El presidente Andrés Manuel López Obrador atajó hoy las críticas a su iniciativa de reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, en particular, a quienes acusan una violación al tratado comercial con Estados Unidos y Canadá, el T-MEC, así como a los políticos de oposición a quienes acusó de corrupción.
En su conferencia de prensa matutina, en Palacio Nacional, el mandatario presentó en la pantalla habilitada en el templete del Salón Tesorería, el capítulo energético del dicho tratado, destacando las fracciones clave para su postura, contenidas en el capítulo 8, artículo 8.1:
Que el país “se reserva su derecho soberano de reformar su Constitución y legislación interna” en la materia
Además, indicó también el fragmento que reivindica la propiedad y dominio inalienable e imprescriptible de los hidrocarburos.
Con lo anterior, López Obrador subrayó que el Estado mexicano mantiene la soberanía sobre el sector, un asunto que remitió al período de negociaciones del TMEC cuando aun en la transición se opuso a lo que --ha referido hoy y en diferentes oportunidades-- significaba la entrega energética.
Hasta ahora no hay manifestación del gobierno de Estados Unidos o Canadá sobre la iniciativa, dijo. Aunque admitió que en la administración de Donald Trump si se generó un contacto al respecto, desestimó el activismo energético de la diplomacia del norte, pues el presidente cree, ningún funcionario de ningún país puede estar de acuerdo con la corrupción.
La iniciativa de reforma, enviada con carácter preferente, es decir para su análisis, discusión y aprobación en unos dos meses, abrió un amplio debate desde el 1 de febrero, debido a las inconformidades del sector privado que, entre otras cosas, apuntan a una presunta violación del TMEC, la monopolización y un revés a las energías limpias.
Dicha discusión se alimentó a lo largo de las dos semanas de ausencia del mandatario tras haber contraído covid-19, de manera que esta es la primera expresión pública al respecto. Y en esta acusó saqueo, corrupción y entrega del sector eléctrico a trasnacionales energéticas que, de no haber ganado él la Presidencia, controlarían el 80% de la electricidad hacia 2024 sin beneficios para el país.
Inclusive, sostuvo que, al iniciar su gobierno, la generación de energía estaba acaparada en un 50% por empresas privadas que tenían prioridad en la colocación de electricidad en las líneas de transmisión, dejando las plantas de la CFE subutilizadas. Mientras tanto, la luz seguía aumentando para los consumidores.
Además, indicó que esa subutilización y el hecho de que las plantas hidroeléctricas no sean consideradas energía limpia, propicia la saturación de presas que luego deben inundar zonas bajas, una alusión a la polémica decisión asumida en Tabasco el semestre pasado cuando liberó el agua en la chontalpa.
“Le dan tratamiento especial a las particulares, entonces ¿en qué consiste la iniciativa? pues en que se le de un trato igual a la CFE”, dijo.
Empresas hacían su agosto
También se refirió a los modelos de negocios en el sector eléctrico:
“Estos empresarios (principalmente extranjeros, expuso en otra parte de su alocución al respecto) hicieron su agosto, porque no sólo se les tiene que comprar la energía eléctrica sino se les entregan subsidios, cosa que no sucede en ningún lugar del mundo tampoco”, dijo.
Sostuvo que con la reforma planteada se propone poner orden y fortalecer la CFE, acusando la destrucción de la empresa como parte de un proceso privatizador iniciado en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari y hasta el de Enrique Peña Nieto.
Asimismo, el mandatario retomó sus señalamientos a la corrupción, destacando los casos de la calderonista exsecretaria de Energía, Georgina Kessel y del expresidente Felipe Calderón, que fueron contratados por Iberdrola, una de las empresas inmersas en la generación de electricidad. Aprovechó para recordar el caso de Ernesto Zedillo, a quien lo contrató la empresa beneficiaria de la privatización de los ferrocarriles.
La defensa de su iniciativa, incluyó la justificación de que con eso podrá cumplir el compromiso de mantener las tarifas eléctricas, y se amplió a las tarifas de gasolinas y gas.
“Necesitamos fortalecer a Pemex y la CFE, necesitamos acabar con el influyentismo y la corrupción de estas empresas que tienen mucha influencia porque son accionistas de periódicos internacionales, de medios de comunicación… reparten, maizean, porque canasteaban sacaban la hacienda pública. Entonces ya no se permite robar”.
Y es que, en ese punto, el presidente señaló las posturas de “intelectuales orgánicos” a quienes las empresas tienen “con subvenciones”; también reprochó a los priistas por contravenir los postulados del presidente Adolfo López Mateos al fundar la CFE y consideró que la alianza de partidos de oposición, pretende evitar el triunfo de su partido en las elecciones.
Además, aseguró que la reforma energética del sexenio pasado se alcanzó con sobornos a los legisladores y conminó a sus opositores a tener vergüenza y mejor quedarse callados.
Ni un cambio a la iniciativa
López Obrador advirtió que no aceptará se le cambie nada a su iniciativa y sostuvo que el debate legislativo, inclusive con parlamento abierto será bueno.
“Es un buen debate y les vamos a sacar la cuenta de todo lo que se han llevado. Es lo mismo que lo de la venta del gas que la privatización de los reclusorios, que la venta de las medicinas… por eso toda una campaña en contra.
“Que se discuta que se debata. Los legisladores nuestros surgieron en defensa de un proyecto de transformación. Y los opositores son los defensores del antiguo régimen así de claro. Entonces quienes llevaron a cabo las privatizaciones pues los que ahora se oponen a esta reforma”.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA.
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