El Banco de México (Banxico) presentó este miércoles el informe económico del primer trimestre de 2019 que culminó con una disminución del pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para finales de 2019 de 0.3 puntos porcentuales, situándolo entre el 0.8 y 1.8 por ciento, desde un 1.1 y 2.1 por ciento.
Banxico recomendó que para atender los retos y rezagos que enfrenta la economía mexicana, es necesario adoptar y mantener políticas que sienten bases sólidas para el crecimiento del país y que corrijan los problemas estructurales e institucionales que le han impedido alcanzar una mayor productividad y que desincentivan la inversión en el país.
“En este sentido, como se ha señalado en Informes anteriores, es prioritario robustecer el Estado de Derecho, de modo que, además de combatir la inseguridad, la corrupción y la impunidad, las autoridades competentes garanticen la certeza jurídica, el cumplimiento del marco legal y el respeto a la propiedad privada”, detalló el informe del Banco Central.También propuso una agenda clara con objetivos de largo plazo de políticas que impulsen el adecuado funcionamiento microeconómico, la competencia y una mayor eficiencia del uso de recursos de la economía, en conjunto con un marco macroeconómico sólido caracterizado tanto por disciplina fiscal, como por la estabilidad de precios, contribuiría a una mayor certidumbre y generaría mayor confianza en el país.
“Ello permitiría fomentar la inversión, elevar la productividad e incrementar el potencial de crecimiento del país, lo que redundaría en un mayor bienestar para todos los mexicanos”, destaca el informe.El Gobernador del Banxico, Alejandro Díaz de León, indicó que la institución observó una tendencia a la desaceleración de la actividad económica mundial y que en el primer trimestre del año hubo un cierto rebote en algunas economías avanzadas y emergentes, por factores transitorios, pero esto no evitó que continuara la tendencia, cuyo factor principal han sido las tensiones comerciales, “que han dejado una caída en términos de pedidos manufactureros e inversión”.
Sobre la economía mexicana se observó la tendencia a la desaceleración con una variación trimestral del PIB que mostró una contracción del 0.2 por ciento, lo que reflejó una desaceleración en la producción industrial y de servicios.
“Es una desaceleración más marcada de lo que se tenía previsto”, dijo.Lo que reflejó el decrecimiento del PIB el primer trimestre del año es que el panorama para la actividad económica es incierto.
Las perspectivas de crecimiento para 2019 se colocaron entre el 0.8 y 1.8 por ciento para finales de 2019 y para 2020, se continuó colocando en el intervalo de entre 1.7 y 2.7 por ciento. Esto cambió del 1.1-2.1 por ciento planteado en su informe anterior.
Este ajuste se realizó con base en el desempeño de la economía el primer trimestre del año, que fue menor a la prevista y se asocia, en parte, “a la afectación ocasionada por diversos factores de carácter transitorio”.
“Para los próximos trimestres se anticipa que la economía retome una senda de crecimiento, apoyada por contribuciones positivas tanto de la demanda interna, como externa, esta última podría mostrar una desaceleración mayor a la anticipada derivada de una moderación del crecimiento de la economía global en general y de la producción industrial en Estados Unidos en particular”, citó un documento del Banxico.
Analistas y representantes empresariales consultados por el Banxico identificaron como el problema principales para el desarrollo de la economía mexicana a la gobernanza, que incluyó elementos como seguridad.
En materia de exportaciones, De León observó que han mostrado una desaceleración iniciada en 2016.
Los pronósticos para la inflación general anual se ajustaron ligeramente al alza por mayores previsiones para los precios de los energéticos, pero el Banxico continuó con la meta de la inflación subyacente en el 3 por ciento a partir del segundo trimestre de 2020, pero pronosticó una inflación general anual y subyacente de 3.7 y 3.4 por ciento respectivamente.La inflación mexicana mostró diferentes presiones, principalmente influenciada por la no subyacente desde enero de 2017. Los precios de energéticos han afectado al indicador, de acuerdo con la Junta del Banxico.
Además, lo asociaron a elementos de rigidez de una estructura en los precios de energéticos que mostraron mayor capacidad para ajustarse al alza que a la baja. Dijo que los precios del gas LP son un ejemplo de ello.
“A partir de marzo tanto la inflación general como la subyacente han vuelto a incrementarse aun controlando por efectos estacionales, si bien se prevé que esto sea transitorio. Así, la inflación se mantiene en niveles elevados, está sujeta a una marcada incertidumbre y diversos factores de riesgo pudieran afectar su trayectoria hacia la meta del Banco Central”, indicó el Banxico.A nivel global, la brecha entre la confianza de los consumidores y de los negocios se amplió en los primeros tres meses de este año, explicó el funcionario, por lo que destacó que la incertidumbre en el sector manufacturero dio un reajuste hacia el sector servicios, lo que le ha dado soporte a la creación de empleos en las economías avanzadas.
Además, los precios del petróleo y de energéticos registraron una caída el último trimestre del año pasado, debido a las restricciones a la producción de crudo, pero en el inicio del año los precios del petróleo se elevaron, lo que ha afectado a la inflación global y es un elemento que observaron pueda presionar este indicador a futuro.
La inflación subyacente global observó un aumento hacia el cierre del año, lo que ha afectado a las políticas de tasas de interés de las diferentes economías globales, de acuerdo con la Junta del Banxico.
Las expectativas para las tasas de corto plazo de economías avanzadas y hacia el cierre de este año se observaron más compactas y que se prevé se mantengan cautelosas, por lo que se anticipan pocos o nulos aumentos a las tasas y más bien se esperan reducciones.
Durante los primeros meses del año, el riesgo internacional generó un crecimiento en el apetito por este, por lo que los mercados emergentes, como México, se vieron beneficiados.
Durante el primer trimestre de 2019 el Producto Interno Bruto (PIB) disminuyó 0.2 por ciento en términos reales, de acuerdo con cifras ajustadas por estacionalidad del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Frente a un año antes, el PIB registró un incremento del 0.1 por ciento, el PIB nominal de los precios de mercado se situó en los 24,039,997 millones de pesos, lo que significó un aumento del 6.3 por ciento con el mismo lapso de 2018.
Durante el trimestre las actividades primarias crecieron a una tasa trimestral de 2.6 por ciento y las actividades secundarias se contrajeron a una tasa trimestral de 0.6 por ciento, retrocediendo por segundo trimestre consecutivo.
El grupo de analistas de CI Banco recordó que la cifra del PIB nacional mostró un estancamiento en los primeros tres meses de este año. Con un crecimiento de 0.1 por ciento a tasa anual desestacionalizada y una caída de 0.2 por ciento respecto al trimestre inmediato anterior.
“Nuestra expectativa de crecimiento del PIB para el 2019 es de 1.3 por ciento, lo que representa el menor incremento desde la gran crisis económica mundial de 2008-2009”, citaron.
El banco consideró que “se presentará una ligera mejora en los siguientes trimestres, que por el momento le permitirían al país alejarse de una eventual recesión técnica”, pero estos avances no serán suficientes para cubrir con las metas económicas del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador que requieren un crecimiento del 2.0 por ciento para todo el 2019.
FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: https://www.sinembargo.mx/29-05-2019/3588326