El presidente Andrés Manuel López Obrador presentó una iniciativa de Ley para que el outsourcing (o subcontratación) quede prohibido.
Este jueves, Luisa María Alcalde Luján, titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, explicó que la propuesta incluirá modificaciones a la Ley Federal del Trabajo, del IMSS, del Infonavit, y hasta algunas leyes fiscales, para “acabar con los abusos de esta figura”.
Desde 2012, la subcontratación se regula en la Ley Federal del trabajo, según la cual: “El trabajo en régimen de subcontratación es aquel por medio del cual un patrón denominado contratista ejecuta obras o presta servicios con sus trabajadores bajo su dependencia, a favor de un contratante, persona física o moral, la cual fija las tareas del contratista y lo supervisa en el desarrollo de los servicios o la ejecución de las obras contratadas”.
Isaac Maximino Ibarra Barajas, director de Ibarra Barajas y experto en temas fiscales, nos pone un ejemplo: Una empresa que se dedica a vender automóviles también necesita gente que se dedique a dar el servicio de seguridad o de limpieza, entonces esa empresa subcontrata personal para no desviarse de una actividad que no es su fuente de ingresos.
Para esto, “contrata a otra empresa que le brinde ese servicio”, señala Ibarra Barajas. También puede buscar de esa manera a contadores, vendedores o encargados de Marketing, por ejemplo. El especialista señala que la subcontratación es tan común en México, que existe dentro del mismo gobierno.
¿Por qué se habla de malas prácticas en la subcontratación?
Ibarra Barajas reconoce que por desgracia, algunas empresas abusan de esta figura y contratan a la mayoría de su personal a través de otra empresa. De esa forma evitan que todos las personas que trabajan en su compañía reciban beneficios que por Ley les corresponde, como el reparto de utilidades.
El reparto de utilidades es una prestación a la que tienen derecho los trabajadores sobre una parte de las ganancias que genera una empresa o el patrón durante el año. Pero si están subcontratados, no tienen acceso a este beneficio pues aunque trabajan en esa empresa, su patrón es otro.
“La subcontratación a veces también se usa para hacer un subregistro, la empresa que contrata a esos trabajadores los da de alta en el IMSS con un salario inferior al que realmente reciben”, señala Ibarra Barajas.
Para Abigail Quiroz Vargas, presidenta de Fundación Trabajo Digno, la subcontratación es un instrumento, y si resulta benéfico o malicioso depende del uso que se le dé. Pero “el problema es que se le ha dado un uso diferente al que era su naturaleza”, dice.
De acuerdo con la especialista en derecho laboral “en un inicio el objetivo era permitir que las empresas se pudieran enfocar en el corazón de su negocio y despreocuparse de los demás, pero se ha abusado de ese esquema y se le ha estado utilizando como un medio para evadir las responsabilidades patronales. Aunque trabajen para ti, tú no eres su patrón”, señala.
Las fallas de la subcontratación
“Algunos tienen salarios precarios, no tienen seguridad social, están registrados con un salario menor ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y los contratan y despiden cada mes para que no hagan antigüedad”, describe la especialista en derecho laboral.
Abigail Quiroz Vargas reconoce que hay algunos outsourcings que son serios y respetan a sus trabajadores. Pero la mayoría “son empresas de papel” como ella les llama, pues cambian de razón social cada año y eso les permite violar los derechos de los trabajadores sabiendo que dificilmente podrán pagar las consecuencias en un juicio laboral. “Si la empresa ya no existe, ¿a quién le cobras?”, reclama.
“Lo más grave es que se considera como un vil comercio de trabajadores, por ejemplo,el negocio de una cafetería es vender café. Pero el negocio de las empresas de outsourcing es comerciar con el trabajo de los trabajadores. Y ahí está la contradicción porque en la constitución dice que no son objeto de comercio las personas ni el trabajo de las personas”, dice Quiroz Vargas.
De acuerdo con la especialista, a los trabajadores subcontratados “se les pone en calidad de mercancía” y eso se evidencia en los contratos en donde se describe a los trabajadores como objetos o insumos que una empresa “suministra” a otra.
