, que emplea desde hace 18 años: el sistema supervisorio de control y adquisición de datos (Scada), el cual ha demostrado su incapacidad para resolver el problema.
Lo peor es que cada año se destinan multimillonarios recursos públicos a esa tecnología, mientras que el robo de combustible sigue en aumento. Al cierre de este ejercicio, por ejemplo, se gastarán 205 millones 730 mil 980 pesos en el mantenimiento de Scada, revela su “Programa anual de adquisiciones, arrendamientos, obras y servicios 2018”.
El gasto corresponde a cinco contrataciones. La más costosa –por 150 millones 353 mil 100 pesos– corresponde a la “modernización del sistema Scada de Petróleos Mexicanos”, a cargo de Pemex Corporativo, aún pendiente de entregar y de carácter plurianual: 2018-2019. Éste contempla la “evolución estratégica de la red y servicios de telecomunicaciones”.
Le sigue el contrato para “mantenimiento del sistema Scada” de Pemex Logística, relacionado con sus proyectos de transporte de combustibles por ducto y con un costo de 29 millones 535 mil 821 pesos.
A la lista se suma un contrato de Pemex Transformación Industrial para “rehabilitación al sistema Scada”, relacionado con el mantenimiento mayor de la planta fraccionadora Morelos del complejo procesador de gas Área Coatzacoalcos, para “revertir las pérdidas económicas y operativas de cerca de 100 mil millones de pesos” relacionadas con el “robo de productos” y “paros no programados en plantas de proceso”, por 4 millones de pesos.
Le sigue un contrato de Pemex Logística, para la “integración del sistema de detección de gas y fuego en descargaderas al Scada”. El objetivo: reducción de costos y modernización de infraestructura. Y el costo: 2 millones de pesos.
El quinto contrato es de Pemex Transformación Industrial, para “rehabilitar el sistema de adquisición de datos (Scada) de relevadores de protección eléctrica en subestaciones eléctricas. Al igual que el contrato por 4 millones de pesos, éste tiene por objetivo “revertir las pérdidas económicas y operativas de cerca de 100 mil millones de pesos”. El monto asciende a 200 mil pesos.
De acuerdo con la petrolera, la importancia del sistema de automatización Scada radica en que éste permite “la detección inmediata de caídas de presión en el flujo de la Red Nacional de Ductos, así como la atención oportuna de las tomas clandestinas, a fin de salvaguardar la seguridad de la población, ya que el robo de combustibles pone en riesgo a las comunidades de las zonas aledañas y al medio ambiente”.
Dicho sistema cuenta con centros de control desde los cuales se realiza el monitoreo automatizado a más de 180 sitios a nivel nacional que forman parte de 47 sistemas de transporte por ducto de la red del Sistema Nacional de Refinación, así como zonas estratégicas de cuatro ductos petroquímicos.
Según Pemex, ha permitido una operación flexible, confiable y segura en la red nacional de gasoductos y LPG ductos, y entró en operación en la red de gasoductos desde el año 2000, con el fin de preservar la integridad física de los ductos y protección al medio ambiente, así como a centros urbanos y comunidades.
Scada abarca actualmente todos los demás sistemas de transporte por ducto de Pemex, incluyendo la instalación y configuración de hardware y software, así como la integración de señales automatizadas de los ductos de todas las áreas.
En Pemex Gas, por ejemplo, permite el control y monitoreo de los sistemas de transporte de gas natural y gas licuado en tiempo real, los 365 días de año, las 24 horas del día.
De acuerdo con el reporte de tomas clandestinas hasta julio de 2018, elaborado por la propia empresa petrolera del Estado, en siete meses han sido descubiertas 8 mil 742 extracciones ilegales, siendo Puebla el estado más conflictivo, con 1 mil 318 tomas; le sigue Hidalgo con 1 mil 55; Guanajuato con 1 mil 16; Veracruz 951; Jalisco 902; estado de México 850, y Tamaulipas con 741.
FUENTE: CONTRALINEA
AUTOR: MIGUEL BADILLO
LINK: https://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/2018/09/20/la-herencia-del-robo-de-combustibles/