De acuerdo con los migrantes, algunas familias quedaron atrapadas en la frontera del Valle del Río Grande de Texas y fueron trasladadas en aviones a El Paso, desde donde fueron escoltados por funcionarios estadounidenses hasta el puente internacional a Ciudad Juárez.
“Han sido devueltos a Juárez a una situación de extrema vulnerabilidad”, pues los migrantes en la frontera se enfrentan al peligro de traficantes de personas y el crimen organizado, precisó el director del Hope Border Institute, Dylan Corbett.
Entrevistados mientras bajaban del avión que los condujo a El Paso, los migrantes explicaron que agentes fronterizos los despertaron por la noche en su celda de detención migratoria y los trasladaron al aeropuerto en autobuses, sin informarles a dónde se dirigían.
De acuerdo con Corbett, la mayoría de las familias expulsadas en Ciudad Juárez tienen hijos menores de siete años y deben esperar en las oficinas migratorias que las autoridades atiendan su situación.
“No nos preguntaron por qué veníamos ni adónde íbamos o quién podía recibirnos en Estados Unidos. Simplemente vamos a esperar aquí y ver qué nos dicen, ver si podemos encontrar un lugar para quedarnos”, dijo Edna Sorto, quien llegó de Honduras con sus dos hijos pequeños y fue expulsada en Ciudad Juárez.
El recrudecimiento de las expulsiones de familias migrantes en Estados Unidos se enmarca en la presión y las críticas hacia el gobierno de Joe Biden sobre el manejo de la crisis fronteriza.
AUTOR: REDACCIÓN.
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