Al revisar datos del Producto Interno Bruto del Inegi, y compararlo con el número de habitantes, se puede obtener el PIB per cápita, el cual es un indicador que exhibe el valor de todos los bienes y servicios finales generados y disponibles por habitante; es un promedio y no muestra cómo se distribuye ésta riqueza, pues no refleja por ejemplo la desigualdad en el reparto de las mismas.
No obstante, con los datos revisados se puede observar que de 1995 a 2000, pese a la crisis del 94, la riqueza por habitante pasó de 109 mil 663 pesos, a 132 mil 667.
Mientras que de 2000 a la fecha, aunque esa cifra ha subido y bajado, no se refleja un aumento sustancial, sino un estancamiento que por ejemplo si se compara el año pasado con el 2000 la riqueza per cápita aumentó apenas unos mil pesos, al pasar de 132 mil 667 a 133 mil 493, esto último con datos al tercer trimestre del 2020.
En 2015, la riqueza per cápita alcanzó los 144 mil 176 pesos, el mejor registro.
En 2010, tras la crisis financiera de 2008, llegó a 133 mil 062, una cifra similar a la alcanzada al tercer trimestre del año pasado.
En 2005, la riqueza por habitante sumó 134 mil 482.
Un análisis del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, tomando en cuenta varios factores, publicó que así se reflejó el PIB por habitante desde 1993 hasta 2018. Si se compara este último año con el tercer trimestre del 2020, cayó de 147 mil 765 a 133 mil 493 pesos. Pese a las diferencias con nuestra propia revisión con datos del Inegi, el estancamiento puede verse en las cifras de la Cámara ya que en el 2000 el PIB por habitante era de 130 mil 920 y en 2010 fue de 131 mil 411; ambos son datos muy cercanos a lo registrado por la crisis del año pasado:
Sin embargo, como se sabe, en México no se distribuye con igualdad la riqueza.
De acuerdo con cifras de Oxfam México, en el país, la desigualdad indica que el 1% más rico tiene más de ocho veces la cantidad de riqueza que los 62 millones de personas en situación de pobreza por ingresos.
Los considerados como los más ricos del país son los empresarios: Carlos Slim Helú, Germán Larrea Mota Velasco, Ricardo Salinas Pliego, Alberto Bailleres González, Eva Gonda de la Rivera y María Asunción Aramburuzavala.
Cuando pase la crisis por la pandemia -de la que se espera salir con las vacunas anti-Covid-, Oxfam apunta que “el riesgo de salir a un mundo más hostil, más empobrecido, con trabajos más precarizados y más desigual, es más previsible que la utopía solidaria que algunas personas imaginan”.
En su informe titulado “el virus de la desigualdad“, Oxfam apunta que “en tan solo nueve meses las mil mayores fortunas del mundo han recuperado su nivel de riqueza previo a la pandemia, mientras que para las personas en mayor situación de pobreza esta recuperación podría tardar más de una década en llegar”.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.
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