En su delirio petrolero, José López Portillo se obsesionó con utilizar al crudo como motor del desarrollo nacional y nos pidió acostumbrarnos a “administrar la abundancia”. Acabó su sexenio de la peor manera: huyendo por la puerta trasera y dejando detrás un país destrozado en lo económico y financiero. Jolopo, como le decían en forma despectiva, acabó sus días arruinado, solo y desprestigiado.
El maldito petróleo.
En su delirio petrolero, Andrés Manuel López Obrador se obsesiona con utilizar al crudo como motor del desarrollo nacional y nos pide sacrificios para financiar una de sus obsesiones: la refinería de Dos Bocas, un proyecto que costará… ¡12 mil millones de dólares! – según estimaciones de Citibanamex-, y que, a juicio de los especialistas, está condenado al fracaso. “Dos Bocas tiene un 98 por ciento de posibilidades de fracasar”, advirtió el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
El maldito petróleo.
Igual que López Portillo, AMLO le está apostando al petróleo como motor del desarrollo. ¿Que no? Aquí, las pruebas:
Durante el primer año, su Gobierno desembolsó más de 102 mil 187 millones de pesos extras para el sector energético. En cambio, dejó de gastar más de 48 mil millones de pesos en áreas como el Sector Salud, hoy desprotegido y de rodillas ante esa calamidad llamada COVID-19. (Fuente: Cuenta Pública 2019).
Pemex perdió… ¡562,000 millones de pesos en el primer trimestre del 2020! (Alrededor de 25 mil millones de dólares) con lo cual supera la pérdida total del 2019, que fue de 346 mil millones de pesos. Es la quiebra técnica del gigante petrolero al que López Portillo le apostó todo, y perdió. Hoy por hoy, López Obrador le está apostando todo, y también está perdiendo.
Con lo que perdió Pemex en esos tres primeros meses del año, se pudieron haber comprado 100 mil ventiladores, 30 millones de trajes de aislamiento y 30 millones de mascarillas N95. (Fuente: Senadora Alejandra Reynoso).
Los adeudos de Pemex a sus proveedores ascienden a 180 mil 533 millones de pesos, reportan sus estados financieros. No extrañaría que declare moratoria de pagos.
La historia se repite dos veces: la primera como tragedia, la segunda, como farsa.
¿A dónde nos lleva López Obrador?
Las cifras no mienten: México se enfila a la quiebra financiera.
Desde antes del coronavirus, el camino lo estaban dinamitando las políticas económicas – por llamarlas de alguna manera- del Gobierno de AMLO, donde la invisible Secretaria de Economía, Graciela Márquez, ni siquiera es capaz de leer correctamente una cifra de seis ceros.
Desde antes del coronavirus, la situación económica del país ya iba en picada: 2019 registró -0.1 por ciento de crecimiento y sólo en diciembre pasado se perdieron cerca de 400 mil empleos. Y con la llegada de la pandemia, la situación terminó por reventar, con un Presidente empeñado en la quiebra de empresas por rencores ideológicos y personales. “Si tienen que quebrar, que el empresario se haga responsable…”, dijo el viernes pasado en una declaración tan inhumana como canalla, porque en ese lance van los patrimonios, salarios y futuros de millones de familias mexicanas. Pero a AMLO no le importa. Lo único que le interesa es tener dinero suficiente para seguir con sus proyectos faraónicos: Dos Bocas, Aeropuerto de Santa Lucía y Tren Maya. Los demás, que se jodan. (A mayor detalle ver columna “La 4T quiere quebrar a empresas; 346 mil despidos”. SinEmbargoMX. Martín Moreno. 15/Abril/2020).
El caos económico en México ya había echado raíces antes del coronavirus. Lo demás, fue consecuencia pura.
Sin filias ni fobias, estas son las cifras y números que el Gobierno de López Obrador nos está dejando, a tan sólo 17 meses de haber iniciado. Y la situación va a empeorar. Aquí, los datos duros:
*Durante abril se perdieron 700 mil empleos. (Fuente: Banxico). Esto deja sin ingresos a alrededor de 3 millones de mexicanos de un día para otro. “La caída pudo haber sido peor”, dijo AMLO el sábado pasado. Hay que ser caradura.
*Deuda neta del sector público federal alcanzó, en marzo pasado, un nuevo récord: 12 billones 125 mil 380.3 millones de pesos, incremento de 9.9 por ciento respecto a diciembre de 2019. (La Jornada 2/Mayo/2020). Mientras AMLO insiste en que su gobierno no se endeudará como lo hacían anteriores administraciones, las cifras lo desmienten.
*La agencia calificadora HR Ratings estimó que el Producto Interno Bruto (PIB) de México, caerá 7.4 por ciento durante 2020. Lo hemos escrito en esta columna y lo reiteramos: en materia económica, el sexenio de AMLO ya se terminó.
*De acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), habrá entre 6.1 y 10.7 millones más de pobres al término de la pandemia. Esta cifra desnuda la ineficacia de los programas sociales gubernamentales, que solo se enfocan en asistencialismo para clientelas electorales.
“El análisis concluye que en 98 por ciento de los escenarios, el proyecto de inversión de la refinería de Dos Bocas generaría más costos que beneficios, es decir, destruye valor para Pemex. Una decisión como esta podría generar una crisis en las finanzas públicas del país. La construcción de una refinería tiene una alta probabilidad de ser un obstáculo para alcanzar el objetivo de que Pemex se enfoque en inversiones que generen valor”, alertó el IMCO desde abril del 2019, al hacer público su estudio elaborado por expertos y especialistas del sector energético.
IMCO no se equivocó: Pemex tiene hoy su valor destruido y las finanzas públicas, en consecuencia, están en crisis.
Pero López Obrador es un presidente reñido con el conocimiento, ajeno a la ciencia y peleado con la realidad. No escucha. Su respuesta ha sido seguir inyectándole dinero bueno al malo (Pemex y Refinería), empecinado en su retorno a las políticas petroleras de los setentas y que ya nos llevaron al abismo financiero.
Ayer, Jolopo y su delirio petrolero.
Hoy, AMLO y su delirio petrolero.
Esta película ya la vimos.
FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: MARTÍN MORENO.
LINK: https://www.sinembargo.mx/13-05-2020/3784723