Pero por si fuera poco Quiroz Vargas encuentra en esta figura una práctica que fomenta la desigualdad porque “hay trabajadores de primera y de segunda”. “Aunque trabajen en el mismo lugar, jamás van a tener las prestaciones ni el trato que tienen los que sí están contratados de forma directa”, explica.
El problema de la subcontratación ha escalado niveles tan altos, que hay empresas que crearon su propio outsourcing, y ellos mismos se “suministran empleados” sin contratarlos.
Por ejemplo, “ las grandes tiendas departamentales, empresas bancarias, cadenas de comida hicieron una figura más grosera, si tu compras en tu recibo tiene una razón social, pero si tu trabajas para la misma tienda tu patrón es otro”, explica.
De acuerdo con la especialista si todo esto sucede, es porque las instituciones regulatorias lo permiten.
¿Eliminar esta figura es una buena idea?
De acuerdo con Ibarra Barajas, eliminar al outsourcing como insinúa el presidente, podría ser negativo. “Hay muchas empresas que dependen del outsourcing, por ejemplo, una empresa que tiene 2 mil trabajadores y tiene que crear un área específica de recursos humanos que le administre la nómina, la verdad es que es más benéfico contratar una empresa que se haga cargo porque no es solo es el recurso económico también implica tiempo, administración e infraestructura”.
Quiroz Vargas dice que eliminar los outsourcing de la noche a la mañana es imposible, y no les puedes hacer eso porque son empresas privadas y jurídicamente es imposible.
“Prohibirlas tampoco es lo más sano, porque no obstante de que el 90% se ha utilizado mal sí hay un 10 % que sí es, es el outsourcing especializado que le facilita la vida a las empresas con el tema administrativo, y es el que sí se justifica”, explica.
Lo que debe buscar la ley
“No es una mala figura, lo complejo es descubrir cómo de manera fraudulenta quieren abusar de esa figura”, dice Ibarra Barajas. Y una forma de hacerlo, es revisar si la empresa de outsourcing solo le ofrece sus servicios de personal a un solo cliente, “si es así es claro que eso es una simulación”, explica.
Ibarra Barajas dice que la ley se ha modificado de una manera muy acertada para controlar una empresa que se dedique a subcontratar personal. “No puede ser que una empresa pueda mandar trabajadores, que haga limpieza y también tenga abogados o vendedores, ese personal debe ser especializado y es la razón de ser del personal que se necesita subcontratar.”
Actualmente, la Ley Federal del Trabajo dice que la subcontratación no podrá abarcar la totalidad de las actividades que se desarrollen en el centro de trabajo; deberá justificarse por su carácter especializado; y no podrá comprender tareas iguales o similares a las que realizan el resto de los trabajadores al servicio del contratante.
Sin embargo, el especialista reconoce que se necesita hacer una reforma más a fondo. “Para una empresa, uno de sus mayores gastos de producción es su nómina y sin embargo, no es deducible al 100 por ciento. Yo creo que se le pegaría más a las empresas factureras y a las que realizan un outsourcing fraudulento si se diera más beneficios al empresario”, señala.
“La medida correcta es estimular al empleador para que quiera estar dentro de la formalidad y beneficiar a los trabajadores dándoles de alta con un salario real ante el IMSS”,insiste.
Pero para Quiroz Vargas la solución está en regular la figura de la subcontratación de mejor manera e imponer una verdadera corresponsabilidad entre el outsourcing y la empresa que contrata sus servicios.
Además de lograr una regulación que impida a las empresas cambiar de nombre cada año para evitar responsabilidades, o dar un domicilio fiscal que no existe. “El punto es un equilibro y una mejor regulación para controlar estas empresas”, menciona.
“No puedes proteger a las empresas a costa de los trabajadores, ni a los trabajadores a costa de las empresas porque si no hay empresas no hay trabajo”, refiere la especialista.
Sin embargo, Quiroz Vargas aclara que si este esquema desaparece no habrá pérdida de empleo como se ha especulado. “Si te prohíben o te limitan la subcontratación de todas formas necesitas los servicios de esos trabajadores entonces la necesidad del trabajo va a seguir existiendo. Los puestos de empleo no se pierden. Las empresas van a tener que buscar la manera de contratarlos, la necesidad de trabajo no va a desaparecer.”
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: SAMEDI AGUIRRE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario