En entrevista para Aristegui en vivo, expuso que cuando se trata de unidades móviles como el centro Banamex, estas no tienen la formalidad de una unidad médica establecida. “Esto lo que permitió es que la CDMX hiciera una expansión muy rápida, indispensable”, refirió.
La calificación que se hizo del semáforo el viernes 4 de diciembre “incluía esa ampliación hospitalaria, eso implica que se redujera el porcentaje de la ocupación hospitalaria” en el dato final con el cual deciden si establecer un semáforo rojo o no.
Como parte de la respuesta a la epidemia por parte de los gobiernos locales, el “proceso de reconversión es más rápido que el registro administrativo”.
“En todas las entidades cuando han llegado a niveles altos de ocupación, tienen la buena capacidad de expandir”, apuntó.
“En el momento que emitimos la comunicación a la Ciudad de México no estaban incorporadas en la red IRAG porque se trata de una expansión principalmente a expensas de unidades de atención temporal. El ejemplo claro es el Centro Banamex o la unidad que tenemos en el Autódromo Hermanos Rodríguez. No son hospitales permanentes, cuando pase la pandemia desaparecerán, pero esas unidades ya tienen las camas, los circuitos de gases medicinales, en su momento los ventiladores y el personal médico”, comentó.
Reconoció que “en ninguna base de datos administrativas ni pública ni cerrada está registrado eso”, sino que solo hay informe directo de la ampliación hospitalaria, el cual es enviado regularmente por el secretario de Salud de la entidad.
Incluso, el subsecretario prometió compartir con Aristegui Noticias el oficio que le envió la CDMX para determinar el semáforo que se establecería a principios de diciembre, el cual quedó en naranja.
“Si pensáramos administrativamente en la respuesta a la epidemia, la prioridad es técnica, de respuesta, las camas físicas pueden alojar pacientes, el tema administrativo es relevante para que queden registrados los hechos pero no puede estar por encima en la necesidad de responder”, sostuvo.
López-Gatell agregó que el procedimiento de evaluación del semáforo es exactamente el mismo para todos los estados.
“En la CDMX en poco más de 15 días vemos tendencia de incremento… los que son de particular importancia son la capacidad de respuesta del personal de salud, es decir cuántas camas están disponibles”, anotó.
“Uno de los señalamientos más descabellados de la nota del New York Times es que el gobierno federal escondió información hacia la jefa de Gobierno, lo cual es absurdo, además es al revés, la información procede de la Ciudad”, refirió.
Aunque “normalmente tomamos información respecto a la red hospitalaria de la red IRAG, sigue siendo válida y vigente”, en este caso fue el gobierno capitalino el que le notificó de la expansión rápida.
Añadió que “la decisión de no hacer público el semáforo una semana -es decir una semana sí y una no- surgió de un consenso que ocurrió en las reuniones que tenemos el gobierno de México con la Conferencia de Gobernadores, que indicaron que los distintos cambios administrativos que se requieren eran inviables si tenían que hacerlo semana con semana, entonces los cambios que ellos tienen que hacer no tiene factibilidad de hacerse semana a semana”.
Los gobernadores pidieron de consenso que “no hagamos público el semáforo cada semana sino cada 15 días”, aunque “ellos tienen conocimiento cada semana pero no lo hacemos público porque pudiera generar inquietudes”.
El funcionario aseveró que “no tenemos nada que ocultar, no tenemos problemas de conciencia en sentido alguno”.
“Los distintos gobiernos estatales cuando nos dicen que no consideramos X cantidad de camas”, mencionó.
“Mientras la red IRAG no tiene los registros de Salud, el gobierno nos declara camas que va a incorporar, es la entidad la responsable de declarar… voy a verificar si ya se hicieron las solicitudes formales para incorporar” las nuevas camas que la CDMX le reportó desde principios de diciembre.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.
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