La relatora especial de la ONU sobre ejecuciones sumarias, Agnès Callamard, llamó a los gobiernos a garantizar el respeto y la gestión de las fosas comunes con un enfoque de derechos humanos.
Al presentar su informe anual, Callamard señaló que dichos lugares no son reconocidos, permanecen desprotegidos, sin preservar, y cuando no están cubiertos son profanados o destruidos.
“Las fosas comunes son lugares de evidencia cruciales para la búsqueda efectiva de la justicia formal. Tienen los restos de aquellos a quienes se les negó la identidad en la muerte. Son espacios de íntimo dolor para los seres queridos y son lugares de registro público, prueba de que ocurrieron hechos atroces que nunca deben olvidarse", apuntó.
Todas las regiones del mundo, recalcó, tienen fosas comunes como resultado de represión, conflictos, actividades delictivas, desastres naturales o pandemias, y siempre –aseguró-- representan violaciones de derechos humanos.
Para garantizar su manejo respetuoso, recomendó el nombramiento de un tutor legal para la fosa común y administradores de la escena del crimen cuando corresponda, quienes serían responsables de asegurar que se preste la debida atención a los reclamos de los diversos interesados y que se cumplan las obligaciones del Estado.
Callamard resaltó que las familias de las víctimas, los sobrevivientes y las comunidades afectadas son fundamentales y deben poder participar activa y significativamente en las decisiones sobre la gestión de fosas comunes.
Por otra parte, comentó que deben tomarse medidas más coherentes en materia de derechos humanos para garantizar que las generaciones presentes y futuras nunca olviden los crímenes que produjeron estos espacios y se trabaje activamente para impedir la repetición de esa violencia.
"Es solo a través de intervenciones basadas en los derechos humanos que estos lugares de masacre y de sufrimiento masivo pueden convertirse en sitios de dignidad, respeto y aprendizaje comunitario esencial para la no repetición", resaltó.
En su informe, la relatora recordó que entre 2006 y 2016 una investigación independiente descubrió mil 978 fosas con víctimas de la guerra contra las drogas en México, mientras que en España se han localizado al menos 2 mil fosas comunes vinculadas a la Guerra Civil.
Asimismo, alertó que en ciudades como Manaus, en Brasil, y Nueva York, en Estados Unidos, está ocurriendo una “explosión de enterramientos masivos”, en algunos casos en “fosas comunes”, por la pandemia de covid-19.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: MELISA CARRILLO.
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