Pobreza, bajo crecimiento, endeudamiento, poca generación de empleo. Esas son las características de los cinco estados petroleros de México: Campeche, Tabasco, Veracruz, Tamaulipas y Chiapas.
A cinco años de la aprobación de la Reforma Energética, el impulso que se dijo traería a la economía del país queda en el registro de los discursos de su precursor: Enrique Peña Nieto. La nueva administración de Andrés Manuel López Obrador puso a Petróleos Mexicanos (Pemex) como una de sus prioridades en la agenda de atenciones y constantemente señala en sus conferencias el alcance que se puede registrar a la fecha.
Los datos muestran que estas cinco regiones no han materializado las aportaciones en materia petrolera en bienestar. Están ahí 11 millones 952 mil 800 personas en condiciones de pobreza y tres (Veracruz, Tabasco y Tamaulipas) sufren de altos índices de violencia.
El Presidente López Obrador ha señalado en diferentes ocasiones que la Reforma Energética no cumplió con el incremento de la producción petrolera, no bajaron los precios del combustible y tampoco se generaron los empleos que se proyectaron. Incluso, en los primeros días de su administración federal, dijo que ante el “fracaso” de esa reforma los “defensores de esa gran mentira” tenían que ofrecer una disculpa a los mexicanos por decir que se aumentaría la producción a los 3 millones de barriles diarios. Hoy se está en 1 millón 728 mil barriles diarios, de acuerdo con el Sistema de Información Energética (SIE).La periodista Flavia Morales recuperó parte del discurso que el entonces Presidente Peña Nieto dijo al promulgar la reforma. Ahí prometió que México contaría con más recursos, que habría más empleos y que los estados que producen petróleo, aceite y gas fortalecerían sus ingresos.
“[A las familias] Les ofrecerá una nueva y sustantiva fuente de ingresos en los casos donde se produzcan energéticos en sus tierras, recibiendo una contraprestación justa, equitativa, y transparente”, dijo en 2014.
OPACIDAD EN USO DE RECURSOS
De acuerdo con un estudio realizado por Fundar, Centro de Análisis e Investigación, tanto la Reforma Energética como la Hacendaria contemplaron la creación de fondos para transferir dinero procedente de la actividad minera y de hidrocarburos a las comunidades de donde se extraen los recursos para atender temas relativos al desarrollo social y ambiental.
Sin embargo, la opacidad y la falta de rendición de cuentas en su asignación, uso y evaluación de los recursos causó en gran medida que éstos no cumplieran con sus objetivos.
Todo esto a pesar de que se formó el Fondo para las Entidades y Municipios Productores de Hidrocarburos (FEMPH) y un nuevo impuesto por la actividad de exploración y extracción de hidrocarburos. Ambos estaban en su totalidad dirigidos a la “realización de inversiones en infraestructura para resarcir las afectaciones al entorno social y ecológico; mientras que 3 por ciento del mismo puede utilizarse para estudios y evaluación de proyectos relacionados”, explicó Fundar.
Lo cálculos realizados por la organización muestran que en 2015 los ingresos obtenidos ascendieron a 3 mil 745.7 millones de pesos y 3 mil 993.8 millones de pesos para 2016. En ambos años los recursos ejercidos fueron menores a los ingresos recibidos. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) no explicó la causa de esto.
En 2015 y 2016, ocho entidades fueron las más beneficiadas, incluyendo sus municipios: Campeche, Chiapas, Coahuila, Nuevo León, Puebla, Tabasco, Tamaulipas y Veracruz. Recibieron 5 mil 517.6 millones fueron gastados por estas entidades y de 2 mil 666.4 millones restantes que aparecieron como ejercidos, no se indicó quién los ejerció.
“En cuanto al uso por entidad, destaca que la más beneficiada fue Veracruz con 53.1 por ciento, seguida de lejos por Tamaulipas con 16.5 por ciento, Tabasco con 12.1 por ciento, Coahuila con 9.6 por ciento, Campeche con 5.2 por ciento, Puebla con 2.4 por ciento, Chiapas con 1.1 por ciento y Nuevo León con 0.1 por ciento”, agrega el documento.Otro tema en común que tienen las cinco entidades petroleras es la dependencia a la actividad. Para Campeche, la minería petrolera representa el 80.3 por ciento del total de su Producto Interno Bruto (PIB) Estatal, según la Secretaría de Economía (SE); luego están la construcción y los servicios inmobiliarios.
En el caso de Tabasco, la minería petrolera representa el 54.1 por ciento; en Veracruz, el 51.1 por ciento y en Tamaulipas, el 7.2 por ciento. Sobre Chiapas, la SE no cuenta con el dato.
CAMPECHE
En este estado los números de pobreza se han mantenido estancados desde 2012. La pobreza ha fluctuado entre el 44.7 por ciento y el 43.8 por ciento del total de la población. Hay un alto índice de analfabetismo, según datos de la SE, de 5.5 por ciento en comparación al total nacional que es de 4.3 por ciento.
La deuda per cápita aumentó 264 por ciento del año 2000 a 2017 y se crearon en 2018 apenas 4 mil 924 empleos formales cuando la meta era de 9 mil 200.
El PIB de Campeche en 2016 representó el 2.2 por ciento del nacional.
TABASCO
En el caso de esta entidad del sureste del país, en materia de pobreza, es igual que en Campeche: ésta se mantiene en los mismos niveles desde 2012, con el 50.9 por ciento de sus habitantes en pobreza. Su crecimiento también fue negativo, de menos 6.4 por ciento.
Su deuda per cápita pasó de 764 pesos a 2 mil 058, es decir, un crecimiento del 169 por ciento. En cuanto a su generación de empleos formales, México ¿cómo vamos? lo situó en números negativos en 2018. Tomando en cuenta la variación en el seguro de trabajadores registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el año. Así, Tabasco estaría con menos 3 mil 244 empleos de los 22 mil que tenía que crear en ese año.
VERACRUZ
Este estado forma parte del grupo de regiones del país en los que los números de pobreza poco ceden. En 2012, el Coneval registró al 52.6 por ciento de los veracruzanos en pobreza y para 2016, el porcentaje era de 52.2. En el ciclo escolar 2016-2017 se tuvo un grado promedio de escolaridad de 8.3 por debajo del promedio nacional que es de 9.3 y su índice de analfabetismo fue de 7.3 por ciento, alto en comparación con el total nacional (4.3 por ciento).
La deuda per cápita muestra uno de los crecimientos más evidentes: si en el año 2005 era de 894 pesos, para 2015 era de 6 mil 699. Su generación de empleos es de 16 mil 091 cuando hay necesidad de 74 mil 700.
TAMAULIPAS
El problema de este estado, de acuerdo con los indicadores tomados en cuenta, es el crecimiento de su economía. Para 2018 creció 1.7 por ciento cuando debió ser de 4.5.
En materia de pobreza, desde 2010 mantiene un porcentaje por arriba del 30 por ciento en el total de su población.
CHIAPAS
Chiapas es la región que ha estado a la cabeza durante años en los índices de pobreza. En 2010 era de 78.5 por ciento y para 2016 era de 77.1 por ciento.
Su deuda per cápita también creció un 466 por ciento, al pasar de 630 pesos en el año 2000 a 3 mil 570 pesos en 2017.
Su crecimiento es de 1.7 por ciento cuando se proyectó de 4.5 por ciento para 2018.
FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: DANIELA BARRAGÁN.
LINK: https://www.sinembargo.mx/06-02-2019/3531743