Durante una visita protocolaria que hicieron diputados integrantes de la Comisión de Vigilancia a la Auditoría Superior de la Federación, el auditor David Colmenares admitió que vivía en su oficina ‘remodelada’ y les mostró el “austero sofá cama” en el que “descansa”, informó uno de los legisladores al resto de sus compañeros en reunión de la Junta Directiva realizada el pasado 22 de octubre.
La oficina fue remodelada en 2019 para instalar regadera, calentador, clóset, vestidor y una puerta de altísima seguridad, entre otras intervenciones con acabados de lujo y cuyo costo ascendió a 2.6 millones de pesos de recursos públicos, pese a que el edificio apenas tenía dos años de uso.
Los legisladores del Partido Verte Roberto Rubio y Gilberto Hernández, integrantes de la Comisión de Vigilancia de la ASF, y el delegado nacional del mismo partido, Javier Herrera, acudieron con el auditor para comenzar la relación de trabajo en la nueva legislatura el jueves pasado. Durante el encuentro les mostró instalaciones del edificio, incluyendo el espacio donde Colmenares “descansa”, relató el diputado Rubio a Animal Político.
—¿El auditor les dijo que duerme ahí?
“Sí, fue lo que entendí, que el auditor duerme ahí. Vi su maleta de viaje, un sofá cama, una pantalla, unos zapatos. Nada rimbombante”.
Aunque los legisladores federales se enteraron de dichas obras a través de la nota publicada por Animal Político el 18 de octubre y el viernes 22 supieron que el auditor había reconocido que ocupaba esa oficina pública para vivir, los diputados de la Comisión de Vigilancia encabezada por el priista Pablo Angulo Briseño, no lo han llamado a comparecer.
Tampoco han hecho ningún pronunciamiento público, pese a que esto podría constituir violaciones a la ley, pues hacer uso de un bien público para beneficio particular significaría un “abuso de funciones”, según establece la Ley de Responsabilidades de la Administración Pública que en su artículo 57 define esa falta para el funcionario que “ejerza atribuciones que no tenga conferidas o se valga de que las tenga para realizar o inducir actos u omisiones arbitrarios para generar un beneficio para sí”.
Hasta el momento, la Auditoría no ha explicado por qué hizo esas adecuaciones de uso habitacional en la oficina del auditor que consistió, por ejemplo, en comprar un clóset y vestidor de 51 mil pesos; un mueble de madera de diseño de 88 mil pesos, acabados de zoclo de mármol, recubrimientos de madera de encino, y una puerta de cristal templado de 12.7 milímetros con electro-cerradura para bloquear la puerta en modo noche o con control de acceso.
Tampoco ha explicado por qué gastó 3 millones de pesos para la adecuación con regadera, cocina y clóset en una oficina alterna para el auditor en la sede de Morelos, a una cuadra de Reforma, pese a que el edificio se encuentra en desuso para los empleados desde 2017, cuando fueron reubicados en el nuevo edificio central.
Según el artículo 54 de la Ley de Responsabilidades, “será responsable de desvío de recursos públicos el servidor público que autorice, solicite o realice actos para la asignación o desvío de recursos públicos, sean materiales, humanos o financieros, sin fundamento jurídico o en contraposición a las normas aplicables”.
Los integrantes del Partido Verde Ecologista de México acudieron el jueves 21 de octubre a la sede de la Auditoría solo para comenzar las relaciones de trabajo de la recién instalada Comisión de Vigilancia a la que pertenecen los legisladores y buscar capacitación para sus cuadros. Aunque su obligación y facultad es revisar la actuación de la Auditoría Superior de la Federación, no le cuestionaron respecto a las obras millonarias en su despacho.
“Yo acabo de llegar, no puedo estar con esos cuestionamientos, pero el auditor, sin que yo lo expusiera me invitó a dar un recorrido en sus instalaciones. (…) y conocer el área donde de repente él recibe algún descanso. Pero vi un cuarto muy pequeño como de 2 por 2 metros, una tele, y un sofá cama donde descansa y se hablaba que había salido una nota donde decían que había un baño amplio, limpio, sin artículos de lujo, con implementos normales”, explicó Rubio en entrevista.
Javier Herrera, delegado nacional del PVEM, aseguró que durante el encuentro salió el tema y “el auditor nos ofreció hasta conocer la regadera, pero no íbamos para eso, íbamos para establecer una relación institucional”.
“Yo me quedé afuera, porque sentí de mal gusto, sentí que era como entrometerme, pero me comentaron que era un catrecito bastante chafa. Entiendo que el auditor prácticamente está soltero de lunes a viernes aquí en México y se va los viernes a Oaxaca y que muchas veces duerme ahí hasta tarde”, dijo Herrera en entrevista.
El viernes 22 de octubre, hubo reunión de Junta Directiva de la Comisión de Vigilancia y ahí, los diputados del Verde contaron sobre su recorrido y la aceptación del auditor de vivir en la oficina pública. Pese a ello, evadieron el tema, aseguró la diputada Inés Parra.
“Toqué el tema sobre la nota periodística de Animal Político y les dijo que ya no hay confianza en el auditor, pero el diputado Rubio respondió que ‘solo vive en un silloncito’. Queda claro que los diputados evadieron el tema diciendo que no se haga caso a las notas que pueden ser falsas”, explicó Parra.
La diputada de Morena aseguró que el edificio de la Auditoría y su oficina “es un área de trabajo, no es su casa”, por lo que, insistió, pedirá la renuncia de Colmenares ante la falta de confianza aunque esto deberá contar con la votación de la mayoría de los 36 integrantes de la Comisión.
Este miércoles ocurrirá la primera sesión de la Comisión de Vigilancia justamente para debatir sobre el presupuesto de la Auditoría Superior de la Federación para 2022, aunque no se encuentra en el orden del día alguna discusión para llamar a comparecer al auditor.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: NAYELI ROLDÁN.
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