El Hospital Regional de Pemex de Villahermosa, Tabasco, suministró heparina sódica contaminada. Oficialmente hubo ocho muertos, aunque familiares de pacientes de hemodiálisis sostienen que hubo más.
avier Acosta se acababa de jubilar como trabajador de Pemex. Todavía no cumplía 60 años, pero padecía insuficiencia renal desde hacía un año y medio, por lo que recibía hemodiálisis en el Hospital Regional de Pemex de Villahermosa, Tabasco. Estaba bajo control, hasta que el hospital suministró heparina sódica contaminada con bacterias a casi 70 pacientes como él en febrero pasado y él fue uno de los que murió.
Cuatro meses después, las familias no recibieron ningún apoyo y hasta ahora no hay una sola persona que haya sido sancionada o señalada como responsable.
Oficialmente, fueron ocho los muertos de los que se informó entre el 29 de febrero y el 26 de marzo, aunque los familiares de pacientes de hemodiálisis sostienen que hubo más, pero como no eran trabajadores directamente de Pemex, la empresa del Estado no los reconoció.
Javier fue el séptimo de esos ocho reconocidos, aunque para él ni siquiera hubo un comunicado lamentando su muerte. Pemex informó del sexto fallecimiento el 12 de marzo y del octavo el 26; pero el 15 de marzo, que Javier murió, la dependencia solo difundió que había 30 dados de alta por mejoría.
Aracely Alejo, la esposa de Javier, asegura en entrevista con Animal Político que primero quisieron negarle que su marido había muerto por la heparina contaminada. Cuenta que cuando fue por el cuerpo, le dieron a firmar un papel, y a pesar de su dolor, lo leyó con atención y vio que decía que la causa de muerte era neumonía y que ella rechazaba la necropsia. Le dio tanto coraje, recuerda, que insultó al médico y se fue sin firmar nada. Era domingo y hasta el lunes en la tarde llegó la Fiscalía del Estado de Tabasco para hacerle la necropsia al cuerpo, de la que todavía no le entregan los resultados porque todo cerró.
Fue el fin de semana que empezaron las medidas de distanciamiento social para tratar de contener la pandemia de COVID-19 y la negligencia médica de Villahermosa se dejó en segundo plano.
Dos días antes de la muerte de Javier, Pemex difundió fotos de su director, Octavio Romero, en el Hospital de Villahermosa, en las que tomaba del brazo o platicaba con afectados. Según los familiares de algunos de los fallecidos, esa visita fue de madrugada, sin previo aviso; ellos ni siquiera se enteraron y uno de los retratados en las fotos murió después. Fue la única vez que el director de la empresa productiva del Estado se involucró en el caso.
Javier pasó 11 días en terapia intensiva, resistiendo, hospitalizado desde el 4 de marzo, cuando ya había explotado el escándalo nacional porque había al menos dos muertos y 35 internados por el medicamento contaminado. Dejó huérfanos a dos hijos de 12 y 4 años, pero Aracely no recibió ni una llamada, ningún apoyo. Todavía debe el pago del funeral de su esposo.
El mismo abandono sufrió la familia de Patricia Jiménez. Ella fue la segunda víctima, fallecida el 3 de marzo. Parecía que iba a salir bien librada con los antibióticos que le pusieron para combatir la bacteria Klebsiella spp que venía en la heparina, que es un anticoagulante. Salió del hospital justo para celebrar su cumpleaños número 54, el 1º de marzo, pero al día siguiente tuvo una recaída, entró grave otra vez al hospital, con temperatura altísima, y ya no volvió a despertar.
Era paciente de ese Hospital porque su marido trabajó en Pemex, y ahora su hijo es empleado de la paraestatal. Pero ni por eso recibieron apoyo o algún tipo de seguimiento personalizado.
“Ni el pésame nos dieron”, se queja su hija Paulina Palacios.
Eso contrasta con el mensaje repetido por Pemex en cada uno de sus boletines: que los trabajadores son su principal activo y titulares del derecho a recibir la atención digna y suficiente para garantizar su derecho a la salud y el de sus familias.
“Por tal motivo, se continuará apoyando en el seguimiento de la denuncia presentada para que las víctimas de este hecho accedan a la verdad, justicia y la reparación del daño a los afectados por este lamentable suceso”, señaló la empresa el 26 de marzo.
Un día después publicó su último comunicado del tema para informar que todos los afectados habían sido dados de alta. Los boletines cambiaron de tema para reportar diariamente las atenciones por COVID-19. No volvió a haber información sobre los pacientes afectados por un insumo contaminado.
El 19 de mayo, dos de esos pacientes de hemodiálisis dados de alta dos meses antes por el incidente de la heparina sódica, fallecieron.
Uno de ellos fue don Manuel; su esposa no quiso dar entrevistas porque aún se siente muy afectada emocionalmente, solo dijo a este medio que su marido no estaba tan mal del problema renal como para haberse muerto.
Al otro, Roberto Galicia, se lo llevó un cáncer, pero su hijo cuenta que lo había tenido encapsulado durante 15 años y que tras los 22 días que pasó hospitalizado por las bacterias en la heparina sódica, salió bajo de plaquetas y el cáncer hizo una metástasis que lo mató en unas cuantas semanas.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: ITXARO ARTETA.
LINK: https://www.animalpolitico.com/2020/07/pemex-abandona-familias-fallecidos-hemodialisis-contaminada/