Esta información contrasta con el discurso pronunciado por el presidente de México con motivo de su Tercer Informe de Gobierno, donde afirmó que “en México ya no se violan derechos humanos”.
Una serie de ejemplos ilustran que en México no se respetan los derechos humanos: casi un centenar de personas defensoras asesinadas, el registro oficial de 20 mil personas desaparecidas, la falta de consulta a las comunidades indígenas en la implementación de megaproyectos de desarrollo, la militarización de la seguridad pública, el incremento de los feminicidios, la agresión a migrantes en la frontera sur y el recorte del presupuesto al Mecanismo de Protección a Defensores y Periodistas.
La pregunta que subyace a este contexto es ¿por qué un gobierno proveniente de la lucha social, cuya bandera ha sido la defensa de los derechos humanos, presenta un panorama tan contrastante en cuanto a la protección y salvaguarda de los derechos humanos?
Es evidente que existe un problema grave en materia de administración de justicia, las fiscalías General de la República y de los estados, no han logrado revertir la inercia de la impunidad; la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y los organismos públicos defensores de los derechos humanos han fallado en su compromiso de garantizar la protección a las personas defensoras; y, finalmente, aun no se logra concretar la tan anhelada Reforma del Poder Judicial. Es probable que, a todo esto, en su conjunto, obedezca esta situación de deterioro de los derechos humanos en el país.
El gobierno de la Cuarta Transformación tiene una gran deuda con los derechos humanos en México. Las personas defensoras de los derechos humanos están poniendo la cuota de sangre, ante un gobierno, y sus instituciones, que no sólo no actúa, sino que niega esta dolorosa realidad.
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Lista detallada hasta 30.07.2021:Todos sus nombres, todas sus luchas. 93 personas defensoras asesinadas durante la 4T
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