Cercos policiacos, un hombre ‘armado’ sobre Palacio Nacional, miles de uniformadas y el uso de extinguidores para replegar a las manifestantes marcaron el operativo de seguridad por la marcha del 8M en la Ciudad de México, que de acuerdo con autoridades concluyó con un saldo de 62 policías y 19 civiles lesionadas, de las cuales 9 uniformadas y una asistente fueron hospitalizadas.
Alrededor del mediodía, en calles aledañas a Paseo de la Reforma y el primer cuadro del Centro Histórico, policías auxiliares aguardaban a recibir instrucciones para contener los distintos contingentes de ciudadanas, colectivas, organizaciones sociales, sindicatos, quienes se movilizaron desde diversos puntos con rumbo al Zócalo.
La mayoría de ellas eran mujeres policía uniformadas, con cascos, escudos y extinguidores para replegar a las manifestantes. Las coordinaban hombres vestidos de civil.
El primer cerco policiaco ocurrió entre Paseo de la Reforma e Hidalgo, donde replegaron a un grupo de manifestantes que acudió a la marcha con objetos como martillos y palos.
De manera paralela, más policías fueron desplegadas para acompañar a la manifestación durante su recorrido.
En Zócalo, el operativo fue replegado hacia un costado de la plancha, hasta que las manifestantes comenzaron a golpear las vallas metálicas que protegen Palacio Nacional. Entonces se les ordenó pararse frente a ellas y resguardarlas con sus escudos.
No resistieron mucho antes de que algunas de las manifestantes les arrebataran sus escudos y comenzaran a insultarlas, por lo que fueron enviadas a resguardar el sitio pero desde detrás del muro metálico, que continuó siendo golpeado por mujeres que lanzaban consignas en exigencia de justicia.
A partir de ese momento, el actuar policiaco se concentró en accionar extinguidores para impedir que se derribaran las vallas y en resguardarse del fuego que les lanzaban algunas protestantes, quienes encendieron aerosoles apuntando hacia ellos por unas ranuras situadas en el muro a la altura del rostro.
Mientras tanto, en el techo de Palacio Nacional apareció un grupo de hombres, uno de ellos con un objeto que parecía un arma, lo que fue denunciado por parte de asistentes a la marcha. Ante la inquietud que generó su presencia, la oficina de Presidencia respondió que se trataba de un inhibidor de drones.
El vocero de Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, compartió una fotografía del dispositivo y precisó que “nunca hubo personal armado. Se trató de personal de resguardo que usó un inhibidor de drones tipo Hikvision para evitar vuelos sobre Palacio por ser un área reservada por seguridad”.
Balas de goma, gas y una fotógrafa detenida
A lo largo de la jornada, activistas denunciaron el uso de gas y balas de goma para replegar a las inconformes.
En redes sociales, el colectivo de activistas y periodistas ‘Rompe el Miedo’ documentó que elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSC) habrían disparado “balas de goma y gotcha directamente contra manifestantes e integrantes de la Brigada Marabunta”.
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