Habitantes de comunidades indígenas aledañas a la base de Santa Lucía han promovido 10 amparos que todavía no se resuelven.
Mientras en el interior de la Base Aérea de Santa Lucía el gobierno montó este jueves una exhibición de maquinaria pesada para dar por segunda vez el banderazo a la construcción del aeropuerto Felipe Ángeles, en los alrededores aún se palpaba inconformidad.
Habitantes de los 12 pueblos originarios de Tecámac, el municipio mexiquense donde se ubica la base, se manifestaron en la puerta principal para advertirle al presidente Andrés Manuel López Obrador que su lucha contra el megaproyecto seguirá en sus territorios y en los tribunales, incluso internacionales.
Esta organización de pobladores interpuso 10 amparos, de los que había conseguido dos suspensiones provisionales, pero que todavía no se resuelven a fondo, por lo que hizo énfasis en que la construcción todavía no debería de iniciar.
“Nosotros pensamos que fue un acto simbólico e ilegal”, dijo el vocero de los pobladores, Arturo Hernández.
No solo por los recursos legales que todavía quedan, explicó, sino porque siguen sin estar listos el plan maestro, estudios técnicos y autorizaciones de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), por lo que no se debería iniciar así una construcción, que López Obrador ya pidió inaugurar el 21 de marzo de 2022.
Adentro, el presidente se regodeaba en que ya se acabaron las trabas jurídicas que retrasaron la obra, a la que dio banderazo por primera vez el 29 de abril pasado. Este jueves decidió acudir otra vez, un día después de que un juez federal revocó la última de siete suspensiones definitivas que había conseguido el colectivo #NoMásDerroches, pero que el gobierno logró tumbar declarando instalaciones estratégicas para la seguridad nacional todas las operadas por la Secretaría de la Defensa, como esta base aérea.
López Obrador dijo que era inédito que se hubieran interpuesto más de 140 amparos contra un obra pública y lo calificó de “despropósito”, motivado porque había muchos intereses alrededor.
Pero los intereses de los pueblos que se manifestaron al mismo tiempo son solo el agua, que ya escasea y temen que se acabe con el megaproyecto; los aviones, que pasarán a solo 60 metros de altura de sus casas; el ruido, que la propia Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) calcula entre 130 y 180 decibeles, mientras que lo aprobado para zonas urbanas es de 68 decibeles máximo.
“Nada tenemos que ver con No Más Derroches, nada tenemos que ver con la Coparmex (Confederación Patronal de la República Mexicana). Nada tenemos que ver con los señores del dinero, pues”, aclaró Herrera en entrevista con Animal Político.
Lo único en común, dijo, es el marco jurídico, que es el mismo para todos los mexicanos.
Del plan de aeropuerto Felipe Ángeles no se conocen alrededor de 15 documentos que serían obligatorios legalmente: estudios de aeronavegabilidad y operaciones simultáneas con el Benito Juárez y el de Toluca; estudio de condiciones meteorológicas; de geotecnia y topográficos; orográficos; legales; de riesgos ambientales; arqueológicos; estudios de impacto social; de instalaciones existentes, propuestas de reubicación, estudio de factibilidad de servicios y plan de servicios; de factibilidad; y gerencia de proyecto. Ademas, el análisis de riesgos, análisis de costo-beneficio y el plan maestro, que ya fueron declarados reservados bajo argumento de seguridad nacional.
Nuevas movilizaciones y recursos jurídicos
La Organización de los 12 Pueblos Originarios de Tecámac incluye a habitantes de San Juan Pueblo Nuevo, San Lucas Xolox, los Reyes Acozac, Santo Domingo Ajoloapan, Santa María Ajoloapan, San Pedro Pozohuacan, San Jerónimo Xonacahuacan, Tecámac, San Pablo Tecalco, San Francisco Cuahtitlixca, San Pedro Atzompa y Santa María Ozumbilla.
Este domingo 20 de octubre habrá una caravana de protesta en Xolox, y se planea ya una marcha mucho más grande desde el Palacio Municipal de Tecámac hasta la puerta principal de Santa Lucía el próximo 26 de octubre, que es sábado. A la de ayer solo acudieron alrededor de 40 personas por ser día laboral, pero las inconformidades son generalizadas.
Dos vendedoras de chicharrones y paletas afuera de una secundaria cercana contaron a este portal que la gente de Reyes Acozac está enojada y preocupada por que la vayan a obligar a vender sus tierras o dejar sus casas. Una vecina de Tecámac aseguró que en la última semana ya vio camiones de una empresa constructora.
Otra dijo que más bien fue en abril cuando se notó que entraban transportes cargados de tepetate. Un joven de Ozumbilla comentó que si se va a hacer la obra, ojalá realmente trajera desarrollo económico y empleos, ya que por ahora solo han dicho que habrá de jardinería y mantenimiento, pero la operación es con personal capacitado al que se le exigen estudios, que ahí casi no tienen.
Los 12 pueblos también planean recurrir ante el Tribunal Décimo de Distrito que revise las suspensiones provisionales que les habían concedido, y si no que intervenga hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Si eso no basta, ya tienen en la mira acudir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) o a la Corte Penal Internacional (CPI).
Uno de sus argumentos es que no se cumplió con hacer una consulta indígena en todos los pueblos originarios alrededor, a pesar de que así lo establece el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El gobierno sólo consultó a uno, Xaltocan, perteneciente al municipio vecino de Nextlalpan, argumentando que era el único afectado.
“No se dignó a vernos”
La manifestación de pobladores duró hasta que terminó el acto oficial. Un miembro de la Ayudantía —el cuerpo que cuida al presidente— salió a hablar con los inconformes. Ellos le explicaron que ya todos sus reclamos están por escrito y en juzgados, pero que querían ver una muestra de buena voluntad del presidente: que los reciba para dialogar después de una de sus conferencias mañaneras.
Le dieron datos de contacto, pero solo recibieron una tarjeta con un teléfono de Presidencia, sin el nombre propio de nadie.
Cuando se acercaba el vehículo de López Obrador, los militares contuvieron a manifestantes y periodistas que esperaban en la salida. Un joven simpatizante incluso recibió un golpe de un soldado por acercarse demasiado, pero alcanzó a darle un papel con un mensaje. Los inconformes, en cambio, no obtuvieron nada.
“Cuando salió el presidente de la república, nos pusimos al frente para que nos viera… Casi nos atropella y no se dignó a vernos. No se dignó a vernos…
”Nosotros estuvimos ahí presentes como pueblos, con nuestras limitaciones, pero finalmente somos los pueblos. Lo poquito que argumentamos lo hemos venido aprendiendo a través de nuestra propia experiencia”, contó Hernández.
Adentro quedaron unas montañas mínimas de tierra que no llenaron ni uno de los 15 camiones de carga que había, y las 30 excavadoras que los trabajadores dejaron paradas después de los dos minutos de exhibición que contempló sonriente el presidente.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: ITXARO ARTETA.
LINK: https://www.animalpolitico.com/2019/10/santa-lucia-banderazo-aeropuerto-pueblos-originarios-tecamac/