Lourdes Mendoza contó en El Financiero que el día 9 de octubre a las 19:38 horas una fuente la contactó vía WhatsApp para informarle que Emilio Lozoya, acompañado de otras cuatro personas, se encontraba comiendo en el lujoso restaurante a pesar de supuestamente contar con un brazalete electrónico.
La columnista Lourdes Mendoza narró cómo despreocupado y en plena fiesta Emilio Lozoya Austin, exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), quien es acusado de recibir 10.5 millones de dólares de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht para la campaña de Enrique Peña Nieto (2012-2018), comía y convivía con amigos en el lujoso restaurante Hunan, ubicado en las Lomas de la Ciudad de México.
Lourdes Mendoza contó en El Financiero que el día 9 de octubre a las 19:38 horas una fuente la contactó vía WhatsApp para informarle lo que estaba pasando en aquel restaurante: aún vinculado a proceso por el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita y supuestamente vigilado mediante un brazalete electrónico, Emilio Lozoya estaba comiendo el afamado pekin duck de la cocina cantonesa china.
“Salí del domicilio donde estaba, en Cofre de Perote, en las Lomas, y tomando Paseo de las Palmas me dirigí al restaurante. El corazón me latía a mil, temblaba. Vería por fin a mi verdugo, a quien por hacer mi trabajo ha machado mi nombre. Llegué minutos antes de las 20:00 horas, me puse mi tapabocas, recibí el boleto del valet parking y entré”, refirió Mendoza.
Lourdes Mendoza recordó que el pasado 10 de septiembre Emilio Lozoya dijo a un Juez del Tribunal Superior de Justicia que la Fiscalía General de la República (FGR) lo mantenía en arresto domiciliario, y que por ello no podía acudir a una “prueba confesional” en la demanda que le interpuso la columnista por daño moral.
“Pero que, por otro lado, un comensal del Hunan me dijese que tenía enfrente a quien, falsa y dolosamente me acusó de recibir una bolsa Chanel. Así pues, no podía quedarme con la duda y fui en persona a atestiguar lo que una fuente me decía por WhatsApp”, añadió.
En su texto “El pekin duck de Lozoya, cortesía de la FGR” publicado en el diario El Financiero, Lourdes Mendoza detalló que al llegar al restaurante ella les habría dicho a los meseros que buscaba a Lozoya cuando éstos le preguntaron si ya la esperaban en el lugar. “Sí, vengo con Lozoya-, respondí. Ella se fue a checar la lista, yo recorrí con la mirada el salón principal, entrando a mano izquierda y nada. Otra persona, ahora un hombre, me dijo: -¿a quién busca? -A Lozoya, pero no lo veo, seguro está en la terraza-, contesté y comencé a caminar”.
Lourdes Mendoza relató que, a recomendación de su abogada Jovita Coello, en ese momento tomó su celular para tomarle fotos a Lozoya. “Me recomendó que se viera la hora y la fecha para que sirvieran como pruebas”.
Al entrar a la terraza, Lourdes Mendoza se percató de que Emilio Lozoya “estaba en tremenda fiesta, departiendo, ligando y comiendo el afamado pekin duck de la cocina cantonesa china. Casi de inmediato lo reconocí, aunque estuviera de espaldas a la entrada, y sin perder el tiempo les tomé cuatro fotos”, dijo.
Con estas imágenes queda en evidencia el pacto de impunidad entre @EmilioLozoyaAus y la @FGRMexico Señala a gente inocente mientras el goza de la gran vida a la q está acostumbrado. El colmo del cinismo. Con fecha y hora para que no quepa duda alguna . pic.twitter.com/8wedAWNsYd
— Lourdes mendoza (@lumendoz) October 10, 2021
“Doris Beckmann se percata y grita, ¡ay no! Lozoya voltea, me ve y, mientras yo le digo: ‘Tienes brazalete, ¿no estás arraigado?’, él grita: ‘Camarero’ (¿Habrá creído que estaba en Madrid o en Málaga?) para que lo rescatara de las imágenes de mi celular”, contó en su texto.
Lourdes Mendoza mencionó que quienes acompañaban esa noche a Emilio Lozoya eran: Eduardo Molina, Lore Guerra Autrey, la “festejada”, y Doris Beckmann, hermana de Juan Domingo, cabeza de Tequila Cuervo. “Por cierto, ella es quien le daba la mano mientras a Lozoya sólo se le ocurría pedirle ayuda y esconderse tras el camarero. Penoso. Muy penoso incidente para el país al poner en evidencia la ausencia de una elemental procuración de justicia”, añadió.
La columnista aseveró que mientras Lozoya disfruta “de la buena vida” impune y sin que ninguna autoridad le haga algo, él ha destrozado la vida a muchos y quienes ya enfrentan un proceso penal como Ricardo Anaya, algunos ya en la cárcel como Jorge Luis Lavalle. Otros han tenido que dejar México, como Carlos Treviño. O como el señalamiento en contra de Mendoza por supuestamente haber recibido un bolso Chanel valuado entre cuatro mil y cinco mil dólares por hacer comentarios favorables del expresidente Enrique Peña Nieto.
“De paso quiso hacerme pasar como una ‘conquista’ de su archienemigo político, Luis Videgaray, al que también denunció. Mi pecado fue haber escrito de las frivolidades y la corrupción de Lozoya en Pemex. Y él se quiso vengar de todo aquel con quien tenía agravios. Luego de su falaz acusación perdí mi trabajo en Radiópolis y he venido demandando una disculpa pública de él en tribunales desde el 31 de agosto de 2020″, explicó.
AUTOR: REDACCIÓN.
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