El Presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que su principal propuesta migratoria para el Gobierno de Joe Biden tendrá como pilar el programa social Sembrando Vida. Para organizaciones de apoyo a migrantes e incluso para funcionarios de Estados Unidos, la ruta parece no ser la más indicada al haber dudas respecto al funcionamiento de la política y también en si impacta directamente o no, en la salida de las personas de sus lugares de origen.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador sostendrá una de las primeras reuniones de gran calado con el Presidente Joe Biden: la Cumbre de Líderes por el Clima. El fin de semana expuso que propondrá a Estados Unidos la ampliación de Sembrando Vida a los países de Centroamérica con el objetivo de frenar la migración. Sin embargo, hay dudas sobre si se trata de una medida que logrará generar ese impacto.
De acuerdo con distintos estudios y documentación de organizaciones que realizan acompañamiento a migrantes en su paso por México y a mexicanos en territorio estadounidense, los programas de migración laboral han permitido abusos para los beneficiarios desde hace años, por lo que un nuevo modelo debería retomar todas las denuncias realizadas y las violaciones documentadas.
Por otro lado, aunque resulta positivo que se plantee una atención regional al tema migratorio, un plan laboral no sería lo más urgente en estos momentos para el sureste de México ni para Honduras, El Salvador y Guatemala, ya que no es la falta de trabajo la primera causa de la migración, sino la violencia y la extorsión.
Aunado a esto, funcionarios de la administración de Joe Bien han dejado entrever en las últimas horas que Estados Unidos no estaría interesado en la propuesta de vincular una extensión del programa Sembrando Vida a Centroamérica junto con un plan que ofrezca visas de trabajo a centroamericanos.
En resumen, en cuanto a la política migratoria de la región y alrededor de Sembrando Vida, hay puntos de vista encontrados.
Ana Saiz Valenzuela, directora general de la organización Sin Fronteras, comentó a SinEmbargo que, de entrada, es positivo el anuncio del Presidente López Obrador porque es una señal de que hay intención de atender la migración de manera regional, pero que dada la experiencia de trabajo con migrantes, la decisión de salir de los países de origen no es por falta de trabajo.
“Mucha de la gente que llega, por ejemplo de Honduras, tienen trabajo allá, tienen algún tipo de trabajo, pero salen del país por extorsión, reclutamiento de pandillas, porque buscan tratamiento médico. Si se observa la complejidad, el que lleves Sembrando Vida no puede ser considerado como objetivo frenar la migración […] Lo que se tiene que arreglar es que una persona al ser víctima de extorsión, pueda acudir a la justicia y que la justicia de ese país responda. Eso no lo arregla el programa”, comentó.
Evy Peña, directora de Comunicaciones y Desarrollo en el Centro de los Derechos del Migrante, coincidió en este punto: “Si le agregas a un modelo de migración laboral la dimensión de Centroamérica, cuando hablamos de considerar las experiencias, tenemos que pensar que esos programas no son lo que buscan muchas personas que están pidiendo asilo en EU. Son personas que huyen de sus países por motivos de seguridad y Estados Unidos tiene una responsabilidad bajo los convenios internacionales de cumplir con darles asilo a estas personas. El problema con estos programas de migración laboral es que son por temporada, entonces si una de estas personas está buscando un lugar seguro, si tiene que regresar a su lugar de origen al final de la temporada, su vida de nuevo corre riesgo”.
LA SITUACIÓN EN LA FRONTERA
El pasado 12 de abril, el Gobierno de Estados Unidos habría acordado con sus pares de México, Honduras y Guatemala el aumento de tropas para contener el arribo de migrantes hacia la Unión Americana. El acuerdo fue revelado por Tyler Moran, asesora de la Casa Blanca, a la cadena MSNBC.
“Hemos asegurado acuerdos para que pongan más tropas en su propia frontera. México, Honduras y Guatemala han acordado hacer esto”, reveló Moran y detalló que la medida busca evitar el arribo de traficantes y contrabandistas a Estados Unidos, así como evitar que niños sean utilizados por grupos de la delincuencia organizada.
Días después, el Presidente López anunció que propondrá este jueves a su homólogo estadounidense, Joe Biden, ampliar el programa Sembrado Vida a Centroamérica, con el fin de contener el flujo migratorio hacia la Unión Americana. Incluso, dijo, se podrían ofrecer visas temporales de trabajo a quienes formen parte de Sembrando Vida.
En este contexto, y con la crisis de niños migrantes no acompañados en la frontera, el mandatario mexicano ha argumentado que de aplicarse el programa Sembrando Vida, se podrían generar entre un millón 200 mil y un millón 300 empleos para los países centroamericanos y del sur de México.
“Si sembramos millones de árboles, vamos a dar millones de empleos”. Y puso de ejemplo a México, ya que, apuntó, se han generado 400 mil empleos, a través de la siembra de un millón de hectáreas de árboles frutales y maderables. También dijo que este programa “permite que la gente no se vea obligada a emigrar, ayuda mucho al medio ambiente”.
No obstante, son varias las observaciones que se le han realizado al programa. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) ha detectado que se tiene que poner atención en las fechas en que se entregan los materiales y las herramientas, ya que una falla puede provocar la mortandad de las plantas. También instó a la Secretaría del Bienestar a que complementara un diagnóstico con información sobre los criterios empleados para definir la estrategia de cobertura, con el fin de diseñar procedimientos que garanticen la adecuada priorización de la población objetivo.
