La elección interna del PAN, un termómetro de la cohesión interna y de la vida democrática del partido político fundado por Manuel Gómez Morín en 1939, tiene de frente el reto de fortalecer la identidad blanquiazul —de principios humanistas y solidarios— y la finalidad de que este instituto político se configure como el principal opositor y como una verdadera alternativa política que responda a las demandas ciudadanas.
No hay razón para cuestionar la imparcialidad de los integrantes de la comisión que organizará el proceso electoral interno del Partido Acción Nacional (PAN), pero existen dudas razonables al respecto, ya que algunos panistas ponen en tela de juicio, aún siendo legal y legítimo por estatutos, que el actual presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), Marko Cortés Mendoza, designara a la comisión electoral y no pidiera licencia o renunciara a su cargo, a pesar de aspirar a la reelección.
Ello sucede en un momento complicado para el partido, ya que en la última semana, el exlíder nacional del PAN (2014-2017) Ricardo Anaya Cortés tuvo que salir de México porque asegura que el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador lo quiere meter a la cárcel, por señalamientos de corrupción que también han denunciado en su momento excompañeros de partido.
Anaya Cortés —al igual que Jorge Luis Lavalle Maury, exsenador panista encarcelado en 2021— es investigado por el Poder Judicial por el presunto delito de coecho, específicamente por recibir sobornos para apoyar la Reforma Energética del sexenio de Enrique Peña Nieto.
Desde hace más de un mes, el tema de la renovación de la dirigencia nacional del PAN ha causado polémica entre blanquiazules debido a que hay quienes ven con recelo la posibilidad de que la estructura del CEN opere en favor del actual dirigente del partido, Marko Cortés Mendoza.
Por un lado, porque es candidato mientras encabeza al poder ejecutivo del PAN, lo que le da la facultad para designar a los integrantes de la Comisión Organizadora Nacional de la Elección del CEN (Conacen). Y por otra parte, porque la persona que preside este órgano —Gonzalo Altamirano Dimas— apoyó en 2018 a Cortés Mendoza para que llegara a la dirigencia del PAN.
Además está el hecho de que Marko Cortés y algunos de los siete integrantes de la Conacen —entre ellos Altamirano Dimas— tienen afinidades más allá de las partidarias por ser allegados o haber sido pupilos de un personaje icónico de Acción Nacional: Santiago Creel Miranda, Diputado federal quien podría presidir la Mesa Directiva de la LXV Legislatura en el Congreso de la Unión.
Para la Diputada federal Adriana Dávila Fernández, que Marko Cortés no haya renunciado a la dirigencia es un error, ya que pierde la oportunidad de mostrarse y comportarse como un verdadero demócrata, toda vez que siendo así, el apoyo interno a su dirigencia se hubiera visto fortalecido.
En ese sentido, la también aspirante a la presidencia del CEN panista dijo que el problema que se vive actualmente en el PAN es que “cuando vienen procesos de designación, el tema de la meritocracia […] queda relegado, porque entonces hay quienes empiezan a cobrar favores”.
La Diputada y varios de sus compañeros panistas —como Francisco Domínguez Servién y Gerardo Priego Tapia— han levantado la voz para advertir que el partido se ha venido apartando de sus principios democráticos, humanistas y solidarios; una pérdida de identidad que ha hecho que la gente no confíe o no se sienta representada por el panismo, así como una pérdida de identidad que atenta en contra de la congruencia discursiva del partido.
“No se puede combatir el centralismo y la arbitrariedad del actual Gobierno federal, anulando al interior de Acción Nacional la vida democrática, la transparencia y la rendición de cuentas”, se lee en un manifiesto firmado por más de cuatro mil panistas que acusan que el partido se transformó en una “cofradía de intereses” apartada de su esencia democrática, por lo que en los hechos “ha dejado de ser una institución al servicio de los ciudadanos”.
Debido a la crítica situación que enfrenta el PAN, varios de sus miembros han señalado que es indispensable que sean reformados los estatutos y reglamentos del partido. Ello para frenar la parálisis que sufren las estructuras y órganos internos, sobre todo en materia de control jurisdiccional entre el CEN y el Consejo Nacional, que durante años ha permitido una excesiva centralización del poder al interior del partido, que ha conllevado a que varios dirigentes y exdirigentes —como Marko Cortés y Ricardo Anaya— hayan sido señalados de avasallar la vida interna del PAN.
