Colectivos de familiares de personas desaparecidas han logrado aproximadamente 18 “posibles positivos” durante la segunda Búsqueda Nacional en Vida en el estado de Jalisco, narra en entrevista Rosaura Magaña Rivera, quien busca a su hijo, y explica que en los centros penitenciarios que visitaron, algunos internos aseguraron haber visto a personas que buscan.
Al menos 60 familias y 19 colectivos de 21 estados del país se encuentran en Jalisco en busca de sus seres queridos en la segunda Búsqueda Nacional en Vida. Durante los últimos diez días, han realizado búsquedas en cárceles, iglesias y servicios médicos forenses. “Nuestra búsqueda es en vida porque no aceptamos que los desaparecidos en México sólo se buscan en fosas clandestinas y no hay una acción efectiva de las autoridades. Sabemos que las desapariciones tienen muchas variantes y por eso no perdemos la esperanza de encontrarlos vivos y volver a abrazar a nuestros seres queridos, sin embargo, no podemos descartar ninguna posibilidad”, señalan los colectivos en un comunicado.
En Chapala, explica Magaña, un grupo de la caravana de búsqueda ingresó al Centro Integral de Justicia Regional Ciénega, donde dos internos señalaron algunas fotografías que portaban los familiares. “Preguntamos al interno si estaba dispuesto a dar la información y accedió. Dio razones y señales de la persona, dónde lo había visto, qué características tenía”, narra la buscadora y explica que es necesario que las autoridades den seguimiento a su declaración para descartar o confirmar la identificación. Añade que en Ciudad Guzmán, siete personas internas señalaron haber visto a algunas de las personas de las fotografías que llevábamos”.
“Las personas solidarias que nos acompañan toman los datos junto a integrantes de la Comisión de Derechos Humanos para dar fe de la información que está proporcionando y que se respeten sus derechos. Y la Comisión Local de Búsqueda, verifica si la persona que identificaron cuenta con una ficha dentro de la institución. Se le pide información y se conjunta e investiga si, lo que se recabó y si, en los lugares o sitios donde los ubicaron, en realidad se vio a estas personas”, explica Magaña.
Durante su recorrido por otros penales también se acercaron con los colectivos algunos internos que reportaron tener familiares desaparecidos. Magaña explica que “es un trabajo cruzado, pues ellos nos proporcionan información sobre nuestros hijos y nosotros les proporcionamos ayuda con la Comisión de Búsqueda y la Comisión de Derechos Humanos para que tomen los datos de sus familiares desaparecidos, y si lo permiten, para que se hagan una ficha y busquen a su familiar”.
Magaña Rivera que durante toda la jornada han tenido el apoyo y acompañamiento de iglesias y trabajado de manera conjunta con la Comisión local de búsqueda. Además, dice, “las penitenciarías nos han dado paso para entrar con los internos y obtener información. Nuestra búsqueda ha caminado positivamente”.
La caravana ha realizado acciones en distintas iglesias, en la Catedral de Guadalajara, la parroquia de Sayula y de Ciudad Guzmán, además del Templo Anglicano de Guadalajara y la Basílica de Nuestra Señora de Zapopan, donde compartieron sus testimonios y “elevaron una oración por las personas desaparecidas en el país”. En un comunicado explican que “estas iglesias nos han abierto sus puertas y nos han ayudado a sensibilizar a sus comunidades en el tema de esta crisis humanitaria que vivimos”. Con marchas en su paso por distintas ciudades del estado, indican, “apelamos a la sociedad para que se acerque a ver las fotos de nuestros desaparecidos y proporcione cualquier pista que nos ayude a encontrarlos”.
“En la caminata que hicimos en Zapopan el domingo hacia la basílica, tuvimos información de un posible positivo”, narra Magaña y explica que se les acercó un joven y señaló la fotografía de una persona que aseguró haber visto.
“Podemos contarles que un hijo desapareció cuando iba a buscar trabajo, que una hermana no se volvió a ver después de salir de la escuela, que una hija fue llevada con engaños o que un esposo volvía del trabajo y no se volvió a saber de él, nos ayuda a crear conciencia de la creciente problemática de las desapariciones porque, no sólo queremos encontrar a nuestros hijos, queremos que a nadie más le pase vivir este infierno en la tierra”, explicaron.
El año pasado, durante la primera Búsqueda Nacional en Vida, los colectivos localizaron al joven Adolfo, quien tenía tres años desaparecido, en un hospital psiquiátrico. El resto de la búsqueda tuvo que ser suspendida por las medidas de distanciamiento social y confinamiento durante inicios de la pandemia por Covid-19. Hoy nuevamente las familias regresan a buscar “con la esperanza de traer con vida a casa a todos los que nos faltan”.
AUTOR: ERIKA LOZANO.
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