El canciller Marcelo Ebrard Casaubón presumió una serie de operaciones diplomáticas que realizó y que llevaron el gobierno estadunidense de Donald Trump a abandonar los cargos por narcotráfico y lavado de dinero contra el general mexicano Salvador Cienfuegos Zepeda, quien fuera titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.
En una conferencia de prensa convocada de último momento este martes en la Cancillería, Ebrard aseguró que ve con "simpatía" la decisión del fiscal estadunidense William Barr --con quién él cabildeó-- e indicó que, en caso de que la jueza neoyorquina acepte el abandono de cargos, Cienfuegos llegará pronto a México con el estatus de "un ciudadano mexicano que no tiene cargo en Estados Unidos" y en "condiciones de salud óptimas".
Si bien la Fiscalía General de la República (FGR) acordó con su contraparte estadunidense que llevaría una investigación contra Cienfuegos con base en las evidencias de la Agencia Antidrogas (DEA), Ebrard se mostró muy cauteloso en adelantar la suerte de esta indagación -"los delitos tendrán que austanciarse y probarse", dijo- e insinuó que el militar podría no pisar la cárcel en el país, pues sostuvo que "la ley mexicana es más garantista que la de Estados Unidos".
"En este momento, la FGR tendrá que resolver qué pasos va a dar", dijo y, tras indicar que el militar "seguirá su proceso en México (...) donde se le aplicarán las leyes mexicanas", Ebrard explicó que los delitos que le fincó la DEA se llevaron a cabo en México; y soltó: "se trata del exsecretario de la Defensa Nacional, ¿por qué se debería tratar en un país extranjero?".
Esta explicación, sin embargo, deja muchas preguntas sin resolver, pues el gobierno mexicano nunca la evocó en otros casos de alto impacto --como los juicios de Genaro García Luna o de exgobernadores--, y las autoridades estadunidenses establecieron delitos de Cienfuegos desde su lado de la frontera.
Consciente del carácter polémico de este caso, el canciller reconoció que la decisión de Barr "no tiene precedente" en la historia de las relaciones bilaterales, y la celebró como una muestra de "respeto a la soberanía y a las Fuerzas Armadas de México".
"No lo vemos como un camino a la impunidad", declaró el canciller, y descartó que la posible liberación del militar "no tiene nada que ver" con el proceso electoral en Estados Unidos, ni a la negativa del presidente Andrés Manuel López Obrador de reconocer el triunfo de Joe Biden.
Sin embargo, el político confesó que la negociación se llevó a cabo con el gobierno de Trump exclusivamente, pues "no hemos tenido pláticas con la administración entrante".
En el arranque de su conferencia de prensa, Ebrard narró cómo, desde el día de la detención de Cienfuegos en el aeropuerto de Lós Ángeles -el 15 de octubre- él cabildeó a través de los canales diplomáticos para conseguir la entrega de Cienfuegos a México, entre ellos mediante la amenaza de revisar la cooperación entre ambos países en materia de seguridad.
Ebrard recordó que, entre el 15 de octubre y el 6 de noviembre, expresó en tres ocasiones --entre ellas mediante una nota diplomática y en una plática telefónica con Barr-- la "sorpresa", el "descontento" y el "profundo extrañamiento" del gobierno mexicano ante la detención de Cienfuegos, y el hecho que Washington ni siquiera había informado a su contraparte mexicana que llevaba una investigación contra el extitular de la Sedena.
Como resultado de esta presión, el 30 de octubre el gobierno estadunidense entregó a la Cancillería un oficio de la DEA firmado por su titular, Timothy Shea, con un anexo de 743 páginas que contenía parte de las evidencias contra Cienfuegos.
Ebrard dijo que el 2 noviembre él mismo entregó el paquete a Alejandro Gertz Manero, titular de la FGR, para que lo analizara; cuatro días después, habló de nuevo con Barr "para notificarle que había turnado el oficio al doctor Gertz Manero"; el 11 de noviembre, el gobierno de Trump mandó a México las evidencias "por maleta diplomática", la cual "fue enviada a la FGR".
Y hoy la FGR y la fiscalía estadunidense anunciaron, mediante un comunicado conjunto, que el gobierno de Trump abandonaría los cargos contra Cienfuegos --entre ellos su trabajo con una célula del Cártel de los Beltrán Leyva y operaciones de lavado de dinero-- y entregaría el caso a su contraparte mexicana.
Cuestionado sobre los argumentos del gobierno mexicano en las negociaciones, Ebrard reconoció que, poco después de darse a conocer la detención de Cienfuegos, él mismo dijo que revisaría "entre otras cosas la colaboración con la DEA".
El anuncio de hoy tomó de sorpresa a todo mundo en ambos lados de la frontera, y provocó un terremoto político en México, dónde se esperaba mucho del juicio de Cienfuegos en Estados Unidos.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: MATHIEU TOURLIERE.
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