Tatiana Lezama tiene 30 años y estudia el doctorado en Ingeniería Petrolera en la Universidad de Aberdeen, en Escocia, gracias a una beca del Conacyt-Secretaría de Energía, pero la decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de desaparecer los fideicomisos y la nula respuesta del Consejo desde enero pasado, la tienen en vilo: dejó de recibir los recursos de la beca y está en riesgo de ser deportada, pues su visa estudiantil vence el 15 de julio próximo.
El presidente López Obrador acusó corrupción en los fideicomisos en diferentes áreas, aunque hasta el momento su gobierno no ha mostrado las pruebas de desvío en cada uno de los que decidió extinguir desde el 20 de octubre de 2020, a través de un decreto que reformó 17 leyes para desaparecer los fideicomisos que lo mismo apoyaban las becas estudiantiles que al cine nacional, deportistas de alto rendimiento o afrontaba las catástrofes naturales, entre otros.
Su decisión está impactando directamente a más de 300 estudiantes de maestría y doctorado en el extranjero que recibían recursos de uno de dichos fideicomisos a través de una beca, y que les representó la única oportunidad de hacer estudios fuera del país, pues ni ellos ni sus familias podrían solventar ese gasto.
Se trata del fideicomiso Conacyt-Sener, que hasta el primer trimestre de este año tenía una bolsa de 13 mil 189 millones de pesos, de acuerdo con los informes de la Secretaría de Hacienda, y estaba enfocado en promover acciones para la transición energética, incluyendo la formación de capital humano, como es el caso de los estudiantes de maestría y doctorado.
Según el decreto, el Conacyt tenía de plazo hasta este 30 de junio de 2021 para que transfiriera los recursos a la Tesorería de la Federación, es decir, que dichos montos estén disponibles para gastarlos en lo que el gobierno federal decida, pues ni siquiera están etiquetados en el Presupuesto de la Federación.
Sin embargo, hay 120 jóvenes estudiando en el extranjero con base en este fideicomiso, de los cuales, 42 están próximos a cumplir el plazo de tres años de doctorado y en espera de la respuesta para ampliar su estancia debido a que la pandemia atrasó sus proyectos de investigación; mientras que 204 más ya concluyeron sus estudios, pero el Conacyt no les ha hecho el trámite de liberación.
En las disposiciones de las becas está previsto la ampliación del periodo de cada doctorado o maestría, que va de los 3 a 5 años, sobre todo por “causas de fuerza mayor”, por eso es que creían que en medio de la pandemia, el Conacyt aprobaría la extensión de su beca, pues los laboratorios estuvieron cerrados y la movilidad dentro de las ciudades europeas fue restringida de manera estricta, lo que obviamente impactó en el desarrollo de sus proyectos de investigación.
Rafael Verduzco, estudiante de doctorado en Ciencias Sociales en la Universidad de Glasglow, en Escocia, explica que su beca concluye en septiembre de este año, y aunque aún recibe la beca, nadie en Conacyt ha respondido a su petición de extender un año más su estancia.
Su proyecto de investigación está enfocado en la gestión del trasporte público, específicamente en el Metro de la Ciudad de México, y cuyos hallazgos tendría una utilidad directa para el país.
Sin embargo, su caso no es el único. Cada becario que buscaba la ampliación de su estancia comenzó los trámites ante el Concayt, con seis meses de anticipación de la fecha de conclusión, como establece el reglamento, pero no tuvieron respuesta.
Solo hasta que se organizaron como “Becarios CONACyT-SENER en Reino Unido”, lograron que Patricia Mayela Badillo, secretaria administrativa del Fondo Sectorial Conacyt-Sener, les informara el 9 de septiembre de 2020 que las sesiones para evaluar las solicitudes y determinar la respuesta en cada caso se realizarían próximamente.
Esto porque cada decisión sobre las becas y los becarios debe ser deliberada al interior de las comisiones técnicas y evaluadoras respectivas de los fondos o fideicomisos, pero en los meses siguientes tampoco obtuvieron respuesta, por ello, los becarios solicitaron vía transparencia las fechas de las sesiones de los comités, así supieron que habían ocurrido en septiembre, octubre y diciembre de 2020 y la última fue en abril de 2021.
Pero hasta el momento siguen sin tener respuesta. No saben ya cumplido el plazo de desaparición del fideicomiso, el Conacyt reservó recursos para pagar la extensión de sus becas o no. Si lo considera como compromiso establecido o como compromiso nuevo. Esto porque según el decreto de extinción de los fideicomisos, cada institución no debía contraer ‘nuevos compromisos de pago’.
“Tenemos incertidumbre. No sabemos qué es lo que va a pasar, por eso una de los llamados es establecer un diálogo y que nos expliquen qué es lo que tienen en mente sobre nuestros casos para que podamos concluir estos proyectos”, explica Rafael.
De hecho, por eso han circulado la petición que le enviaron el pasado 20 de junio a la directora del Conacyt, Elena Álvarez Buylla, en la que piden entablar una mesa de diálogo “para aclarar el proceso y definir acciones encaminadas a resolver esta situación antes del 30 de Junio de 2021” y que “como titular del Consejo convoque o genere las condiciones necesarias para celebrar l as reuniones de los comités”, pero hasta el momento tampoco han tenido respuesta.
En el caso de Tatiana, por ejemplo, su beca concluyó en enero y desde entonces dejó de recibir los recursos, y aunque seis meses antes inició el trámite para solicitar la ampliación y no le han respondido.
Para continuar con su proyecto de investigación de separar emulsiones mediante nanopartículas magnéticas ha sido apoyada económicamente por su familia en los últimos cinco meses, pero necesitaría seis meses más para acabar el doctorado y en este momento se agrega una complicación más: su visa de estudiante está por vencer en 15 días y sin ella no podría continuar en la universidad.
Por lo tanto su estancia depende únicamente del Conacyt quien debe extenderle la beca, o una carta de “no objeción” para que pueda permanecer en ese doctorado, porque sin ello, tendrá que regresar a México y probablemente dejar inconclusos sus estudios.
“Yo estoy muy agradecida con el Conacyt, pues me ha dado la oportunidad de seguir aprendiendo, pero sí quisiera saber cuál es mi destino y si me pudieran ayudar un poco a ver qué es lo que va a pasar”, dice.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: NAYELI ROLDÁN.
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