El reloj de la sala de audiencias del Reclusorio Sur marcaba exactamente las 7 de la noche con nueve minutos cuando el juez Ganther Villar Ceballos pronunció su decisión: “Prevalece un alto o elevado riesgo de sustracción… no hay otra medida cautelar que garantice su presencia en la continuación del procedimiento como la prisión preventiva”.
Las palabras del juez sorprendieron a Rosario Robles quien, con el cabello lacio y teñido de negro, un cubrebocas de color rosa y una chamarra de color caqui –como exige el uniforme de las presas de Santa Martha– interrumpió las anotaciones que hacia en su cuaderno y volteó a ver a su abogado, Epigmenio Mendieta.
Y es que apenas unos segundos antes, el mismo juez había reconocido que buena parte de los argumentos con los cuales se le dejó presa desde 2019 ya estaban desvirtuados: no había mentido en su dirección, no había certeza de que ella había tramitado una licencia de conducir falsa como sostuvo la FGR, y no tenia riquezas ocultas. Ello sumado a que se había presentado voluntariamente a las audiencias.
Sin embargo, con un tono sereno y los brazos cruzados, Villar Ceballos le dijo a Robles que pese a todo era necesario que siguiera presa y que no era posible enviarla a un arraigo domiciliario o ponerle un brazalete. Ello, ya que “su conducta” frente al proceso no había sido la adecuada.
¿La razones según el juez? Que en aquella audiencia inicial de agosto de 2019, su entonces abogado había mentido en dos ocasiones: al asegurar que ella había viajado a un curso cuando en realidad se fue de vacaciones, y al sostener que no habían recibido un oficio de parte de la FGR que sí se les entregó. Y además, que Robles no había señalado dos departamentos en los que vivió en el pasado.
“Es un tema de conducta procesal, es lo que se asume y se dice frente al juez cuando se debate una medida cautelar y la confianza que debe existir… yo no dudo de donde vive o de su asiento familiar, pero sí de su conducta procesal”, dijo el juez.
Robles no lo podía creer. Sosteniendo las copias de tres resoluciones que jueces y magistrados le habían concedido confirmando que sus derechos se habían violado intentó tomar la palabra, pero Villar Ceballos no se lo permitió hasta que concluyera su exposición.
Fue hasta las 7 de la noche con 41 minutos cuando el juez terminó de justificar su resolución y le dio la palabra a la exjefa de Gobierno quien, con un tono contenido y por momentos entrecortado, dijo que no era justo que se le responsabilizara por dichos de un abogado que ya no la representaba, o por no haber sido precisa en los motivos de un viaje que hizo cuando no sabía siquiera que iba a ser citada.
“Pero yo me regresé cuando me citaron. Suspendí ese viaje y volví. Si yo me hubiera querido sustraer de la justicia me hubiera quedado en el extranjero (…) Pero parece que lo que está bien es ser prófugo. Lo que está bien es ser delincuente confeso. Lo que está bien es tener cuentas millonarias… Lo malo es que una no se apellide Lozoya” señaló la exfuncionaria.
Los fiscales de la FGR intentaron interrumpir a Robles tras las claras referencias a Emilio Lozoya, pero el juez no se los permitió. Les dijo que era derecho “de la señora” expresar lo que quisiera. Cuando la exfuncionaria concluyó el juez Villar Ceballos tomó por última vez la palabra para desmarcarse del hecho de que, hasta el día de hoy, el exdirector de Pemex siga libre:
“Yo no puedo responder por temas que no conozco. El tema de si hay otras personas en libertad no ha dependido de mí. Yo he tratado de ser congruente con mi actuación”.
Dichos, más importante que los hechos
Animal Político tuvo acceso a la grabación de la audiencia que se realizó el pasado 20 de octubre en el Reclusorio Sur, y en la que el juez Ganther Villar Ceballos decidió volver a extender la prisión preventiva en contra de Robles bajo el argumento de que prevalecía un elevado riesgo de fuga. Dicha audiencia se realizó a puerta cerrada debido a la contingencia por la pandemia sanitaria.
Como este medio ya había adelantado son tres los puntos en los cuales el juez sostuvo que prevalece el riesgo de fuga de la exfuncionaria: que en la audiencia inicial su entonces abogado defensor dijo que había salido de viaje a un foro en Costa Rica cuando en realidad se fue de vacaciones; que el mismo abogado dijo que no había recibido un documento de parte de la FGR que sí le entregaron; y que la exfuncionaria no había revelado en la primera audiencia que antes habitó otras viviendas.
A su vez, el juez reconoció que varias situaciones que inicialmente se argumentaron para dejar a la exfuncionaria presa ya no eran válidas. Por ejemplo, se estableció que realmente no había mentido en la dirección del sitio donde vivía, y que ella no había tramitado la licencia de conducir apócrifa que la FGR expuso como uno de los argumentos para dudar de sus intenciones.
