A un año y medio de que se inaugure, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) lleva un avance de 40.01 por ciento y ha logrado bajar su costo total, de los 79 mil 305 millones de pesos originales a 74 mil 535 millones, un ahorro de 6.1 puntos porcentuales.
El vocero del Agrupamiento de Ingenieros de Santa Lucía, el mayor José Juan Marín Solís, informó que parte de esos recursos se destinarán a obras complementarias, como el museo del mamut.
Con 88 metros de altura, la torre de control será la edificación más alta del AIFA. Diseñada por arquitectos militares, su fuste –con diseños romboidales– evoca a un macuahuitl, el arma prehispánica con filos de obsidiana.
En su punto más alto estará la cabina de control, con 14 posiciones destinadas a controladores aéreos y cuatro para supervisores, por lo que será la más grande del país.
Su edificio base, de forma hexagonal, también refleja nuestra historia militar, pues se basará en un chimalli, escudo utilizado por los guerreros mesoamericanos.
Con motivo de la reciente visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a las obras se habilitó una parte del edificio terminal como local de exhibición, donde se puede apreciar cómo serán las salas de última espera.
Los detalles corresponden a la definición del proyecto, austeros pero dignos; resaltan las pantallas electrónicas, incluso algunas curvas que cubren los pilares.
Los pisos de loseta cerámica y los locales para tiendas, cafeterías y expendios de comida rápida son similares a los de otras terminales del país, aunque sin lujo alguno.
Destacan los baños temáticos, un total de 33 en todo el inmueble, cada uno decorado con motivos culturales, históricos o turísticos, entre ellos la charrería, el tequila, el Día de Muertos o Chapultepec. La novedad es que habrá un tercer baño denominado familiar o unisex.
El mayor Marín Solís afirmó que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) cumplirá con su compromiso de entregar la primera etapa del AIFA el 21 de marzo de 2022, la cual consiste en dos pistas comerciales de cuatro kilómetros y medio de longitud, de concreto hidráulico, con sus calles de rodaje y plataforma; la primera ala del edificio terminal, con 34 posiciones de llegada, 17 de ellas de contacto y el resto remotas.
Además habrá las vialidades de acceso, estación de combustible y un centro intermodal donde arribarán el tren interurbano, dos líneas del Mexibús, camiones foráneos, taxis y transporte particular.
La primera etapa, la modernización de la base aérea militar de Santa Lucía, se entregará en febrero de 2021 y se le dio prioridad porque desde ella se opera el apoyo aéreo del Plan DN-III-E.
La convivencia de un aeropuerto civil con una base aérea militar no es la excepción, sino casi la regla en el territorio nacional.
Marín Solís explicó: "De las 19 bases aéreas militares con las que cuenta el Ejército, al menos dos terceras partes conviven con aeropuerto civiles, incluso comparten la misma pista y la misma torre de control".
Periódicamente cada etapa de construcción del AIFA es repasada por un escáner láser, que lanza millones de rayos por segundo para formar una imagen en tres dimensiones del avance de la obra. Esta información es recogida en una computadora y comparada con el plan maestro mediante el sistema denominado modelado de la información de la construcción, que servirá no sólo en esta etapa, sino cuando esté en funcionamiento, según explicó el capitán Osvaldo Osorio Peñaflor, encargado de topografía y geotecnia.
"Por ejemplo, los equipos de aire acondicionado, cuando se revisen su modelo va a aparecer qué clase de equipo tiene ahí, sus características, cuándo se instaló, cuándo le toca mantenimiento y cuál es su vida útil".
AUTOR: EDUARDO MURILLO.
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