“Imagínense lo que dirían nuestros adversarios, los conservadores, si no concluimos el Tren Maya, el proyecto del Istmo, la refinería o el aeropuerto ¡No! Por eso tenemos que apoyarnos (en el Ejército)”.
En su conferencia de prensa matutina, el presidente se refirió a la corrupción en los contratos de obra de sexenios pasados al exponer que se realizaba con “empresas manchadas de corrupción, acostumbradas al influyentismo”, asegurando que era mala decisión contratar obras “con empresas irresponsables” y añadió:
“Pueden causar el fracaso de un gobierno, pero en este caso, no sólo del gobierno sino de la transformación”.
Para el mandatario, sólo con ingenieros militares podía construirse el proyecto aeroportuario de Santa Lucía, ejemplificando en contraste con la construcción del Tren México-Toluca que ha resultado más costoso de lo previsto y sigue sin concluirse.
También ejemplificó con Odebrecht, la petrolera brasileña envuelta en escándalos de corrupción por todo el continente, que provocó que funcionarios y presidentes vayan presos.
Asimismo mencionó el caso de la constructora española OHL, que ganaba numerosos contratos pero incumplía con lo contratado y cobrando caro, además de Repsol y otras empresas de origen peninsular.
“Eso ya se terminó”, dijo el mandatario para luego referirse a diversas acciones en las que las Fuerzas Armadas están trabajando como la producción de árboles para el programa “Sembrando Vida”, la administración de puertos y, destacadamente, las tareas de seguridad pública que atienden a partir de la creación de la Guardia Nacional.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA.
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