Creadas en abril de 2001 como parte de una amplia reestructuración naval en el naciente sexenio del presidente Vicente Fox Quesada (2000-2006), las Fuerzas Especiales (FES) de la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar) pasaron de cumplir misiones de “defensa de la soberanía, seguridad e intereses nacionales”, a llevar adelante operaciones contra organizaciones del narcotráfico.
Esta gama de misiones se ha focalizado en el combate a cárteles del narcotráfico a los que los integrantes de las FES de la Marina han asestado golpes contundentes, ya sea con la captura de sus líderes o con su eliminación.
El 16 de diciembre de 2009 en Cuernavaca, Morelos, Arturo Beltrán Leyva murió en un enfrentamiento con las FES de Marina que intentaron detenerlo en el condominio Altitude en el que se ocultaba. El 7 de noviembre de 2010 en Matamoros, Tamaulipas, Ezequiel Cárdenas Guillén, alias “Tony Tormenta”, hermano de Osiel Cárdenas, líder del Cártel del Golfo, fue abatido por elementos de las FES luego de tres horas de enfrentamient.
En la Operación Gárgola ejecutada en Mazatlán, Sinaloa, el 22 de febrero de 2014 para recapturar a Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”, los comandos “Hurón” y “Tigrillo” de las FES lograron la aprehensión del capo.
Dos años después, en la Operación Cisne Negro efectuada en Culiacán, Sinaloa, el 19 de enero, los comandos Viper, Puma y Roble de la UNOPES fueron parte central de la nueva y definitiva recaptura de Guzmán Loera.
Las Fuerzas Especiales de la Marina, creadas para apoyar despliegues navales antiterroristas, evolucionaron rápidamente para convertirse en la unidad de élite de la Semar encargada de llevar adelante operaciones contra el crimen organizado.
Están integradas actualmente por 1,984 elementos (unos seis batallones) que cuentan con adiestramiento constante y cada vez más sofisticado que comprende la acción directa, el combate cercano en interiores, las operaciones urbanas, las operaciones en selva y desierto.
También desarrollan acciones de reconocimiento, paracaidismo en caída libre, buceo de combate, manejo de explosivos, la seguridad a funcionarios, operaciones de inteligencia militar, de alta montaña, de contraterrorismo y de guerra no convencional, entre varias más.
La primera antigüedad de operadores de las FES se formó en el curso efectuado entre abril de 2001 y junio de 2002, con 45 elementos como pie veterano de lo que hoy es la UNOPES (Unidad de Operaciones Especiales).
Esta unidad pasó revista de entrada el 15 de septiembre de 2014, luego de la publicación del Acuerdo Secretarial de esa fecha, firmado por el almirante Vidal Francisco Soberón Sanz.
La UNOPES aparece en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) de la Semar con asignaciones que superan en más de diez veces, por ejemplo, los recursos destinados a la Unidad de Promoción y Protección de los Derechos Humanos (UPPDH) de la Secretaría, la cual, en sus programas y funciones, incluye a los más de 60 mil efectivos de la institución.
El PEF de la Marina del 2019 le asignó a la Unidad de Promoción y Protección de los Derechos Humanos un presupuesto de 42 millones 243 mil 631 pesos, mientras que la UNOPES recibió en ese año la cantidad de 601 millones, 203 mil 037 pesos, la cifra más alta en los últimos años para dicha instancia operativa.
El PEF 2020, el que se ejerce este año, tiene 31 millones 305 mil 768 pesos para el funcionamiento de la Unidad de Promoción y Protección de los Derechos Humanos. En cambio, para la UNOPES la asignación es de 507 millones 935 mil 015 pesos.
Aún más. El PEF aprobado para la Semar en 2021 indica que la Unidad de Promoción y Protección de los Derechos Humanos recibirá 36 millones, 590 mil 074 pesos para funcionar, mientras que la UNOPES tendrá 454 millones 447 mil 434 pesos para los gastos de operación, los sueldos, las remuneraciones adicionales especiales y otras prestaciones sociales y económicas contempladas para sus integrantes.
¿Quién puede ingresar?
A la UNOPES solo acceden los Infantes de Marina capaces de superar los exámenes y pruebas de filtro que se les aplican para ir avanzando hasta concluir una intensa preparación que puede durar entre un año y año y medio, dependiendo si el aspirante es aceptado y desea continuar un curso especial de seis meses de duración.