Por su parte, Oxfam México dijo el año pasado que Sembrando Vida generaría al menos 200 mil empleos más, pero que estaba concentrado en las zonas rurales; Ethos Laboratorio de Políticas Públicas identificó ese mismo año varios riesgos de corrupción en el diseño e implementación del programa social Sembrando Vida, particularmente en posible clientelismo y en la asignación de contratos con adjudicaciones directas concentradas en pocos proveedores, lo que puede provocar la compra a sobreprecios o conflictos de intereses.
En los que respecta a la problemática migratoria, Saiz Valenzuela indicó que es compleja y multifactorial, pero que en general se tiene que lograr que la gente no sólo tenga trabajo sino procurar una vida digna y libre de violencia, segura.
“Se debe entender que el llevar trabajo y seguridad y justicia a Centroamérica, o ayudar a que se construya, será un trabajo de largo plazo. Hoy por hoy la migración forzada no hay manera de detenerla o contenerla, se tiene que aceptar como un fenómeno regional, se tienen que buscar vías regulares de migración y dignifcar las condiciones de vida en los lugares de origen y esa es una inversión a largo plazo”, señaló.
Desde su perspectiva, dijo que es importante la visión regional y la participación de México pero con dos condiciones: “primero, que no puede ser impuesto desde México y Estados Unidos, sino que tiene que ser algo que se trabaje en colaboración para ir fortaleciendo las instituciones en general, no sólo proveer de programas sociales o trabajo, necesitamos más allá de eso”.
LOS ANTECEDENTES Y LAS EVIDENCIAS
No es la primera vez que México plantea la ampliación de Sembrando Vida. En 2019, cuando el entonces Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó con imponer el cinco por ciento de aranceles a México como forma de presión para frenar la migración, López Obrador propuso al Presidente de El Salvador, Nayib Bukele, la implementación de este programa social, pero el resultado fue la opacidad.
En marzo del año pasado, de acuerdo con la información de fuentes oficiales salvadoreñas, no se conocía el destino de la transferencia de 30 millones de dólares que hizo México en julio de 2019 para implementar en El Salvador este programa, que también tenía el objetivo de crear fuentes de empleo y disminuir los índices de migración hacia Estados Unidos. En el evento se presumió que esos recursos millonarios se traducirían en 20 mil empleos “para que nadie tenga que salir de su país”.
Posteriormente se hizo el anuncio de que más de 200 personas se inscribieron en el programa de fomento al campo, pero en El Salvador, la información fue declarada como inexistente y reservada. En el portal de transparencia del Gobierno del país centroamericano se encontraron tres solicitudes de información sobre los 30 millones de dólares y en ninguna se ha informado sobre el destino del dinero.
Días después, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó a SinEmbargo sobre el destino de la donación: estaba varada en el Banco del Bienestar de México y a la espera de que el Gobierno de Nayib Bukele autorizara las transferencias, aunque ya había ocho mil personas esperando el apoyo.
La dependencia, dirigida por Marcelo Ebrard Casaubón, dijo que el dinero actualmente está en el Banco del Bienestar de México, pero se encuentra prácticamente detenido porque el Banco de Fomento Agropecuario de El Salvador “no ha querido integrar los padrones de beneficiarios”.
Ese es un ejemplo del funcionamiento de los programas laborales de migración y otro más es el del trabajo temporal.
Evy Peña, de CDMigrante, comentó ese punto: “viendo todos los casos de abuso sistemático que escuchamos cada día de personas que escuchamos bajo el esquema de trabajo temporal, lo que queremos asegurarnos es que sea cual sea la propuesta migratoria entre estos países, realmente refleje los derechos humanos y laborales de las personas migrantes”.
La organización, que brinda acompañamiento a mexicanos que trabajan de manera temporal en Estados Unidos, ha documentado que los programas de trabajo temporal están plagados de abusos desde que las personas son reclutadas en sus lugares de origen, ya que enfrentan discriminación basada en género, en raza, edad y porque no está adecuadamente regulado ni por EU ni México.
“Significa que en todo México cobran miles y miles de pesos a cambio de la oportunidad e trabajar en Estados Unidos, vemos que en algunos casos estas ofertas ni siquiera existen. Por la falta de transparencia es muy fácil que un reclutador venda una oportunidad de trabajo, junte el dinero de comunidades enteras y después huya. En otros casos, cuando sí existen las oportunidades y las personas migrantes sí logran irse a EU, lo que vemos es que por la falta de supervisión del Gobierno estadounidense, las personas migrantes bajo estos programas de trabajo temporal enfrentan toda clase de abusos en su lugar de trabajo”, agregó Peña.
“Se tiene que recuperar la experiencia de los países y las experiencias de las personas migrantes deben estar en el centro de cualquier propuesta de migración laboral para asegurarnos que estén reflejados los elementos de equidad, dignidad y respeto. Si no se posición a las personas en cualquier forma de incidencia política, nunca se podrá pasar el atropello de sus derechos”, concluyó.
AUTOR: DANIELA BARRAGÁN.
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