“Estamos arrastrando algunas deficiencias” en el partido, como el hecho de que “uno de los competidores ponga al árbitro, independientemente de los nombres y apellidos”, lo que hace que algunos procesos internos sean poco o nada democráticos, de acuerdo con el aspirante a la dirigencia del PAN, Gerardo Priego Tapia.
Incluso, el panista mencionó que los problemas democráticos al interior del partido no se limitan a la designación de la Conocen por parte de quien sea que presida al CEN del PAN. Al respecto dijo que “tiene 10 años que no tenemos asambleas o convenciones para elegir nuestras candidaturas”, en un contexto en que el PAN ha perdido dos elecciones presidenciales al hilo, y en que los últimos comicios intermedios (2021) no les resultaron tan favorables como ha dicho Marko Cortés.
Por ello, refirió que “hay un panismo que se siente triste” porque “perdimos y no hicimos nada para mejorar”, lo que hubiera implicado abrir el partido y abanderar causas reales de la sociedad civil, además de fortalecer los liderazgos nacionales, locales y regionales.
“Hoy el caballo de la oposición es el PAN, pero hoy ese PAN no tiene dientes, le duele la panza porque tiene parásitos y no puede correr bien”, explicó Priego Tapia, quien asimismo advirtió que la elección interna del PAN es muy importante porque “el hecho de quién gobierne el Comité Ejecutivo Nacional […] define si le vamos a entregar el país a [Andrés Manuel López] Obrador en el 2024, o si realmente tenemos opción de fusionarnos con la sociedad e ir a ganar. […] Pero para eso tenemos que cambiar la forma en que estamos haciendo las cosas”.
Para Priego Tapia, en estas elecciones internas “lo importante es el perfil. Quién tiene el perfil para traer a la sociedad civil a la fusión con el PAN; quién tiene el perfil para ser una oposición sólida con boca grande y sin cola; quién tiene el perfil para volver a la vocación social de Acción Nacional, la que nunca se debería de haber ido; […] y quién tiene el perfil para erradicar la impunidad que existe en algunas partes del país, y en algunos casos, en Acción Nacional”.
¿GARANTÍAS DE IMPARCIALIDAD?
Aún es pronto para calificar o descalificar a los integrantes de la Conacen porque todavía no hay elementos para juzgar su desempeño, de acuerdo con la Diputada Adriana Dávila Fernández.
El proceso interno de renovación de la dirigencia del PAN acaba de empezar. El 12 de agosto fue instalada la Conacen y ocho días más tarde, dicha comisión aprobó la convocatoria del proceso electoral, que define los plazos y requisitos para los aspirantes, así como los topes de gastos de campaña y los lineamientos para su financiamiento.
En las próximas semanas, además de proseguir con el registro y aprobación de aspirantes, la Conacen dará a conocer los tiempos y protocolos para la instalación de casillas y emisión de sufragios, con la finalidad de celebrar los comicios internos el día 24 octubre del presente año.
Aunque los siete integrantes de la comisión encargada de la organización, coordinación, realización y seguimiento del proceso electoral interno del PAN aún cuentan con el beneficio de la duda, panistas como Dávila Fernández se dicen preocupados por la aparente influencia de Marko Cortés hacia ellos, no sólo porque algunos fueron designados directamente por él, sino porque algunos de ellos —como Gonzalo Altamirano Dimas— también son o han sido afines a él.
“Sí me preocupa la dependencia política. Incluso tres de las personas que están ahí [en la Conacen] fueron designadas, y no les quito mérito ni les resto méritos ni cuestiono sus designaciones, […] pero el Presidente de la Conocen fue hace tres años abiertamente un aliado y un promotor de la candidatura de Marko Cortés”. En ese sentido, Dávila refirió que sí hay dudas sembradas, en un momento en que el partido requiere de certidumbre interna y legitimidad ciudadana.
Pese a que la Conacen y el Consejo Nacional del PAN han sido cuestionados por algunos panistas, Gonzalo Altamirano Dimas dijo a SinEmbargo que “hay una garantía absoluta de que la Comisión se comportará con imparcialidad, con legalidad y con certeza, como establecen nuestras normas”.
De acuerdo con el presidente de la Conacen, una de las garantías de imparcialidad de las elecciones internas del PAN tiene que ver con los controles jurisdiccionales del Consejo Nacional, que es el máximo órgano colegiado del partido, entre cuyas funciones está vigilar y aceptar o rechazar las decisiones del CEN, que es la instancia encargada de la gestión y ejecución de las políticas o acciones afines a los objetivos del partido.
