viernes, 11 de diciembre de 2020

Allí están las cifras. 10 de mayo y Semana Santa dejaron enfermos y muertos. ¿Quiere hacer fiesta?

Los festejos del 10 de Mayo incrementaron el número de contagios de coronavirus. Luego vino el Día del Padre y después la reapertura de negocios y la idea de que lo grave de la pandemia ya había pasado. Para noviembre, en Estados Unidos el festejo de Acción de Gracias provocó un rebrote de casos; en México, el discurso ya se perfila a desincentivar los festejos de navidad y año nuevo.

La Navidad y el Año Nuevo están muy lejos de ser las fechas para estar en armonía y en paz con la familia. El año 2020 vino también a modificar eso y las convirtió en un foco rojo de contagios por COVID-19. Al menos por esta ocasión, los llamados no serán a disfrutar de estas fiestas con la familia, sino todo lo contrario: el llamado de las autoridades es a no reunirse en espacios cerrados.

El referente de los efectos de las fiestas de fin de año es Estados Unidos. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Enfermedades Alérgicas e Infecciosas, alertó que las fiestas de Acción de Gracias –que tuvieron lugar la última semana de noviembre) podrían provocar un “repunte sobre el repunte” porque es normal que en fechas entrañables las medidas de seguridad se relajen.
En México se suma que los gobiernos locales y el federal, anunciaron medidas más laxas en cuanto a las actividades fuera de casa, en gran medida para dar un respiro a la actividad económica. Aunado a eso, a nueve meses de que se inició la pandemia, aún hay opiniones encontradas entre autoridades sobre el uso del cubrebocas.
Los datos de la Secretaría de Salud (SSa) también nos muestran los efectos de los días festivos. Tomando como ejemplo la Ciudad de México, la Semana Santa fue un parteaguas en el número de casos de COVID-19. Para esos días, que fueron del 5 al 11 de abril, la Ciudad de México llegó con 48 casos diarios de coronavirus; 15 días después, que es el tiempo en que en promedio incuba el virus, la cantidad de casos brincó a 423.

Esa cantidad se registró el 20 de abril y a partir de entonces la cifra ya no bajó.
Pero luego vino el 10 de mayo, Día de las Madres. Ese día se registraron mil 423 casos a nivel nacional. 15 días después, la cifra de casos de COVID era de 4 mil 621 y la cifra continuó al alza, como se puede observar en la siguiente tabla. Es decir, hubo un crecimiento de 224 por ciento.
De acuerdo con esos datos, el pico más alto de número de casos se dio a mediados de julio, concretamente el día 20, con 9 mil 081 casos. La cifra logró bajar hasta que el 6 de octubre se registraron 5 mil 879 casos.

Pero los puentes de noviembre y la reapertura de la vida social, junto con el “espíritu” del fin de año, fueron el caldo de cultivo para el rebrote: para el 26 de octubre se registraron8 mil 23 casos; para el 17 de noviembre 8 mil 083 y para finales de ese mes, la cifra ya se mantuvo arriba de los 9 mil casos.
El Consejo Interterritorial de Salud, representado por el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas, pactó ayer que durante las próximas fiestas de Navidad se permita un máximo de diez personas para estas reuniones. Asimismo, recomendaron que como mucho se unan miembros de dos unidades familiares.
Un modelo matemático desarrollado por investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) permite evaluar el riesgo existente en el caso de una comida o cena para diez personas en una habitación de unos veinte metros cuadrados y con uno de los asistentes contagiados.

Según los expertos, esta simulación sólo tiene en cuenta la transmisión por aerosoles, una de las formas más comunes de contagio. Por este motivo, puntualizan que los resultados serían distintos en caso de darse otros supuestos.
Por ejemplo, Si la habitación está ventilada, las personas llevan mascarilla, y hablan en tono normal, la seguridad se eleva hasta los 71 minutos, pero la seguridad baja a catorce minutos si la estancia está ventilada, el tono de la conversación es normal, pero los asistentes no llevan mascarilla.
El peor escenario es en el caso de que las ventanas estén cerradas, no llevemos mascarilla y hablemos alto, la infección se produciría en apenas nueve minutos.
El pasado 4 de diciembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador llamó a las y los mexicanos a actuar con responsabilidad durante diciembre para evitar contagios de COVID-19 debido a que la epidemia continúa causando estragos entre la población.
En conferencia de prensa matutina dijo que mientras no exista una vacuna contra la enfermedad que causa el virus SARS-CoV-2, “lo mejor de todo, lo más eficaz, es cuidarnos nosotros mismos”.

Propuso evitar reuniones en este mes en el que tradicionalmente se realizan celebraciones como el día de la virgen de Guadalupe, las posadas, la Navidad, cenas o comidas de Fin de Año con compañeras o compañeros de trabajo, el festejo del Año Nuevo y en enero, la llegada de los Reyes Magos.

En un documento dirigido particularmente a habitantes de la Ciudad de México, el jefe del Ejecutivo planteó un decálogo de responsabilidad frente al coronavirus. Dijo que si no es necesario estar en el espacio público, las personas no salgan de sus hogares y si lo hacen, que procuren conservar la sana distancia.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: DANIELA BARRAGÁN.

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