Durante ocho años el cuerpo de Irma Edith, mujer desaparecida desde 2012, estuvo enterrado en una fosa común de Culiacán, pese al reclamo y la sospecha de su familia que se trataba del mismo cuerpo que en octubre de ese año las autoridades policiacas habían localizado, junto a otras dos personas, en las playas de El Tambor, en el municipio de Navolato, Sinaloa, México.
La familia de Irma Edith solicitó a la Fiscalía de Justicia en Sinaloa que se exhumara su cuerpo, pero dos desafortunados “errores”, de acuerdo con María Isabel Cruz Bernal, presidenta del Colectivo de Búsqueda Sabuesos Guerreras, provocaron que el paradero de la mujer desaparecida se prolongara.
Desde abril de 2012, Irma Edith perdió comunicación con su familia. Al momento de su desaparición se encontraba acompañada de una amiga, quien el 9 de octubre de 2012 fue localizada sin vida semienterrada en las playas de El Tambor, Navolato, lugar donde también se localizaron los cuerpos de un hombre y una mujer.
De acuerdo con María Isabel, la Familia de Irma Edith solicitó en varias ocasiones a la Fiscalía Estatal (antes Procuraduría de Justicia de Sinaloa) que se desenterrara el cuerpo de la segunda mujer que acompañaba a la amiga de Irma Edith, pero no les hicieron caso.
“Les decían que el cuerpo enterrado en la fosa común no era el de ella, que Edith andaba por allí, que andaba de calenturienta, y que un día iba a regresar, pero no les hacían caso, y no se atrevieron a hacer la exhumación del cuerpo de la mujer que la familia reclamaba”, dijo María Isabel.
Un comunicado de prensa de la Fiscalía de Sinaloa, emitido este martes, reveló sin embargo que en un par de ocasiones se elaboraron los “perfiles genéticos de los dos cuerpos restantes, en busca de coincidencia con el ADN de la familia de Irma Edith”.
El primero se dio el 27 de marzo de 2013, cuando la Agencia del Ministerio Público del municipio de Navolato solicitó a la entonces Procuraduría General de la República (PGR) dichos perfiles.
“Con fecha del 5 de junio de 2013, se remitió dictamen en materia de genética forense elaborado por la entonces PGR, en el que se advierte que no se encontraron correspondencias al realizar la confronta del perfil genético de la muestra, quedando almacenados en la base de datos para posteriores confrontas”.
Luego “el 9 de diciembre de 2013, personal de la Agencia del Ministerio Público Especializada en Desaparición Forzada de Personas, recibió autorización por parte de la familia de Irma Edith para la extracción de nuevas muestras biológicas para la elaboración de perfiles genéticos, con la colaboración institucional con la PGR”.
“En fecha 30 de mayo de 2014, se recibió dictamen en materia de genética forense por parte de la PGR, donde se informa que los perfiles genéticos se ingresaron para su cotejo, sin resultado positivo hasta esa fecha”.
A pesar de las dos negativas, la familia de Irma Edith nunca se desistió y siguió sus propias pesquisas. Fue hasta 2018 que se acercaron al Colectivo de Búsqueda Sabuesos Guerreras de Sinaloa, justo en el momento en que María Isabel y otras integrantes de la organización, sin ser abogadas, comenzaron con la revisión de los casos denunciados ante la Fiscalía Estatal.
“Es donde yo me percató de dos pequeños errores, como les llama la Fiscalía (de Sinaloa), de que la primera confronta fue con el cuerpo de un hombre y la segunda con el cuerpo de una mujer que no era la misma que la familia pedía”, aseguró María Isabel.
“Nos costó casi dos años pedir esa exhumación, hasta que hablando con el Fiscal se dio esa exhumación, en la cual pedimos estar presentes y ser observadores para ver las precarias condiciones en que se encuentran los cuerpos de nuestros desaparecidos en las fosas comunes”.
Fue el pasado 28 de octubre que se dio la exhumación de los restos que la familia siempre reclamó, y este martes se dio la noticia de que efectivamente era Irma Edith.
“Si la familia se hubiera desistido y no hubiera mantenido su exigencia seguramente el cuerpo de Edith siguiera allí”, dijo María Isabel, quien sostiene que gran parte de los desaparecidos que en este momento buscan se encuentran en las fosas comunes que hay a lo largo y ancho del estado.
Comentó que tan solo en la fosa común de Culiacán, Sinaloa, donde se encontraba el cuerpo de Irma Edith hay 650 cuerpos sin identificar.
“Estamos hablando de una sola fosa común, pero en el estado hay muchas otras fosas de este tipo. Creemos que allí pudieran estar gran parte de nuestros desaparecidos”.
La activista, cuyo hijo Yosimar García Cruz desapareció en 2017, dijo que en el caso de Irma Edith no descartan interponer una denuncia contra las autoridades ministeriales por las negligencias cometidas.
“Ahora la familia está en el duelo que no han tenido. Hoy les entregaron los restos. Tal vez se haga algo penalmente, porque no se vale que estuvieran tantos años caminando y buscando y hayan pasado por todo esto. La reparación del daño debe ser integral”, expuso.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: FRANCISCO SANDOVAL.
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