Expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) identificaron que gran parte de la evasión fiscal en el país es realizada a través de redes que involucran a empresas e individuos de diferentes sectores.
Utilizando la ciencia de redes, los expertos realizaron dos análisis para el Servicio de Administración Tributaria (SAT) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en 2019 y 2020 para detectar la evasión de impuestos entre empresas.
“Con los elementos que teníamos llegamos a resultados sobre una evasión estimada, identificando un tipo de evasión que se conoce como ‘efecto carrusel’, que se ubica mediante nodos e interacciones que se van dando”, explicó Martha Josefina Gómez Gutiérrez de la Facultad de Contaduría y Administración.
El “efecto carrusel” se da cuando un contribuyente emite facturas hacia otros contribuyentes que se van ligando para que al final, el efecto regrese a él mismo de manera directa o indirecta, y los recursos económicos llegan a ese contribuyente inicial.
La universitaria explicó que se trata de operaciones simuladas y que durante el estudio sus colegas y ella encontraron a personas que son más proclives a realizar operaciones intangibles que son difíciles de verificar, a los cuales consideraron como “presuntos sospechosos”.
Por otra parte, los expertos llevaron a cabo una red de actividades y de sectores, en donde una empresa estaba dada de alta en una jerarquía de actividad. Los sectores que tenían una mayor sobrerrepresentación de evasión fiscal resaltaban, así que los universitarios establecieron una red para identificar qué sectores les facturaban a otros.
“Juntamos todas las empresas de un sector, seguimos sus interacciones a otro sector al que van, y eso nos permitió identificar las relaciones entre sectores más comunes”, explicó Carlos Gershenson García del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas.
Los expertos identificaron una sobrerrepresentación de empresas que evaden impuestos en los sectores económicos de comercio al por mayor, construcción y minería.
“A muchas de estas empresas las dan de alta, a veces con direcciones falsas, empiezan a facturar y luego las cierran y abren otra empresa; otras se facturan entre ellas y así evaden impuestos de sus clientes y de ellos mismos”, detalló.
El universitario explicó que en algunos casos los mismos individuos están detrás de todas las empresas involucradas y que se comprobó que un número importante comparte representantes legales o socios.
“Estas redes nos ayudan a analizar sistemas complejos porque los nodos representan contribuyentes y las flechas entre ellos, que son sus interacciones, representan que hay una factura de un emisor a un receptor. Entonces podemos construir redes de facturación, mes a mes o año por año, y después analizar las características topológicas de esas redes”, detalló.
“Algunos resultados confirmaron suposiciones que ya tenía el SAT, otros fueron más explícitos que sus expectativas y otros fueron cálculos que nos ayudaron a medir el tipo de evasiones que se dan y cómo funcionan. Hay muchos tipos de evasiones y nosotros estudiamos solo algunas de ellas”, aclaró.
En el análisis también participaron Nephtalí Garrido González y Martín Zumaya Hernández del Centro de Ciencias de la Complejidad (C3), Carlos Pineda Zorrilla del Instituto de Física y Gerardo Íñiguez González de la Central European University, con sede en Austria.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: MELISA CARRILLO.
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