El Senado de Estados Unidos aprobó definitivamente este jueves por abrumadora mayoría el tratado comercial con México y Canadá (TMEC), que dió al presidente Donald Trump una victoria significativa antes del inicio del juicio político en su contra.
El Senado, dominado por los republicanos, aprobó el acuerdo comercial por 89 votos a favor y 10 en contra, con lo que el texto pasó a la Casa Blanca para la firma del presidente Trump.
Aún falta la aprobación de Ottawa para que el TMEC pueda entrar en vigencia y reemplazar al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que estaba en vigor desde 1994 y que Trump obligó a revisar bajo amenaza de desvincular a Estados Unidos.
El TMEC incluye normas más estrictas sobre el sector laboral y automotriz, pero deja casi sin cambios los flujos comerciales anuales entre los tres países por 1.2 billones de dólares.
“Este acuerdo histórico no solo moderniza y reequilibra nuestra relación comercial con Canadá y México, sino que promueve el crecimiento económico, crea empleos y proporciona una certeza crucial para los agricultores, trabajadores y fabricantes”, destacó el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, en un comunicado.
La aprobación del TMEC en el Senado estadunidense se concretó un día después de que Trump firmó un primer acuerdo con China, que marca una tregua en la guerra comercial entre las superpotencias.
Con el nuevo pacto se busca producir más autos en Estados Unidos, pues establece que de 40 a 45 por ciento de los vehículos sean fabricados en países que paguen a los trabajadores por lo menos 16 dólares la hora, es decir, Estados Unidos y Canadá.
Además, se obliga a México a modificar sus leyes laborales para que se facilite la creación de sindicatos independientes, mejorar los sueldos y las condiciones de trabajo, a fin de reducir los incentivos para que las empresas estadunidenses trasladen sus plantas al sur de la frontera.
El T-MEC fue firmado inicialmente el 30 de noviembre de 2018, tras más de un año de intensas negociaciones, y ratificado por México en junio de 2019. Su confirmación en el Congreso de Estados Unidos se complicó porque los legisladores demócratas exigieron previsiones para asegurar el cumplimiento de una reforma laboral mexicana.
Se acordaron enmiendas y un nuevo protocolo del T-MEC fue sellado el 10 de diciembre en Ciudad de México por representantes de los tres países. La versión final del T-MEC fue ratificada por el Senado mexicano el 12 de diciembre y el 19 de diciembre por la Cámara de Representantes estadunidense.
Canadá indicó que aprobaría el acuerdo una vez que Estados Unidos hiciera lo propio. El Parlamento de Canadá volverá a sesionar el 27 de enero. Se espera que el T-MEC sea aprobado en ese país, ya que los conservadores han dicho que respaldarán el acuerdo negociado por el gobierno del primer ministro Justin Trudeau.
Trump hizo de la renegociación del TLCAN una pieza central de su campaña electoral de 2016. El mandatario había amenazado con cancelar el TLCAN a menos que el Congreso actuara para aprobar un nuevo tratado, lo que generó incertidumbre y puso un freno a nuevas inversiones.
Si bien el déficit comercial de Estados Unidos con México fue de 80 mil 700 millones de dólares en 2018 frente a un superávit de mil 700 millones en 1993, el TLCAN cuadruplicó el comercio entre Estados Unidos, Canadá y México hasta 1.2 billones de dólares al año en 2017.
Aunque el acuerdo deja ganadores y perdedores, los economistas consideran que en términos generales ayuda al crecimiento y mejora los estándares de vida en América del Norte.
En los últimos 25 años, la integración de México con sus vecinos del norte ha sido clave, pues multiplicó exponencialmente sus ventas a Estados Unidos, hacia donde envía más de 80 por ciento de sus exportaciones, en particular bienes manufacturados y productos agrícolas.
El comercio de Estados Unidos con Canadá y México da sustento a 12 millones de empleos en Estados Unidos y de los 50 estados que componen el país, 49 tienen a México o a Canadá como los tres principales destinos de sus exportaciones, según los datos de la Cámara de Comercio.
-La estrategia de máxima presión-
Entre quienes se opusieron en el Senado, está el jefe de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer. Tampoco lo aprobó Bernie Sanders, el senador por Vermont que aspira a convertirse en el candidato de los demócratas en las elecciones presidenciales. Ambos argumentaron que este pacto no aborda el cambio climático, que es “la mayor amenaza que enfrenta el planeta”.
Con la ratificación del tratado, los asesores de Trump plantean que la estrategia de máxima presión utilizada por el mandatario estadunidense, incluyendo las amenazas de imponer aranceles punitivos, queda justificada.
FUENTE: LA JORNADA/AFP, REUTERS, AP.
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