En un principio, como Fuerzas Especiales de los grupos de Comando, los marinos realizaban esta preparación:
Duración del Curso: 7 semanas en Puerto Chiapas, Chiapas; entrenamiento de los Comandos.
Este tipo de adiestramiento especializado requiere de una gran fortaleza física y mental de los cursantes; no es necesario ser paracaidista, se aplica en terreno selvático, fangoso y pantanoso con clima cálido-lluvioso e implica ejecución de prácticas y ejercicios de alto riesgo, por ello son una fuerza élite.
El curso se efectúa en 2 fases:
Primera Fase: Al cursante se le adiestra en las técnicas y tácticas de las operaciones especiales de comandos y se aplica el adiestramiento práctico repetitivo para lograr destreza individual y colectiva.
Segunda Fase: El cursante entra en la fase de planeamiento y ejecución sobre el terreno de supuestos tácticos, aplicando las técnicas y tácticas de Operaciones especiales de comandos, se enfoca a aumentar el liderazgo, fomentar el trabajo en equipo y fortalecer el espíritu de cuerpo.
Antes de convertirse en UNOPES e intensificar su entrenamiento dentro y fuera del país, los marinos de esta unidad de élite estaban conformados en dos grupos: uno adscrito a la Fuerza naval del Golfo (FUERNAVGO), denominado Fuerzas Especiales del Golfo (FESGO) y otro para la Fuerza Naval del Pacífico, nombrado como FESNAPA.
Después se creó un tercer grupo denominado Fuerzas Especiales del Centro (FESCEN), ubicado en el Cuartel General del Centro (CDMX) en el que el 29 Batallón de Infantería de Marina es la unidad base para nutrirse de aspirantes y elementos ya adiestrados.
En esta etapa, las FES –cuyo nombre obedece también al lema de la unidad: Fuerza, Espíritu y Sabiduría– estaban integradas por 460 elementos, 230 para la FESGO y 230 para la FESPA. Para ingresar a, curso de preselección de candidatos al curso básico, se solicita ser Infante de Marina, tener buena conducta, aprobar examen médico general, una edad máxima de 34 años y tener excelente condición física.
Se le pide al candidato hacer 40 lagartijas y 40 abdominales, correr 3.2 kilómetros en 12 minutos y nadar 50 metros. Fallar en cualquiera de estas pruebas elimina de inmediato al aspirante.
Una vez aceptado en el curso básico, el aspirante a ingresar a las Fuerzas Especiales entrenará durante 11 meses, aprendiendo técnicas avanzadas de tiro, defensa propia, actividades de reconocimiento, manejo de armamento especializado, paracaidismo, buceo de combate, infiltración acuática, manejo de explosivos y demoliciones, fortalecimiento psicológico, trabajo en equipo, tácticas de patrullas, primeros auxilios, combate urbano, equipo y estrategias de comunicación, técnicas de rapel y técnicas de supervivencia en condiciones adversas, en jungla, montaña o desierto.
Solo entre el 15 y el 20 por ciento de admitidos logra terminar el curso para convertirse en elementos de las Fuerzas Especiales de la Marina. Luego existe la posibilidad de hacer otro curso de seis meses. De ese curso egresan los elementos que formarán parte de la UNOPES, la élite de la élite.
Ya como elementos activos de la UNOPES, los marinos reciben entrenamiento militar avanzado y especializado en unidades del Comando Norte de los Estados Unidos y en instalaciones de la Marina de ese país ubicadas en la Base de Operaciones Anfibias de Coronado, California, en donde se imparte el curso 234 para Infantes de Marina Norteamericana y para equipos de la US Navy SEALS.
También son entrenados por fuerzas militares de Francia, Israel, Canadá, Guatemala y Colombia. En Guatemala reciben adiestramiento y cursos especiales de comandos Kaibiles.
En Colombia reciben el adiestramiento avanzado y especializado en el programa denominado Tirador Escogido sobre Plataforma Aérea (TEPLA), en el que los tiradores selectos de la UNOPES, ya elegidos en la SEMAR, aprenden las técnicas más avanzadas para disparar ametralladoras automáticas y semiautomáticas desde helicópteros.
El armamento utilizado se integra con fusiles semiautomáticos M-82 Barret, ametralladora automática M2 Browning, calibre .50, ametralladoras automáticas Vulcan 134 Minigun, ametralladoras M60 calibre 7.62 mm.
