Trabajadores de la Secretaría de Salud federal denuncian que son obligados a trabajar presencialmente pese al brote de COVID registrado en las oficinas de la Dirección de Programación y Presupuesto.
En entrevista para Animal Político, empleados de dicha área señalaron que en las últimas dos semanas se han confirmado al menos 20 casos de COVID-19, entre los 100 trabajadores que laboran allí. Es decir, casi una cuarta parte del personal.
Las oficinas están ubicadas en el piso 10 del edificio One Marina Park, ubicado en Marina Nacional #60.
La Dirección de Programación y Presupuesto es dirigida por Francisco Martínez Martínez y depende de la Unidad de Administración y Finanzas de la Secretaría de Salud, cuyo titular es Pedro Flores.
De acuerdo con Ana, quien pidió cambiar su nombre por razones de seguridad, en este piso trabajan 50 empleados de confianza y 50 de base.
En lo que corresponde a los 50 empleados de base, gracias a sus beneficios del sindicato, tienen un rol de guardias y solo asisten a la oficina tres días por semana. En este sector no hay población vulnerable.
Mientras que los 50 empleados de confianza no cuentan con esta opción y asisten a diario, pese a que entre ellos hay población vulnerable.
Animal Político buscó a la Secretaría de Salud para conocer su postura con relación al caso. La dependencia contestó que hasta el momento no tenía conocimiento de la situación y que revisarían si había alguna queja por parte de los empleados.
El brote inició hace dos semanas
Ana señala que el brote comenzó el pasado 9 de noviembre.
Al tener conocimiento de ello, entre el 9 y 13 de noviembre la dirección realizó varias pruebas y se confirmaron 10 casos, entre éstos hay 8 personas de población vulnerable. El martes 17 de noviembre, se hicieron otras 35 pruebas, en las cuales resultaron 10 personas positivas.
El pasado viernes hubo una tercera ronda de pruebas en la que resultaron dos personas más positivas.
Todas las pruebas fueron realizadas en el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE). Esta semana se tomarán más pruebas.
Ana dice que aunque la cifra oficial es de 20 casos positivos, ellos sospechan que a estas alturas el número de contagios es mucho mayor.
Pese a esto, la instrucción de la dirección es continuar yendo a la oficina.
Jorge, otro empleado del lugar (quien también pidió cambiar su nombre), relata que la decisión de no trabajar en casa es del director, Francisco Martínez, quien sí asiste a la oficina pero se mantiene alejado del personal y solo da las instrucciones de trabajo a través de los directores de área.
“Francisco se alejó de nosotros antes de que pudiéramos solicitarle trabajar desde casa, ahora los directores de área nos han dicho que la instrucción es permanecer aquí hasta ver si hay más casos, lo cual nos parece absurdo”, refiere Jorge.
Tanto Jorge como Ana son empleados de confianza y como tal se dicen más afectados porque no tienen un sindicato que los respalde, como en el caso de los trabajadores de base. Temen quejarse directamente ante la Secretaría de Salud pues podrían tomarse represalias en su contra.
Ambos comprenden la importancia de trabajar en la oficina al ser la dirección encargada de administrar el presupuesto para el Sector Salud, pero dicen que temen por su vida y por la de sus compañeros.
Casos que pudieron evitarse
Jorge platica que entre los casos que han resultado positivo a COVID, hay al menos tres personas que son población vulnerable y no fueron enviados a sus casas.
Uno de ellos es un director de área, quien tuvo que presentarse a trabajar de manera pronta después de una cirugía, por instrucción de la dirección. Después de unos días empezó a sentirse mal, él fue uno de los primeros positivos.
A este caso se suman otro empleado y un subdirector de área, también adultos mayores, que resultaron positivos, uno de ellos es asintomático.
Todos estos trabajadores, como otros que padecen diabetes u obesidad, tienen algo en común: son trabajadores de confianza y como tal no han podido ir a sus casas ya que ese beneficio solo es para los empleados de base.
“Lo que nosotros queremos es que se cumpla la palabra del presidente López Obrador, él dijo que la población es riesgo debía ir a sus casas y cómo es posible que tengan a nuestros compañeros trabajando así solo porque no tienen base. Nosotros estamos en la misma situación y aunque no tenemos alguna comorbilidad tememos por nuestras vidas y por las de nuestras familias”, comenta Jorge.
Ana y Jorge piden a las autoridades federales de Salud que se evalúe la destitución del director general, Francisco Martínez por negligencia, “ya que le importa más imponer su tiranía que la vida humana”.
Personal de base también se queja
Por su parte, el personal de base, es decir sindicalizado, manifestó su descontento por el manejo de la situación y dicen que no regresarán a la oficina hasta que se les dé una solución.
Este lunes, las y los empleados de base que no son población de riesgo pero siguen siendo obligados a trabajar presencialmente dos veces por semana, se manifestaron en el lobby del edificio para exigir una solución al brote de COVID.
Al igual que sus compañeros, el personal de base argumenta de sus oficinas ya deberían ser catalogadas como una zona de alto riesgo de contagio y piden a la dirección que los dejen laborar desde casa hasta que se controle la situación.
Después de un rato, los trabajadores de base se retiraron del lugar sin ser atendidos y se dirigieron a la sede de la Secretaría de Salud en Lieja.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: CÉSAR REVELES.
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