Convertido en el ariete de la oposición, Porfirio Muñoz Ledo reapareció en el pleno de la Cámara de Diputados, luego de un año de confinamiento por la pandemia de covid-19, motivado por la polémica “ley Zaldívar” e inscrito en la lista de oradores para hablar en contra, junto a panistas, priistas, emecistas y perredistas.
Trajeado, conducido del brazo por un ayudante hasta la tribuna de San Lázaro, el diputado morenista –que reconocería en la madrugada del viernes 23 que estaba ante uno de sus últimos discursos como parlamentario– abrió con voz enérgica su participación: “Los muertos que a gritos queréis matar gozan de cabal salud”.
De las curules del bloque opositor surgieron los primeros aplausos.
Se había acordado que cada legislador tendría un máximo de siete minutos en el uso de la palabra. El expresidente de la Mesa Directiva fue al grano: “Me opongo con toda la fuerza y convicción de mi ser, con todo el esfuerzo memorioso que hemos hecho desde 1988 para instaurar en el país un orden democrático y no una república autoritaria, a este insensato proyecto de violar la Constitución Política del país”.
Llevaba unos segundos su exposición cuando le hicieron la primera pregunta. En total Muñoz Ledo sería cuestionado por 11 legisladores. Las respuestas, por reglamento camaral, no tienen límite de tiempo. Muñoz Ledo ocuparía más de una hora y media de las casi cinco que se ocuparon en aprobar en lo general las reformas a la Ley del Poder Judicial.
En su larga alocución, el diputado morenista recordaría que en el Senado un legislador del partido Verde “en el último minuto metió por debajo de la mesa un artículo décimo tercero que nadie conocía, que nadie había leído” y “lo sorprendente es que al día siguiente el jefe del Estado mexicano, Andrés Manuel López Obrador, hace un elogio de lo que se ha introducido aún antes de que se haya aprobado”.
Y adelantó que quienes fueran a votar a favor de la iniciativa Zaldívar estarían “cometiendo perjurio”.
Sostuvo que “todos los juristas de México están en contra de eso”, con excepción de uno: Julio Scherer Ibarra, consejero jurídico de la Presidencia, al que aludió sin mencionarlo por su nombre. “Pero él, lo sé de buena fuente, no cree en lo que está haciendo, lo está haciendo por órdenes”, añadió.
Así respondió a la pregunta de la diputada de Morena, Inés Parra Juárez. Le siguió Claudia Pastor Badilla del PRI que inició su participación con un “admirado” Porfirio Muñoz Ledo.
Este texto es un adelanto del reportaje publicado en el número 2321 de la edición impresa de Proceso
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: ALEJANDRO CABALLERO.
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