Jalisco es la entidad que concentra el mayor número de casos, con un total de al menos cinco carpetas de investigación, seguida de Oaxaca con dos averiguaciones, Tlaxcala, Baja California y Coahuila, uno en cada entidad, de acuerdo con información oficial.
Las autoridades mexicanas han abierto carpetas de investigación por al menos 10 casos de reclutamiento de menores de edad a través de videojuegos en los estados de Baja California, Oaxaca, Jalisco, Tlaxcala y Coahuila, informó la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).
“Se han dado este tipo de situaciones de búsqueda de reclutamiento criminal (de menores) y hemos visto que a partir del año pasado se vinieron incrementando todos estos casos […] El confinamiento pues ha generado que haya también una mayor actividad en las redes y esto a su vez genera una mayor potencialidad al riesgo”, dijo Ricardo Mejía Berdeja, Subsecretario de Seguridad Pública, en entrevista con SinEmbargo.
Mejía Berdeja indicó que a raíz de la pandemia por la COVID-19 se ha registrado un incremento en este método de tratar de buscar a los menores a través de videojuegos y redes sociales para que se incorporen a las estructuras delincuenciales.
Jalisco es la entidad que concentra el mayor número de casos, con un total de al menos cinco carpetas de investigación, seguida de Oaxaca con dos averiguaciones, Tlaxcala, Baja California y Coahuila, uno en cada entidad, de acuerdo con la información proporcionada por el funcionario.
Hasta el momento no hay un estudio o cifra oficial sobre la dimensión del reclutamiento de menores de edad a las filas del crimen organizado. No obstante, la Red por los Derechos de la infancia (Redim) desde el año 2010 estimó en un informe enviado a las Naciones Unidas que al menos 30 mil menores eran reclutados al año por el crimen organizado.
En el año 2018, Alfonso Durazo, entonces secretario de Seguridad, dijo que había al menos 460 mil adolescentes y personas jóvenes reclutadas por el crimen organizado, pero que en ese momento no había “información oficial o estudio” que pudiera corroborar ese dato.
Al respecto, Ricardo Mejía reiteró que de momento no hay cifras de a cuánto asciende el número de menores reclutados en sus diferentes modalidades; y mucho menos datos de cuántos son contactados por medio de redes sociales y videojuegos.
“Estamos tratando de determinar el alcance, pero nosotros tenemos ya algunos casos documentados a través de la Coordinación Nacional Antisecuestro (Conase), que depende de la SSPC, también aquí nos reportan privaciones de la libertad, secuestros y a veces casos de desaparición”, expresó.
Mejía destacó que los menores son alistados a las filas de la delincuencia ya sea por que son seducidos por estos grupos criminales o por que son forzados mediante secuestros, aunque también advirtió que estas agrupaciones emplean las redes para invitar a menores a la violencia o a infringirse daños a sí mismos, alentándolos a cometer suicidio, por ejemplo.
En ese sentido, el funcionario insistió en que el reclutamiento de menores a través de redes sociales es una amenaza que debe ser considerada con seriedad y responsabilidad.
“Todas estas posibilidades que se abren con la informática e Internet son ilimitadas e implican conocimiento, desarrollo y conectividad, pero también traen aparejado un lado oscuro, que es toda la utilización de la red para generar relaciones que pueden derivar en conductas de carácter delictivo y no solo nos referimos a estos casos de los videojuegos en línea, sino también a la trata, la pornografía infantil, al sexting […] el nivel de riesgo es cada vez mayor”, dijo el funcionario, al señalar que la policía científica de la Guardia y algunas fiscalías han documentado estas amenazas.
El contactar a personas a través de videojuegos ha sido una técnica también utilizada durante años por grupos terroristas islámicos, de acuerdo con un análisis del laboratorio InSightCrime, con base a lo que se sabe de las filtraciones que se difundieron de un antiguo agente de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA por sus siglas en inglés) en 2013, en las que se revela cómo los extremistas recurrieron a juegos como World of Warcraft y Second Life.
En su análisis sobre el tema, InSightCrime coincide en que el confinamiento por la pandemia ha provocado que sea más atractivas y prácticas estas estrategias. “Con el cierre de las escuelas, los menores se han visto obligados a estudiar en línea, pero el acceso a las plataformas educativas y el monitoreo que hacen padres y maestros de sus actividades es bastante variable”, refiere.
El pasado 17 de septiembre, el periodico The Wall Street Journal reportó que el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha usado Facebook para reclutar, entrenar y pagar a sicarios. Con base en documentos internos de dicha empresa, en los que empleados han alertado sobre cómo el cártel usa esta y otras plataformas como Instagram en países como México.
En el reporte del Wall Street Journal se menciona cómo precisamente a inicios de este año un expolicía convertido en investigador de Facebook publicó un memorando interno para todo el personal de la empresa. En éste comenzó con un “¡Feliz 2021 para todos!” y luego procedió a detallar un conjunto de lo que llamó “aprendizajes”. El más grande de ellos: “un cártel de la droga mexicano estaba usando Facebook para reclutar, entrenar y pagar a sicarios”.