“El Consejo Nacional fue el que nos dio la encomienda, fue el que aprobó la propuesta del presidente [Marko Cortés]. […] Esta forma de propuesta tiene décadas. El presidente del partido es el que generalmente propone la integración de comisiones y el Consejo las acepta o rechaza. Yo recuerdo en una ocasión, cuando la reelección de Gustavo Madero [en 2014], que el Consejo rechazó la propuesta original de integrantes de la Comisión y tuvo que ser modificada para aprobarse finalmente”.
Con respecto a su respaldo a Marko Cortés en 2018, Altamirano Dimas refirió que ahí no hay un problema, porque Marko Cortés y él han convivido sólo dentro de la democracia.
“En ocasiones estamos de acuerdo y en otras ocasiones no estamos de acuerdo. Esto es parte de la vida normal del partido. Habría objeción, por ejemplo, si alguno de los integrantes [de la Conacen] formara parte de la estructura actual [del CEN]”. Mientras no suceda así, “no hay ningún impedimento legal […] ni ético. No venimos a apoyar a nadie. Venimos a cumplir con la encomienda que nos dio el Consejo Nacional” y por tanto, “no nos prestaríamos a consignas ni a hacer actos indebidos”, explicó el panista.
Sin embargo, Gerardo Priego Tapia contrarió que hayan garantías reales de imparcialidad por “la forma en que fue presentada la Conacen, que sí es una forma muy cuestionable independientemente de los nombres”, ya que el hermetismo procesal implica un rechazo más a la voluntad de los militantes del PAN y de la población panista que quiere una contienda electoral equitativa y democrática.
“Hay tal animadversión en el panismo, en la militancia, a que no la dejen participar, a que sean designaciones normalmente, a que las reglas sean utilizadas para beneficiar a unos y no a otros, que yo creo que eso está a punto de ebullición […] o de generar la rebeldía”.
Como ejemplo recordó que cuando Vicente Fox Quesada presionó para que Santiago Creel Miranda fuera candidato a la Presidencia de la República, los panistas votaron por Felipe Calderón Hinojosa. Asimismo, cuando este último “quiso poner línea” a favor de Ernesto Cordero Arroyo, los panistas votaron por Josefina Vázquez Mota.
Aunque al interior del PAN hay diferencias, para los panistas consultados no existe riesgo de escisión interna en grupos de interés —como le pasó al PRD— ni confrontaciones —como aquella entre los morenistas Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado Carrillo— que generen rompimiento entre partes o proyectos.
De acuerdo con Gerardo Priego Tapia, en la actualidad hay un “panismo enamorado de su partido”, que a pesar de la rebeldía contra las imposiciones internas, tiene claro que tiene que estar unido para cambiar el rumbo del partido y evitar que en 2024, el Presidente López Obrador y su partido (Morena) continúen gobernando el país.
La Diputada Adriana Dávila Fernández coincidió en que al interior del PAN, aunque hay visiones distintas, no existen disputas irreconciliables.
“Nosotros no vamos a apostarle a una crisis del partido, porque la crisis del partido la estamos viviendo afuera y la seguiremos viviendo todos estos días si no entendemos y regresamos a nuestro origen, no para estar en el pasado ni añorarlo, sino para construir un futuro con mejores condiciones para este país”.
Al igual que Priego y Dávila, el panista Gonzalo Altamirano Dimas indicó que no hay un entorno observable “de crispación o de una confrontación ríspida” entre militantes o partidarios.
“Yo creo que hay, que se han alzado voces críticas, pero todo dentro de la racionalidad”. En ese sentido, Altamirano explicó que la responsabilidad que tiene el principal partido de oposición que hay en México es cuidar su proceso interno.
“No podemos presentarnos ante la ciudadanía como un partido que no puede dirimir democráticamente sus procesos”. Por ello, dijo que los candidatos y los integrantes de la Conacen “debemos contribuir a que este proceso se lleve al cabo con altura de miras, de acuerdo a los principios del partido y también atendiendo a lo que espera la ciudadanía de nosotros”.