Los integrantes de las FES de Marina acuden al Curso de Tiradores Escogidos (CTE) desde hace más de 10 años, impartido en el Centro de Especialistas de Infantería de Marina (CEIM) de la Armada de Colombia, ubicado en Coveñas, Colombia.
En 2010, ya en el gobierno de Felipe Calderón y con el almirante Francisco Saynez al frente de la Semar, dos francotiradores fueron enviados al CTE de la Armada de Colombia. Uno de ellos, el Maestre Pedro, obtuvo el primer lugar en competencia contra 24 tiradores navales de fuerzas armadas de países como Brasil, Ecuador, Argentina, Chile, Costa Rica y Perú.
En 2012, la Marina envió a un grupo de 10 elementos de las FES a la competencia internacional “Fuerzas Comando 2012”, celebrada en el Fuerte Tolemaida, en Colombia. En ese grupo iban el Maestre Fidel, el otro francotirador de la UNOPES que acudió al curso CET dos años antes, y la Teniente Ángela Tabares, la primera mujer de la Marina admitida en las FES navales.
Brazo contra el narcotráfico
Paradójicamente, su alto grado de efectividad y letalidad las habría llevado también a ser utilizadas como brazo ejecutor en la misma dinámica de combate al narcotráfico, esto en el norte del país.
Entre mayo de 2017 y noviembre de 2018, elementos de la Marina pertenecientes a la UNOPES operaron en varios municipios de los estados de Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas con la misión de actuar contra los cárteles del Golfo, de los Zetas y del Noreste.
El objetivo era combatir a operadores y líderes regionales de estos grupos para obtener información sensible y poder actuar luego en operaciones amplias y formales en contra de cada una de esas organizaciones.
En ese lapso se estima que los integrantes de la UNOPES involucrados habrían participado en la desaparición de personas a quienes identificaron o sospechaban que pertenecían a los cárteles dominantes en el noreste de México.
Por estos acontecimientos la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió las Recomendaciones 35VG/2020 y 36VG/2020, dirigidas al almirante José Rafael Ojeda Durán, por los delitos de desaparición forzada y supuestas ejecuciones extrajudiciales.
La CNDH aseguró tener evidencias que acreditan Violaciones graves a los derechos humanos cometidas por personal naval el 11 de octubre de 2016, cuando un comando de entre 20 y 25 elementos de la Marina a bordo de camionetas oficiales ingresaron sin justificación legal a un motel de Ciudad Camargo y se dirigieron a dos habitaciones para detener a cuatro personas que se encontraban hospedadas allí y a otra más de nacionalidad estadounidense, sin presentar orden de aprehensión ni acreditar flagrancia de algún delito.
La CNDH acreditó que las detenciones fueron ilegales y arbitrarias y durante estas el personal naval arrancó las cámaras de videovigilancia de la recepción del motel donde se encontraban alojados para evitar que se conocieran los hechos y que hubiera evidencia de lo sucedido.
Los detenidos fueron subidos a camionetas de la Marina “y partieron con destino desconocido, sin que hasta la fecha se conozca su paradero, vulnerando así los derechos humanos a libertad y seguridad personal de las víctimas, previstos en el artículo 16, párrafo cuarto constitucional”, se indica en un comunicado de la CNDH sobre este caso y la Recomendación emitida.
Durante los hechos, los marinos también detuvieron de manera arbitraria a una persona a quien retuvieron ilegalmente y liberaron hasta el día siguiente. Su testimonio fue fundamental para que se avanzara en la investigación del caso para que casi cuatro años más tarde se enviara la Recomendación 035VG/2020 a la Marina.
En ella se le solicita al actual titular de la Semar, cuatro años después de ocurridas las desapariciones, “inscribir a las víctimas en el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas; efectuar una búsqueda efectiva para localizarlos y presentarlos con vida o, de ser el caso, se ubiquen y entreguen a sus familiares sus restos mortales (sic), además de que éstos últimos deberán ser inscritos en el Registro Nacional de Víctimas, a fin de que se les repare integralmente el daño, se les proporcione atención médica y psicológica y se les otorgue una compensación y/o indemnización justa”.
También se le solicita, como ha sucedido siempre en otras recomendaciones enviadas a la Semar a o al Ejército Mexicano, “impartir un curso de capacitación en materia de derechos humanos al personal de la Marina e implementar en sus operativos, de manera regular, el uso de las cámaras fotográficas y de videograbación y grabación de audio, a fin de contar con evidencias de que su actuación es respetuosa de los derechos humanos”.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: JORGE ALEJANDRO MEDELLÍN.
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