El teléfono en la casa de Luisa Carrera Valdez repiqueteó con fuerza el 30 de octubre, cuatro días después de su desaparición, junto con seis personas más a manos de policías municipales y estatales. Su mamá tomó la llamada y con palabras altisonantes le dijeron: “Sí quiere volver a ver con vida a su hija tiene que depositarnos un millón de pesos”.
La mamá de Luisa entró en shock y no pudo sostener el teléfono en la mano. La llamada fue tomada por otro familiar quien exigió una “prueba de vida” para poder “negociar” el regreso de Luisa a casa. La comunicación se cortó desde entonces.
El 11 de octubre, sonó el celular de un familiar de Ciro Álvarez Cantor –desaparecido el día 8 de octubre cuando fue detenido en un retén policíaco entre Zapoapan y Campo Chico, zona rural de Ixtaczoquitlán-, una célula del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) fue más enfática: “Hijos de su puta madre si quieren volver a ver con vida a sus seres queridos (Ciro desapareció junto con el joven Fernando José Trejo Aguilar y Martín Flores Medina) tienen que depositar 150 mil pesos”.