Marat y Asel, pareja originaria de Kirguistán, radicada en Miami, Estados Unidos, denunció la retención de sus familiares en Cancún, por parte del Instituto Nacional de Migración (INM), con tratos degradantes y extorsión para darles comida.
El 15 de julio, 28 familiares y conocidos, entre ellos 17 menores de edad, volaron hasta Cancún para encontrarse con ellos y pasar vacaciones en el Caribe Mexicano. Con cuartos de hotel reservados, documentos en regla y vuelo programado de regreso, personal del Instituto decidió denegar el acceso al país.
Entre los requisitos de entrada al país está justificar los motivos del viaje y el personal de Migración puede optar por no permitir el acceso si detecta una irregularidad.
Una agente migratoria del Aeropuerto de Cancún, quien solicitó omitir su nombre, detalló que en muchas ocasiones, aunque los documentos estén en regla, se niega el acceso si se piensa que hay algo “que no cuadra” o es sospechoso.
Si bien denegar la entrada es una facultad del personal, el protocolo interno indica que se deben respetar los derechos humanos de las personas, sea cual sea su situación migratoria.
Marat y Asel no tuvieron problemas para ingresar al país, pero sí sus familiares y amigos. Marat narró que el primer día de llegada, la familia de su hermano y sus amigos fueron llevados al pasillo entre el avión y la sala de llegadas y luego golpeados “hasta que perdieron el conocimiento”, por aproximadamente 30 personas, empleados del servicio de migración.
“Las mujeres fueron arrastradas por el pelo y las piernas, y los niños fueron separados de sus padres por la fuerza. Empleados del servicio de migración exigieron a la fuerza firmar unos papeles”, describe, según le informaron cuando se permitió el acceso a su abogado. Denuncia que después de haberlos golpeado, los llevaron a una sala acristalada junto a la sala de llegadas, sin comida ni agua “por tres días”.
“Mis sobrinos escribieron en papel: Ayúdanos, por favor danos comida, agua o tu manta. Los niños mostraron este papel a los pasajeros que pasaban. Algunos turistas se compadecieron y les deslizaron sus mantas. Al ver esto, los oficiales se enojaron mucho y los enviaron al sótano, donde fueron acosados”, asegura.
Un agente del INM acordó llevarles una pizza por un pago de 150 dólares (3,000 pesos mexicanos). Llevó el encargo por la mañana, pero la dejó detrás del cristal para que la observaran y hasta la noche se las tiraron por la ventana “como animales”, según afirma.
“Lo que nos dijeron nuestros familiares nos dejó en shock, ahora entendemos por qué no nos dejaron visitar a nuestra familia, porque todos tenían moretones y magulladuras, yo solo pude grabar un poco esta reunión con la cámara, luego el oficial me quitó el teléfono”, dice Marat.
Asimismo, cuenta que algunos oficiales filmaron los golpes con un teléfono celular. “Se rieron a carcajadas. Los niños oraron pidiendo ayuda a sus madres, que en ese momento estaban inconscientes por las golpizas. Incluso la mujer embarazada no se salvó”, detalla.
De la sala de Migración a un Centro de Rehabilitación de drogas
El pasado 8 de agosto, tres de las cinco familias fueron trasladadas al “Centro de Rehabilitación y Desarrollo Humano Despertares”, un sitio en la periferia de Cancún dedicado a tratar con personas con adicción a las drogas.
Ahí su situación ha empeorado. A través de un teléfono los retenidos pudieron comunicarse con la familia. Les contaron que durante toda la estancia han vivido en condiciones poco dignas, denuncia la pareja. Sin papel higiénico, suministros para la menstruación femenina ni aire acondicionado (en Cancún las temperaturas alcanzan los 40 grados de sensación térmica).
Sin embargo, eso no es lo peor, sino los tratos denigrantes que reciben por parte del personal.
No tienen acceso a comida ni agua, para que les compren una pizza familiar les exigen el pago de 150 dólares, pero si piden dos el costo incrementa a 500 dólares (10,000 pesos mexicanos), según denuncian. También les cobran 50 dólares por permitirles salir de la habitación.
En fotografías se observa a los menores de edad en una condición física deplorable, con problemas en los ojos e infecciones en la boca. También son obligados a hacer las labores de limpieza del lugar, como fregar los pisos, según se pudo observar desde la parte de afuera de la finca.
Al acudir al Centro de Rehabilitación a solicitar información, dos personas del lugar se negaron a dar su versión. Uno de ellos es paciente de rehabilitación. Otra mujer, aparentemente encargada, ignoró la pregunta.
También se intentó contactar a la directora del Centro, Olivia Reyes, pero no se tuvo éxito. A las afueras se encontraba una camioneta con logotipos del DIF municipal de Benito Juárez, camioneta en la que inicialmente trasladaron a las familias a este Centro.
En presencia de Aristegui Noticias, la pareja pudo contactarse vía telefónica con sus familiares al interior del lugar. Les dijeron que presuntamente serían llevados de nueva cuenta al Aeropuerto, pero se abortó por la presencia de dos personas de prensa a las afueras de las instalaciones.
Por la mañana, el abogado de los turistas ofreció una rueda de prensa a medios locales para dar a conocer la situación. En la llamada, los detenidos afirmaron que fueron golpeados después de que se supo la situación en dicha rueda de prensa.
Las familias ingresaron un amparo judicial, a través del abogado José Luis González, para que Migración les dé libertad. González asegura que esta es una situación que ha ocurrido antes en el Aeropuerto Internacional de Cancún, pues dice que su despacho ha llevado por lo menos otros tres casos similares.
En febrero de 2021 decenas de turistas provenientes de Rumania fueron impedidos para entrar a México. De la misma forma, acusaron que no se les brindó alimentos ni agua en forma suficiente y que recibieron tratos denigrantes por parte del personal del INM durante los días que fueron retenidos.
La agente migratoria que accedió a hablar con Aristegui Noticias comentó que esta situación no ocurre dentro de la institución, pues una agresión a un turistas implica el despido inmediato. También indicó que las retenciones en las instalaciones del Aeropuerto se prolongan cuando los turistas interponen un amparo.
No obstante, la pareja desconoce la razón por la cual sus familiares y amigos fueron llevados a un centro de rehabilitación para personas con drogadicción.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN, ALEJANDRO CASTRO.
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