«Nos dejaron golpeadas y jaloneadas. Vinieron y nos aventaron aquí en Los Arquitos, donde querían que estuviéramos para no molestar en el desfile», dijo Laura Kabata, quien durante el desalojo se encadenó junto con la joven Sujey Rojas en la entrada al metro del Zócalo, hasta que las autoridades rompieron el candado y las golpearon.
«Me empezaron a lastimar el cuello, me torcieron las manos, me estaban amenazando. Yo tengo mi embarazo de alto riesgo. Se los dije, pero les dio igual», dijo Sugey, quien junto con su madre Guadalupe Montserrat exige justicia por la desaparición de su padre, Mario Rojas.
Desde días antes al 15 de septiembre, la policía encapsuló a las familias que se encontraban en el plantón frente a Palacio Nacional para no permitirles la entrada de alimentos ni la salida al baño, además de que impidió que recibieran comida por parte de activistas y personas solidarias fuera del plantón.
«Son agresiones y represalias por demandar a los asesinos, a los torturadores, a los violadores, y por pedir justicia. Hay orden de que los militares sean quienes nos desalojen de aquí. Nada más estamos pidiendo justicia, no estamos golpeando, robando ni humillando a nadie. No estamos haciendo nada malo», dijo Laura Kabata, cuyo hijo Oscar Kabata fue víctima de tortura y violación por parte de la Sedena en 2009.
Por su parte, las familias que instalaron un plantón en las inmediaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) desde el 29 de marzo también han sufrido agresiones por parte de las autoridades.
«Vamos a cumplir seis meses en los que hemos sufrido todo tipo de intimidación por parte de Sedena. Nos han robado más de 20 lonas, nos han rociado con gasolina, nos han amedrentado hasta más no poder», denunció Flora Marcelo, madre de la víctima de feminicidio Ayelin Iczae Gutiérrez Marcelo.
«Una mujer intentó asesinarnos aventándonos el carro encima. Estamos en la Fiscalía para levantar un acta por intento de homicidio», agregó Flora.
Los familiares de víctimas denunciaron que la complicidad de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), así como la represión del gobierno central contra las mujeres, niños y adultos mayores que forman parte de los plantones.
AUTOR: REDACCIÓN.
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