lunes, 26 de abril de 2021

El desdén de AMLO por las vacunas 100% mexicanas

Al apoyar sólo la vacuna “Patria” –desarrollada por investigadores de la Universidad Monte Sinaí, de Nueva York, y cuyos derechos para su aplicación en México serán comprados por la empresa veterinaria Avimex–, el gobierno de López Obrador desechó los proyectos para crear vacunas netamente mexicanas que llevan a cabo varias universidades del país. Se rompió con “el esquema de tener un proyecto mexicano propio… que sea realmente ciencia mexicana, no ciencia comprada en el exterior”, resume Teresa de Jesús García Gasca, rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro.

Pese a que en México existen ocho proyectos científicos para crear una vacuna contra el covid-19, el presidente Andrés Manuel López Obrador y la directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), María Elena Álvarez-Buylla, sólo reconocieron el emprendido por la empresa veterinaria Avimex, desarrollado por investigadores extranjeros, descartando así los restantes siete proyectos que realizan distintas universidades del país.

Durante la conferencia mañanera del pasado martes 13, López Obrador y Álvarez-Buylla también anunciaron que este proyecto de Avimex es el que está desarrollando la vacuna mexicana “Patria”, la cual estará disponible –prometieron– a fines de este año.

Sin embargo, realmente el proyecto lo está realizando un equipo de científicos extranjeros que trabajan en la Universidad Monte Sinaí, de Nueva York, a la que Avimex comprará los derechos de la patente de “Patria” para su aplicación en México.

Estos hechos fueron omitidos en esa conferencia mañanera, donde sólo se dijo que a la vacuna “Patria” ya se le invirtieron 150 millones de pesos para su desarrollo, y se informó también que el biológico pronto comenzará su primera fase de experimentación con humanos en la Ciudad de México, donde ya se empieza a reclutar a un grupo de entre 90 y 100 voluntarios.

Antes de concluir este 2021, prometieron, la vacuna “Patria” estará lista para aplicarse a los mexicanos y representará un ahorro de más de 800% respecto a lo que actualmente se gasta en importar vacunas producidas en otros países.

López Obrador, quien le puso el nombre de “Patria” al biológico neoyorquino, recalcó en esa mañanera: “Nosotros pensamos que sí debemos hablar y defender a la patria, por eso el nombre”.

Y recordó incluso al poeta zacatecano Ramón López Velarde, por ser el autor del poema La suave Patria, lo mismo que aludió a la transformación liberal de la época juarista en la que tanto se defendió a la patria.

López Obrador y la directora del Conacyt no mencionaron, sin embargo, los otros cinco proyectos de vacuna que, junto con el de Avimex, actualmente coordina la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE): los dos desarrollados por la UNAM (uno en su Instituto de Biotecnología y otro en su Instituto de Investigaciones Biomédicas), el de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), el del IPN y el proyecto conjunto emprendido por la Universidad Autónoma de Baja California y el Tecnológico de Monterrey.

Tampoco aludieron a los otros dos proyectos de vacuna que, de manera independiente, se están desarrollando al margen de la SRE: el de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y el de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

Estos ocho proyectos aún están en su fase preclínica, lo cual significa que experimentan con animales, como paso previo para pasar a la fase clínica, en la que empezarán a experimentar con humanos, según detalló este semanario (Proceso 2319).

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2321 del semanario Proceso

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: RODRIGO VERA.

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