LA ELECCIÓN: UNA OPORTUNIDAD DE CAMBIO
En las últimas dos elecciones presidenciales (2012 y 2018) y en las últimas elecciones intermedias (2021) el PAN fue derrotado porque no cambió su manera de actuar. La dirigencia fraguó alianzas con otros partidos —como sucedió con el PRI este año— pero se olvidó de acoger los intereses ciudadanos, se olvidó de acercarse al empresariado, a los colegios de profesionistas y a las miles de organizaciones de la sociedad civil para construir una alternativa de política pública en beneficio del país. Así lo ven las y los panistas consultados.
“Al no habernos compuesto, reparado en los últimos años desde el 2012, pues tuvimos precisamente una deficiencia enorme para ir a competir en el 2021. Hoy, el reto es la ruta”, comentó Gerardo Priego Tapia. Una ruta para devolverle la dignidad a los panistas y promover e impulsar la fusión del PAN con la sociedad civil.
“Estamos ante una gran oportunidad de regresarle al PAN su vida democrática. De entender el momento tan complicado que vivimos como país, y de la responsabilidad tan grande que tenemos quienes estamos en un partido político, concretamente en Acción Nacional”, coincidió Adriana Dávila Fernández.
“Hace muchos años que empezamos a perder parte de nuestra identidad, y eso los ciudadanos y ciudadanas no nos lo perdonan: que no logramos, además de ser una oposición, una verdadera alternativa [política]”, abundó la también aspirante a la dirigencia del CEN del PAN, quien señaló que el cambio debe de partir de una toma de decisiones partidarias con base en una militancia libre, valiente y decidida que responda al llamado ciudadano.
Una de las cuestiones más importantes para redignificar a los panistas y restituir la vida democrática al interior del partido —además de cambiar los estatutos, reglas y tradiciones— es transparentar el padrón del PAN. Por ello, muchos panistas exigen la realización de una auditoría al Registro Nacional de Militantes del partido, que a la fecha cuenta con 270 mil 763 afiliados.
“En tanto aquello no ocurra”, se lee en un comunicado firmado por miles de panistas, “el partido no estará en condiciones objetivas de llevar a cabo la renovación de la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional, razón por la cual, de ser necesario, deberá postergarse la emisión de la convocatoria respectiva lo legalmente posible”.
Para el economista y exdiputado Gerardo Priego Tapia, con ello “lo que se pretende es limpiar el padrón electoral, en el sentido de transparentarlo”, ya que desafortunadamente el padrón “se ha prestado a que en algunas partes del país y en algunas etapas del partido se haya distorsionado el proceso de afiliación, y se haya hecho para controlar la afiliación, porque quien tiene más afiliados o votos define candidaturas en los municipios, en los estados y a nivel nacional”.
Con una auditoría interna y externa, abundó Priego, la pretensión es que “se pueda definir quién sí es panista y quien no”, ya que “se calcula que hay un 20 por ciento, más o menos en una especulación, de personas que han sido traídas a la afiliación al partido, pero que no existen, […] que no conocen la vida del partido”, pero que votan sin conocimiento y al hacerlo, aportan incertidumbre y debilitan las decisiones que determinan el rumbo del PAN.
Sin embargo, el presidente de la Conacen dijo a SinEmbargo que el padrón de militantes es confiable porque es el mismo con el que el PAN eligió a los candidatos de las elecciones federal y locales del proceso electoral 2020-2021.
“Yo considero que en esencia [el padrón] es confiable. ¿Errores? Puede haber errores. Seguramente habrá militantes que estaba inscritos y en un momento dado […] no se vean en el padrón”. Sin embargo, explicó Gonzalo Altamirano Dimas, esos casos particulares deberán ser resueltos por el CEN.
De ocurrir una limpia efectiva y rigurosa del padrón del PAN, el partido estaría en riesgo de perder su registro nacional.
Por ejemplo, si el partido depurara o perdiera el 11.5 por ciento de su padrón actual (31 mil 138 afiliados), la cantidad restante de militantes panistas (239 mil 625 personas) sería insuficiente para mantenerse constituido como un partido político nacional, ya que tratándose de este tipo de organizaciones y “bajo ninguna circunstancia”, el número total de militantes en el país “podrá ser inferior al 0.26 por ciento [239 mil 737 personas] del padrón electoral federal [92 millones 206 mil 413 personas] que haya sido utilizado en la elección federal ordinaria inmediata anterior”, se lee en el Artículo 10 (frac. 2, inc. b) de la Ley General de Partidos Políticos.
AUTOR: EFRÉN FLORES.
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