Durante 2019 y los primeros meses de 2020, se hacían en la Ciudad de México un promedio de 33 denuncias de maltrato infantil por semana. Sin embargo, tras el cierre de las escuelas en marzo por la pandemia de COVID-19, empezaron a ser solo 23 o 24 casos semanales, es decir, una reducción del 30% en los reportes ante la Fiscalía General de Justicia local (FGJ-CDMX).
Pero esto no significa que haya disminuido el maltrato infantil, sino que al cortarse la interacción de niñas y niños en educación básica con otras personas externas a su hogar, como son las y los profesores, hay mucha menos detección de la violencia que ocurre en las casas, según el estudio Violencia oculta: cómo el cierre de escuelas por COVID-19 redujo las denuncias de maltrato infantil, recientemente publicado por los investigadores María Padilla Romo y Francisco Cabrera Hernández.
Llegaron a esta conclusión no solo comparando cifras de antes y después de la suspensión de clases presenciales, sino también comparando las denuncias de violencia doméstica con víctimas de entre 3 y 15 años frente a los casos en que los afectados son adolescentes o jóvenes de 16 a 21, ya que en ese grupo de edad no hubo tanta variación porque al ser más grandes, ellos mismos acuden a denunciar.
“El cierre de la escuela tiene dos efectos: por un lado tienes que los niños están pasando más tiempo en su casa y al final de cuentas es más probable que sean víctimas de maltrato infantil porque están pasando más tiempo con el victimario, y por el otro lado tienes que como ya no están yendo a la escuela, el niño necesita de un adulto para hacer la denuncia, entonces lo que ves es una caída en las denuncias de maltrato infantil”, explica Padilla Romo en entrevista.
Por estas dos razones, advierte que además ese 30% de caída en las denuncias podría ser solo un mínimo, ya que es posible que incluso haya más violencia contra niñas y niños que antes, debido a que los padres de familia además de estar más tiempo con sus hijos, también están pasando por un mayor estrés ante las preocupaciones de la pandemia y las presiones económicas que la mayoría ha enfrentado.
En la Ciudad de México, como en el resto del país, las clases presenciales se suspendieron después del viernes 20 de marzo de 2020 en educación básica (primaria y secundaria) y media superior (bachillerato). En un principio se anunció que sería un mes, ampliando las vacaciones de semana santa y pascua, pero al ver que la emergencia sanitaria no cedía, se implementó un esquema de educación a distancia con ayuda de internet y clases por televisión abierta, y se decidió mantenerlo hasta que el semáforo epidemiológico esté en verde. A 10 meses de distancia, solo Campeche se ve cerca de volver a abrir las escuelas.
Para los investigadores, la importancia del contacto con las y los profesores para detectar violencia y otros problemas domésticos debería ser considerada en el análisis costo-beneficio de tener las escuelas cerradas, ya que se ha demostrado que quienes sufren maltrato infantil tienen más probabilidades a largo plazo de alcanzar menos años de escolaridad, tener peores ingresos e incluso caer en la delincuencia.
Niñas, las más afectadas
El análisis de Padilla y Cabrera incluyó diferenciadores entre sexos y entre las alcaldías con mayor y menor pobreza.
Entre niñas, la caída en las denuncias se agranda hasta el 67%, es decir, más del doble que el promedio, mientras que en niños las diferencias de reportes antes y después del confinamiento no son significativas. Esto debido, en primer lugar, a que las mujeres son las más afectadas por la violencia doméstica desde que tienen edad escolar: de cada 100 víctimas de maltrato infantil, 37 son niños y 63, niñas.
“Nuestros resultados heterogéneos muestran que este subreporte en el contexto del cierre de escuelas es mayor para las mujeres, lo que sugiere la normalización de la violencia hacia las mujeres en los hogares y la necesidad de políticas dirigidas a detectar y reducir dicho maltrato”, señala el estudio.
Por ello, los investigadores subrayan que lo que está ocurriendo actualmente con los menores podría exacerbar la desigualdad de género en el futuro.
Finalmente, detectaron que en las cuatro alcaldías con los niveles más bajos en el Índice de Desarrollo Social (IDS) creado por el Gobierno de la Ciudad de México (Milpa Alta, Xochimilco, Tláhuac e Iztapalapa), la reducción en la detección de maltrato infantil fue de 42%, es decir, 12 puntos menos que el promedio.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: ITXARO ARTETA.
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