Desde enero pasado, la filial Pemex Transformación Industrial “olvidó” asignar personal especializado para operar el sistema de seguridad física de la Refinería de Tula, revelan oficios internos en poder de Contralínea. Con ello se ponen en riesgo no sólo los equipos electrónicos de ese sistema –tanto los recién comprados como los reconfigurados–, sino también las instalaciones y el personal
Oficios internos de Petróleos Mexicanos (Pemex) revelan que desde enero pasado el encargado de la filial Pemex Transformación Industrial –ingeniero Jorge Luis Basaldúa Ramos– ha omitido asignar al personal especializado en la operación del sistema de seguridad física de la Refinería de Tula, Hidalgo. Además, en dichas instalaciones estratégicas desapareció la figura de jefe de vigilancia y se suplió como “plaza de mantenimiento” (N-33), misma que se encuentra bloqueada.
Esta situación –que podría configurarse como una negligencia– preocupa mucho en la petrolera, pues pone en riesgo a los trabajadores, a la propia planta y a los equipos –tanto los recién adquiridos como los reconfigurados–, lo que incluso atenta contra el patrimonio de esa empresa del Estado.
Por ello, luego de que se concluyeron los trabajos de ampliación del sistema electrónico de seguridad física en dicha refinería “Miguel Hidalgo”, con una inversión de 35 millones 881 mil 615, Basaldúa Ramos recibió el oficio DGTRI-SPP-GRTUL-155-2021, del 27 de enero de 2021, en el cual el gerente de la Refinería Tula, ingeniero Felipe Alberto Careaga Campos, le expuso la necesidad de asignar y capacitar al personal que se encargará de operar el sistema, así como la entrega de claves –disponibles desde diciembre de 2020– y llaves de acceso al mismo por parte de la contratista.
Aunado a esto, también solicitó que se pagaran las facturas de los trabajos de ampliación del sistema, que presentaban pagos vencidos y en situación de reclamo por parte de la empresa contratista SIASA.
Ante la falta de respuesta, se le giró un segundo oficio el 23 de marzo de 2021 –con folio DGTRI-SPP-356-202, y firmado por el subdirector de Producción de Petrolíferos de Pemex Transformación Industrial, ingeniero José Manuel Rocha Vallejo–, en el que se reitera que los trabajos de ampliación del sistema electrónico se realizaron para incrementar la seguridad en las instalaciones, “quedando pendiente la capacitación del personal que operará el sistema, la entrega de claves y llaves de acceso al sistema por parte de la contratista a Petróleos Mexicanos”.
Agrega que por ello se le solicita “su opinión [a Basaldúa Ramos] para definir al personal o área que se hará cargo y será responsable de la operación del sistema, ya sea por parte del Ejército Mexicano a través del convenio Pemex-Sedena, el área de Seguridad Física adscrita a la Subdirección de Salvaguarda Estratégica o por la propia Refinería”.
No obstante, sobre este último punto se aclara que en las funciones de las gerencias de las refinerías descritas en el Manual de Organización vigente no se consideran aquellas para desempeñar la Jefatura de Vigilancia. Esto es que las estructuras de las seis refinerías carecen de esa figura, por lo cual sería ilegal en caso de designarse de esa manera.
El autosabotaje
Fuentes consultadas por Contralínea explican que el problema en Tula va más allá del hecho de que aún no se ha designado al personal capacitado para el área, sino que se ha enviado a una persona con plaza N-39 supuestamente para ocupar el cargo, pero a pesar de ganar 93 mil pesos mensuales se niega a asumir la responsabilidad de la jefatura de departamento. Ello porque, según dice, su línea de mando es con la Dirección de Pemex Logística y no de Transformación Industrial.
Para las fuentes, parece un acto de autosabotaje, pues al cierre de enero la Refinería “Miguel Hidalgo”, de Tula, habilitó provisionalmente a un contador público (con folio de empleado F-355416) para efectuar esas funciones, pero el 1 de febrero la Dirección de Pemex Transformación Industrial envió la orden de presentarse en área de almacén y de inmediato se le transfirió su plaza a la Refinería Dos Bocas, aún en construcción.
Otro inconveniente es que esta área no puede ser cubierta por los de base, porque los trabajadores de vigilancia sindicalizados funcionalmente se adhieren a la Superintendencia de Evaluación Operativa y Sistemas de Gestión.
Tras la explosión registrada en la Refinería Lázaro Cárdenas, en Veracruz, los trabajadores de Pemex consultados se muestran muy alarmados por la falta de eficiencia en la Dirección de Pemex Transformación Industrial. Incluso a Basaldúa Ramos le dan el beneficio de la duda, al estimar que es probable que su ineficacia se deba a un problema de formación académica y no de mala fe.
Y es que, de acuerdo con la Secretaría de Educación Pública, la formación del “suplente por asignación” al frente de esa importante filial ostenta el grado de licenciado en ingeniería agroindustrial por la Universidad Autónoma Chapingo desde 2011, es decir, no tiene grado académico compatible con las funciones que desempeña al frente de las refinerías.
Seguridad física, el problema
La aún acéfala área de seguridad física de la Refinería Tula cuenta con 92 trabajadores sindicalizados –49 vigilantes, 33 porteros checadores, tres oficinistas de cuarta y siete cabos de vigilancia–, todos adscritos a la Superintendencia de Evaluación Operativa y Sistemas de Gestión; así como con 23 elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional –22 soldados y un teniente–, encargados de la revisión en entradas y salidas de las instalaciones.
De acuerdo con las fuentes consultadas por Contralínea, los sindicalizados deberían estar operando el sistema de circuito cerrado de Tv, que consta de 108 cámaras, seis analíticos para reconocimiento de placas, cuatro analíticos para reconocimiento de rostros, un centro de monitoreo con dos estaciones de trabajo, un video Wall de 3×2 pantallas y capacidad para 30 días de grabación.
Además, está el sistema de control de acceso, en la colonia se cuenta con dos barreras vehiculares, tags vehiculares; en los estacionamientos, ocho barreras vehiculares, cuyo acceso es por medio de tarjetas; en el acceso principal (torniquetes) hay 15 terminales de reconocimiento facial con detección de temperatura; en los talleres y almacenes, 17 terminales de reconocimiento facial, y en las oficinas, 16 terminales de tarjetas institucionales de Pemex. Dicha infraestructura está automatizada y lista para operar.
No obstante, las fuentes señalan que para que eso ocurra es necesario que se cuente con un ente que coordine al personal de vigilancia de la refinería; delegar y entrenar en el manejo del sistema electrónico de monitoreo al personal adscrito al área; clarificar el rol y la personalidad de la trabajadora con plaza N-39 que supuestamente se encargaría de atender el área; definir un cambio de adscripción del personal de vigilancia de sindicalizado a de confianza; reubicar al contador público que se asignó en enero y fue reubicado a Dos Bocas.
AUTOR: NANCY FLORES.
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