Las masacres en Tlaquepaque y Ojuelos, el secuestro tras una balacera en Zapopan y los hallazgos de restos humanos, también en la zona metropolitana de Guadalajara, ponen en evidencia que la violencia en Jalisco sigue incontenible, a pesar del aparente descenso en las cifras de homicidios dolosos.
“Jalisco es una entidad que ha iniciado el 2021 con una violencia francamente alarmante. Son varios eventos que nos llevan a pensar que, en efecto, algo está ocurriendo en las dinámicas criminales”, expresó Edgar Guerra Blanco, profesor investigador del Programa de Política de Drogas del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Al menos 48 hechos de violencia extrema se han registrado en lo que va del presente año. La organización civil Causa Común señaló en su reporte “Galería del Horror” que tan sólo en el mes de enero se observaron y documentaron 45 acontecimientos de alto impacto, entre los que se destacan cuatro homicidios múltiples y ocho diferentes hallazgos de restos humanos en bolsas de plástico.
A ello, habría que sumarle los hechos ocurridos en febrero como la masacre en Tlaquepaque, que dejó al menos cinco personas muertas; así como el hallazgo de las 18 bolsas con restos humanos y la balacera en el restaurante Los Otates, ambos sucesos en el municipio de Zapopan.
VIOLENCIA EN JALISCO
Jalisco cerró el año 2020 con un total de dos mil 621 víctimas de homicidio doloso, apenas 1.65 por ciento menos que en el 2019, el año más violento de esa entidad en el último lustro.
Expertos en el tema de seguridad y violencia consultados por SinEmbargo explicaron que el recrudecimiento en Jalisco, más que cuantitativo, es cualitativo, es decir, que cada vez son más sanguinarios.
“Si bien es cierto que algunos indicadores podrían decirnos que está bajando un poco, lo cierto es que Jalisco es uno de los estados más violentos en nuestro país”, detalló Edgar Guerra, del CIDE.
David Coronado, jefe del laboratorio de Violencia del Departamento de Sociología de la Universidad de Guadalajara, coincidió en que la violencia ha evolucionado.
En Jalisco, ejemplificó, ya no sólo se asesinan a las personas, sino que ahora se les priva de la libertad y en algunos casos los perpetradores arrojan los cuerpos de sus víctimas en zonas despobladas, ríos o cerca de sus casas, pero en muchos otros casos los entierran clandestinamente o los desaparecen de otra manera, lo cual es otra forma de violencia aún más cruel.
“La violencia va aumentando, es como una mancha de tinta que se va expandiendo en una hoja”, expresó el académico de Guadalajara.
La dimensión de estas formas de violencia aún no se refleja en los datos de la incidencia delictiva, pues en materia de desapariciones la cifra negra es alta. Además, los cuerpos encontrados en fosas clandestinas no se contabilizaban en las estadísticas de homicidios dolosos que reporta el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Jalisco es la entidad federativa con el mayor número de reportes de personas desaparecidas entre el periodo de diciembre de 2018 a diciembre de 2020, con un total de tres mil 724 reportes, los cuales representan el 22.62 por ciento del total nacional.
Luego de Jalisco, los estados con el mayor número de reportes de desaparecidos (entre diciembre de 2018 a diciembre de 2020) están: Tamaulipas, mil 287 (7.82 por ciento); Guanajuato, con mil 252 (7.60 por ciento); Ciudad de México, con mil 228 (7.46 por ciento) y Sonora, con mil 227 (7.45 por ciento).
En México se localizaron al menos 559 fosas clandestinas durante el año 2020, de las cuales, se exhumaron mil 86 cuerpos, de acuerdo a la información que dio a conocer la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB).
Jalisco también es la entidad federativa con el mayor número de cuerpos encontrados en fosas clandestinas con un total un total de 433 cuerpos, es decir, el 42.96 por ciento. Otros estados con mayor localización de restos son: Guanajuato con 204 (20.23 por ciento); Colima con 89 (8.83 por ciento); Michoacán con 73 (7.24 por ciento) y Zacatecas con 60 (5.95 por ciento).
La violencia en Jalisco se ha adjudicado a la pelea entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa por el control de rutas, tráfico de drogas y mercado ilícito.
Sin embargo, Edgar Guerra consideró que uno de los motivos que dan origen al alza cualitativa de la violencia es porque la guerra entre los grupos antagónicos opera bajo una lógica de venganza.
“Esta violencia empezó como un conflicto por las rutas, pero lo cierto es que hoy ya no es necesariamente conflicto por las rutas; hoy, después de 15 años de guerra, muchos de estos conflictos son de venganza. Yo creo que la retaliación y la idea de venganza está muy fuerte detrás de esta violencia. Creo que más que por rutas, es una guerra para aniquilarse entre ellos porque ya se han lastimado mucho; por mucho tiempo se han hecho daño y hoy traen tantos agravios entre ellos que lo que busca ya no es el control de las rutas y si no es el exterminio”, expresó el especialista.
Los analistas consultados también explicaron que este alarmante agravamiento de la violencia se genera por la normalización de la misma y porque necesariamente hay complicidades del Estado con las bandas de la delincuencia organizada que operan casi con total impunidad.
“Este tipo de atentados no podemos desligarlos sin pensar en que hay ciertas complicidades detrás y sin pensar que estos grupos armados tienen nexos con las policías”, explicó Guerra.
Finalmente, el experto destacó que para combatir al crimen organizado en Jalisco, es necesario una desarticulación por medio del combate al lavado de dinero, es decir, golpear sus finanzas.
FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: SUGEYRY ROMINA GÁNDARA.
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