En una carta dirigida a Janet Yellen, Secretaría del Tesoro, y a Jennifer M. Granholm, Secretaria de Energía de EU, el congresista argumentó que Pemex tiene un historial comercial “pésimo” con firmas estadounidenses y mexicanas.
El representante republicano también pidió al Comité sobre Inversión Extranjera en Estados Unidos (CFIUS, por sus siglas en inglés) “iniciar una revisión de seguridad completa, incluida la posible denegación de esta venta propuesta”.
El político expuso que la venta de Deer Park representa un “serio riesgo ambiental, de salud y seguridad económica” para los ciudadanos de Texas.
“Es dudoso que Pemex pueda recurrir a los profesionales experimentados en operaciones, cumplimiento y mantenimiento necesarios para administrar de manera segura una refinería integrada en los Estados Unidos. Esto aumenta significativamente los riesgos de un accidente industrial, una seria degradación ambiental local y dificultades económicas locales debido a la mala gestión empresarial”, expuso en el escrito.
El 24 de mayo, Pemex informó que adquirió la totalidad de la refinería Deer Park, que era propiedad de Shell Oil Company.
Mediante un comunicado, la petrolera detalló que ya poseía el 49.995 por ciento de la planta, pero con esta adquisición se hizo del 50.005 por ciento restante.
“Esta decisión se inscribe en la nueva política de negocios de Pemex, planteada por el Presidente de México, que consiste en lograr en el corto plazo, producir todos los combustibles que requiere el país”, dijo Pemex en un comunicado.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador felicitó al consejo de Pemex por la aprobación de la operación y aseguró que la refinería tiene una capacidad para procesar 340 mil barriles diarios.
El 29 de junio, la calificadora Moody’s expuso en un reporte que tanto Deer Park como la refinería Dos Bocas generan dudosos retornos de inversión y riesgos de sobrecostos ya que representan una carga de capital para la estatal.
FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: REDACCIÓN.
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