"Baja California, uno de los primeros gobiernos en serlo de Morena ya entrado el periodo del Presidente López Obrador, les ha servido de laboratorio".
Durante muchos años los mexicanos atestiguamos como, desde el poder, un partido político que dominaba todos los ámbitos de la política y el Gobierno se sirvió del mismo para ponderar sus intereses por encima de los beneficios a la sociedad.
La oposición entonces, la azul primero, la amarilla después y ahora la guinda que ya no lo es, criticó hasta la saciedad aquellas votaciones en bloque en las cámaras legislativas federales o estatales. Los cacicazgos en gobiernos de los estados y en los municipales, todos al unísono al servicio del partido, del Presidente de la República.
La República mexicana no ha tenido diálogo. No hay debate de ideas, lo que predomina es la defensa de proyectos a capricho, la modificación de las leyes a modo, ningún gobernante o representante ciudadano cuando pertenece al mismo partido que el del Presidente tiene individualidad de pensamiento, de acción, la norma es que todos irán juntos así sea la más descabellada de las ocurrencias.
Con Morena no es distinto, incluso este actuar parece irse al extremo. El Presidente de la República, don Andrés Manuel López Obrador, dice hasta donde quiere que brinquen y así sucede. Aprovechan el poder como aquellos a los que tanto señalaron: para ejercer presión, imponer la agenda y modificar la Ley a su soberano antojo.
Baja California, uno de los primeros gobiernos en serlo de Morena ya entrado el periodo del Presidente López Obrador, les ha servido de laboratorio. Con un Gobernador aliado del Presidente, complaciente de la política federal, y sujeto a las ocurrencias políticas del partido en el poder, en la persona de Jaime Bonilla Valdez, primero intentaron modificar una Constitución para incrementar un periodo de mandato ya votado. No lo lograron. La Suprema Corte de Justicia de la Nación, en forma unánime y aplastante, mostró su posición autónoma y no cedió al capricho de quien presumiblemente es uno de los hombres cercanos al mandatario nacional.
El miércoles 10 de junio de 2020, el Congreso de Baja California lo hará de nueva cuenta. Y esta entidad que fue punta de lanza de la alternancia política en el país será ahora nuevamente considerada el laboratorio político electoral de Morena. De manera consecutiva, en menos de un año, dos legislaturas estatales habrán modificado la Constitución local para cambiar la duración del periodo de mandato del Gobierno estatal.
El 8 de julio de 2019, una legislatura ciertamente con mayoría panista, tenía 13 diputados de ese partido de 25 que integran la Cámara local, pero a iniciativa de Morena, un Diputado cercano al ya Gobernador electo Bonilla Valdez, propuso y le fue aprobado, ampliar a cinco años el periodo de Gobierno de dos años para el cual el amigo del Presidente había sido electo. 328 días después de aquella frustrada modificación a la Constitución una Diputada de Morena en Baja California presentó, el 1 de junio de 2020, una iniciativa para modificar otra vez el mandato de Gobierno. En este caso, en lugar de los seis años que corresponden a la próxima administración que será electa en el año 2021, para empatar las elecciones locales con las federales intermedias del 2027, propuso –y así fue aprobado en Comisiones– contar con un Gobierno de tres años. Paradojas de la vida política, esos mismos diputados argumentaron, incluso con una encuesta presuntamente pagada por ellos, que dos años no eran suficientes para un Gobierno, y querían cinco para Bonilla.
Pero no solo eso.
En la sesión del 10 de junio de 2020 en el Congreso del Estado de Baja California, que tendrá lugar a las 11 de la mañana, aparte de cambiar una vez más la Constitución para modificar el periodo de mandato, votarán 25 iniciativas propuestas por diversos diputados y partidos, entre ellas, ocho de corte electoral.
Los diputados de Morena en Baja California han propuesto eliminar a los diputados de lista, aquellos que accedían a una curul por la vía de la representación proporcional de los partidos en la votación. En el estado hay diputados electos por tres formas: por el voto directo en cada uno de los 17 distritos, por representación proporcional de partido, y los segundos mejores lugares. Esto le ha permitido a las minorías obtener una posición en el Congreso del estado aun sin ganar una elección. Hoy día la Cámara se compone de 13 diputados con el membrete de Morena, dos del PAN, dos del PT, uno de Movimiento Ciudadano, uno del Partido de Baja California, uno del Partido de la Revolución Democrática, uno del PRI, uno del Verde, uno de Transformemos, y dos diputados sin partido que fueron panistas.
Esta conformación le da a Morena la mayoría absoluta para modificar la Constitución a capricho. A los 13 del partido del Presidente se suman los dos del PT, uno de Transformemos y uno del Verde, partidos que fueron sus aliados en la elección de 2019 y obtienen los 17 votos necesarios para imponer cualquier cambio constitucional, que se verá consolidado con la venia de los cinco ayuntamientos, los cuáles están en poder de representantes de Morena.
Eliminados los diputados de lista, sin otro método de selección propuesto, convertirá la Cámara local en una representación bipartidista.
Pero entre las ocho iniciativas que tienen que ver con la democracia en Baja California también destaca una que propone la reducción del número de diputados, proyecto que, hermanado con el anterior, podría eliminar la representación de los partidos minoritarios en el Poder Legislativo del Estado.
Una más, o mejor dicho, varias de las iniciativas están encaminadas a la reducción del financiamiento público para los partidos políticos. Una propone eliminar el 100 por ciento de los recursos públicos destinados a los partidos, y otra reducirlo al 50 por ciento. Sin haber realizado consensos para determinar de dónde provendrán los dineros que utilizarán los partidos para su operación ordinaria y en años electorales para las campañas. Ni propuestas ciudadanas de filtros para evitar el lavado de dinero, el ejercicio de recursos de procedencia ilícita, o el pase de charola tan clásico con el pasado como vigente está al día de hoy.
Otras propuestas versan en el objetivo de integrar a los indígenas y a los pueblos indígenas de Baja California en los procesos electores y los órdenes de Gobierno. Y una más es con el objetivo de votar por la vía directa a los regidores integrantes de los cabildos en los ayuntamientos, para que no sean electos de una planilla ganadora encabezada por el candidato a la presidencia municipal como sucede ahora.
El miércoles 10 de junio de 2020 varios escenarios electorales estarán en juego en Baja California con las varias iniciativas de corte electoral que estarán sobre la mesa, entre las más destacadas la reducción del siguiente periodo del Gobierno del estado, la eliminación de los legisladores de partido, y la reducción o eliminación del recurso público para partidos políticos.
Todo ello sin consensos, sin contrapesos, sin equilibrios, ni estudios de entidades académicas, sin la participación de la sociedad organizada, solo con el poder de Morena y sus aliados que en Baja California juegan con la democracia, mientras que a nivel nacional el panorama no parece ser distinto desde Palacio Nacional.
FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: ADELA NAVARRO BELLO.
LINK: https://www.sinembargo.mx/10-06-2020/3801981