Tras la detención de Genaro García Luna en Estados Unidos, avanzaron en México las investigaciones contra el exsecretario de Seguridad Pública y quien fuera su brazo derecho, Luis Cárdenas Palomino. Por ahora las indagaciones de la Unidad de Inteligencia Financiera no han logrado relacionar las redes financieras de ambos exfuncionarios de Felipe Calderón, pero sí se descubrió un abanico de empresas fachada que se utilizaron para adquirir inmuebles y realizar transferencias sospechosas. Este no parece ser el fin de esa historia.
La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda denunció ante la Fiscalía General de la República (FGR) por lavado de dinero a Luis Cárdenas Palomino, quien en el sexenio 2006-2012 fue director general de la Policía Regional Federal y brazo derecho de Genaro García Luna, entonces secretario de Seguridad en el gabinete de Felipe Calderón.
Preso desde el 10 de diciembre 2019 en Estados Unidos, García Luna es acusado de recibir “sobornos” de organizaciones del narcotráfico, principalmente del Cártel de Sinaloa.
De acuerdo con Santiago Nieto Castillo, titular de la UIF, Cárdenas Palomino es el primer personaje cercano a Genaro García Luna en ser investigado y denunciado. En entrevista señala que el expresidente Calderón no tiene vínculo con la red financiera de lavado de dinero que se les detectó a los dos policías encargados de la seguridad en su sexenio.
Una semana después de la detención de García Luna, Nieto anunció el congelamiento de cuentas de Cárdenas Palomino.
Esto fue el detonante para iniciar la investigación que llevó a la UIF a detectar empresas “simuladoras” mediante las cuales el que fuera brazo derecho de García Luna recibía millonarios depósitos. Esas firmas, así como nueve propiedades que adquirió, forman parte de la denuncia presentada hace un mes contra él por lavado de dinero ante la FGR.
La carrera de Cárdenas Palomino, quien llegó a tener bajo su mando a más de 36 mil agentes, quedó marcada por la balacera entre policías federales que se desató el 25 de junio de 2012 en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) por un problema de tráfico de drogas y causó la muerte de tres uniformados.
Cárdenas Palomino culpó a tres policías, pero dos de ellos –Daniel Cruz García y Zeferino Morales Franco– dijeron a Proceso en julio del mismo año que el entonces jefe de Seguridad Regional de la Policía Federal protegía las actividades del narcotráfico en el AICM.
Al concluir el sexenio de Calderón, Cárdenas Palomino encontró cobijo de Ricardo Salinas Pliego, dueño de TV Azteca, Elektra y Banco Azteca. Desde enero de 2013 ocupó la dirección de Adamantium, filial de Grupo Salinas dedicada a la seguridad privada y el espionaje, como publicó este semanario en su edición del 22 de diciembre de 2019.
No por eso cortó sus vínculos con el gobierno federal. Durante la administración de Enrique Peña Nieto –cuyo consejero jurídico, Humberto Castillejos Cervantes, fue cuñado de Cárdenas–, Adamantium recibió por lo menos 24 contratos públicos por un total de 510 millones 470 mil pesos.
Dichos contratos, que Proceso detectó en la plataforma Compranet, abarcaron servicios de seguridad en infraestructuras estratégicas del país: el AICM, estaciones de combustibles operadas por Aeropuertos y Servicios Auxiliares, así como los puertos de Manzanillo y Veracruz.
Fragmento del texto publicado en la edición 2271 de la revista Proceso, ya en circulación.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: PATRICIA DÁVILA.
LINK: https://www.proceso.com.mx/629426/cardenas-palomino-y-su-abanico-de-empresas-fachada