El pasado 20 de octubre, el Gobierno de México presentó un decálogo sobe videojuegos a fin de que los padres y madres de familia lo debatan con sus hijos e hijas. Rosa Icela Rodríguez, titular de la SSPC, recomendó no jugar ni chatear con desconocidos; establecer horarios de juego; no utilizar cuentas de correo electrónico personal, sino generar nuevos para jugar; no proporcionar datos personales, ni datos telefónicos, ni bancarios; no usar micrófono ni cámara; no compartir ubicación.
Así como reportar aquellas cuentas agresivas o sospechosas; mantener la configuración de seguridad para los niños en los dispositivos llamado control parental; en el caso de los menores de edad jugar bajo la supervisión de un adulto; y en caso de detectar conductas de violencia, acoso o amenaza mientras los menores de edad juegan, éstas deberán ser reportadas al 088.
En ese sentido, la Red para los Derechos de la Infancia en México (Redim) destacó el pasado domingo que la violencia que sufren a niñas, niños y adolescentes está en el territorio y no en los videojuegos, por lo que destacó que prohibir o retirar los videojuegos y estigmatizar estas plataformas podría constituir en una falsa solución para frenar la violencia ya que, insistió, en que ni los videojuegos, ni las plataformas digitales son las responsables de las violaciones en contra de los derechos de las infancias en México.
La organización, que desde hace al menos 10 años ha alertado constantemente por el reclutamiento de menores, señaló que se requiere de una estrategia integral de seguridad que proteja a la niñez en México.
Por el contrario, dijo, “estas plataformas son lugares de comunicación, de acceso a la información y expresión de las propias opiniones que en el contexto de resguardo por la pandemia aumentó la participación y socialización digital”.
UTILIZADOS COMO CARNE DE CAÑÓN
La utilización de redes sociales para enganchar a menores (o contactarlos y luego secuestrarlos) es tan sólo uno de los métodos —y de los menores— que las estructuras delincuenciales utilizan para atraer a niños, niñas y adolescentes.
Ricardo Mejía respondió que —según han podido identificar— la estrategia más común es la aproximación a los menores a través de conocidos y su entorno cercano.
“Muchas veces también es a partir de la adicción. Primero los introducen al mundo del consumo de drogas, luego los invitan a ser narcomenudistas, luego halcones y finalmente pueden ser reclutados para operar ya como sicarios. También hay invitaciones a ser entrenados en campos que tienen de adiestramiento y muchos de ellos los mueve en de su estado de origen hacia otros estados”, explicó.
La pobreza, tener alguna condición de marginación, falta de identidad y/o entornos de desintegración familiar son algunos de los factores que conllevan a los menores a una mayor condición de riesgo y vulneralidad para engancharlos, según comentó el funcionario.
“Estos grupos se dedican a estar reclutando jóvenes que tienen problemas de marginación, problemas de desintegración familiar. A ellos les prometen sueldos, ventajas. Les permitan un panorama idílico”, dijo.
La labor que desempeñan es de informantes, vigilantes o mensajeros; en diversos estados, los adolescentes y personas jóvenes son colocadas en los círculos o cercos de seguridad, los primeros que reciben el golpeteo de los operativos de las fuerzas de seguridad mexicana, es decir, que los grupos criminales utilizan a los niños, niñas y adolescentes como carne de cañón, explicó el funcionario.
“Son carne de cañón de estos grupos criminales, que controlan desde fuera las batallas, porque estos jóvenes que son reclutados no tienen ni dos o tres meses (en el cártel) cuando ya los matan, porque ‘los entrenan y los mandan’ (a la batalla). En muchos lugares, como en Tamaulipas pues los ponen a enfrentarse al Ejército o con las fuerzas de seguridad”, relató.
De acuerdo con datos de Redim y un estudio del Observatorio Nacional Ciudadano, entre 145 mil y 250 mil niñas, niños y adolescentes en 2020 están en riesgo de reclutamiento por parte de grupos delictivo.
Al respecto, la organización destacó que es necesario que se tipifique el reclutamiento, en cualquiera de sus modalidades, dentro de los delitos que deben ser castigados en nuestro país. Además, aseveró que buscar, investigar y juzgar a quienes realizan estas prácticas contra los menores de edad debe ser una prioridad del Estado y sus autoridades.
Por ello, urgió la necesidad de que haya atención y seguimiento particular a las acciones de prevención de la violencia ya encausadas en la Comisión para poner fin a toda forma de Violencia hacia las Niñas, Niños y Adolescentes (COMPREVNNA), del Sistema de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), con un enfoque de derechos humanos que evite criminalizar a los menores de edad, así como a sus familias.
Los niños, niñas y adolescentes reclutados, ya sea por seducción, involucramiento desde el territorio o de manera forzada, son aquellos que están en desprotección, algunos que no acuden a la escuela, que tienen contextos familiares complicados o muy deteriorados, carecen de redes positivas y pueden estar en escenarios del crimen organizado donde este tiene control territorial.
Los tipos de reclutamiento, de acuerdo con Redim, son: el de hijos y familiares de personas vinculadas a la delincuencia organizada, quienes tienen contacto cotidiano con ambientes delictivos en la zona donde viven y los que son plagiados para ponerlos a trabajar dentro de la organización criminal.
AUTOR: SUGEYRY ROMINA GÁNDARA.
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