La Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch’ Xíinbal exigió a la Organización de la Naciones Unidas (ONU) dejar de colaborar en la imposición del Tren Maya, al ser una “falta de congruencia” participar en un megaproyecto que ha violado los derechos de los pueblos en la Península de Yucatán.
En una carta dirigida al secretario general de la ONU, António Guterres, los defensores mayas criticaron que varios organismos afiliados, como el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat) y la Organización Mundial del Turismo (OMT) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), participen “de modo instrumental y central en dicho proyecto etnocida” a pesar de “la abrumadora evidencia de violaciones a los derechos del pueblo maya”.
“Esta falta de congruencia nos causa pena, pesar y perjuicios irreparables, porque el tren que nos atropella lleva de modo ostentoso el sello de la ONU y sigue avanzando a pesar de varias resoluciones judiciales en contra”, acusó Múuch’ Xíinbal, que desde el anuncio del megaproyecto ha promovido seis juicios de amparo “con resoluciones favorables” contra el Tren Maya y ha solicitado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) la adopción de medidas cautelares para proteger su integridad, “dado el ambiente de división y discordia que el gobierno federal provoca con este proyecto en nuestra sociedad y en nuestras comunidades”.
Los defensores mayas recordaron que entre las violaciones a sus derechos como pueblo indígena se encuentra la “simulación de ‘consulta indígena’” que realizó el gobierno federal en 2019, la cual fue señalada y calificada de fallida en lo esencial “y por tanto ilegítima” por la misma Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH).
Agregaron que la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del megaproyecto es un “documento deficiente en grado sumo”, además de que no contempla el impacto en las comunidades ni en la vida y la cultura de sus habitantes.
“En cuanto al impacto a la integridad e identidad del pueblo maya no se ha dicho nada que no sean las mismas promesas y palabras huecas de siempre: No existe documento oficial que manifieste el impacto cultural y etnocida que ya está en curso debido al tren. En vez de ello y para evitarse el trabajo y lavar su imagen, el gobierno mexicano contrató al ONU-Habitat, que no parece ver objeción ética en seguir colaborando de manera destacada y central –y muy promocional– en este megaproyecto violatorio de los acuerdos internacionales contra el etnocidio”, acusó Múuch’ Xíinbal.
Añadió que “en el colmo de la soberbia institucional, y a pesar de su evidente incompetencia temática y de visión”, ONU-Habitat también liderará el proceso de “reordenamiento” territorial donde tenga cabida el tren del gobierno mexicano y sus múltiples desarrollos urbanos, incluidos en los polos de desarrollo del megaproyecto.
“Es obvio, señor Secretario, que algo está fallando en el sistema ético de la ONU, pues en caso contrario no habría esta brecha tan ominosa entre el ‘ser’ y el ‘deber ser’ en el organismo internacional que Usted representa. Y ello nos está causando un daño irreversible y catastrófico al pueblo maya”, sentenciaron los defensores. Por ello, exigieron al organismo que deje de promover y participar en la imposición del Tren Maya y que haga un exhorto “claro e inequívoco” al gobierno mexicano para que detenga los trabajos del tren y se reponga todo el procedimiento, “empezando por la realización de una
genuina consulta indígena, bajo los estándares internacionales vigentes desde hace más de tres décadas en la comunidad de las Naciones Unidas”.
AUTOR: REDACCIÓN.
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