En ese contexto el juez consideró que era necesario que se le continuaran aplicando medidas cautelares a la exfuncionaria para garantizar su presencia en el proceso. Y si bien dijo que una prisión domiciliaria o un brazalete también eran opciones idóneas para garantizar el resguardo, a su criterio lo único procedente era dejarla en prisión.
Sin abundar demasiado en por qué las otras opciones no serían factibles, el juez explicó que el problema de “conducta” de Robles frente al proceso, al incluso haber “ocultado” que había vivido en otras casas, lo había convencido de que la prisión preventiva era la única medida procedente para ella.
“Si bien el juzgado de amparo y el tribunal advirtieron que la prisión domiciliaria era una medida menos gravosa advierto que tal posibilidad no es viable en este momento porque el resguardo domiciliario es lo que le permitiría tener mas cercanía a su entorno familiar que, como ha dicho la propia imputada, son los que se encargan de sus gastos (…) pero fundamentalmente la falta de voluntad de someterse al proceso que surge de las conductas mostradas en audiencia es lo que me lleva a tomar esta determinación”, dijo el juez.
Villar Ceballos también recordó que los delitos que se le imputan a la exfuncionaria (ejercicio indebido del servicio público) ameritan penas de prisión y, aunque dijo que no se trataba de prejuzgar, señaló que ese también podría ser un aliciente para que trate de escapar.
Ustedes ya me juzgaron: Robles
“Cuando todas las opiniones eran de que no vayas, te van a detener. Escóndete, es una trampa. Yo dije: no tengo nada que temer. Yo creo en la justicia mexicana (…) Me parece increíble que usted me hable de una mala actitud procesal cuando yo me presenté voluntariamente”.
Con esas palabras la extitular de Sedesol y Sedatu respondió a la decisión del juez de dejarla presa. Durante casi media hora, en la parte final de la audiencia y ya con la decisión tomada, Robles ocupó el micrófono para expresar su rechazo a la decisión de mantenerla en prisión preventiva pese a que no se le ha probado delito alguno y a que, señaló, es “inocente”.
“Una sola cuenta o propiedad no me han encontrado a mi pero usted ya me juzgó. Porque ya dijo que como la pena de mi delito es tanto entonces eso es lo adecuado. Eso es lo que está bien en este país. Eso sí da derecho ni siquiera a arraigo domiciliario como todos pensábamos sino a poder ir a cenar al Hunan y todo lo demás”, dijo Robles en clara alusión a Lozoya quien hace unos días fue sorprendido en dicho restaurante.
La exfuncionaria argumentó, citando las sentencias de amparo a su favor, que nunca mintió en las audiencias y que no se le podía imputar a ella las imprecisiones en que hubieran incurrido sus abogados.
Pero además sostuvo que más allá de si viajó o no por vacaciones, o por asuntos familiares o laborales, eso lo hizo cuando no tenía un proceso abierto en su contra ni sabía que iba a ser citada a comparecer ante un juicio. En cambio, cuando se le informó que estaba siendo requerida para la audiencia inicial decidió volver de inmediato.
Robles también criticó que se use en su contra el apoyo que en su momento le dieron sus hermanos y su hija para costear sus gastos. Contrario a lo referido por el juez, dijo que actualmente ya no tiene recursos, que se ha gastado sus ahorros, y que costear una vida siendo prófuga le sería imposible. “No tengo ni para pagarle a mis abogados”, agregó.
En los últimos minutos de su intervención, y con un tono mas tranquilo, la exfuncionaria dijo que pese a que la cárcel ha deteriorado su salud está “fuerte” para continuar luchando por su libertad, y aprovechó para criticar la política de encarcelamiento de mujeres sin una sentencia y las condiciones en que se encuentran las reclusas en Santa Martha.
Recalcó, por ejemplo, que carecen de agua potable y que había internas esperando por una mastografía desde hace dos años. Son situaciones a las que se enfrentan internas mientras intentan defender, al mismo tiempo, su inocencia.
“México tiene esa deuda muy grande y más con las mujeres. Somos permanentemente criminalizadas. El sistema penitenciario no sirve. No hay ninguna justicia restaurativa. No hay un sistema propersona. Eso solo existe en la letra, pero no en la realidad y no hablo solo de mi persona. Es verdaderamente dramático el que no se analice por qué llegan muchas chicas aquí” dijo.
Juez de amparo revisa audiencia
El Juzgado Tercero de Distrito de Amparo en Materia Penal, Augusto Octavio Mejía Ojeda, quien concedió el amparo en favor de Rosario Robles —que luego fue ratificado por un tribunal— para que se revisara su medida cautelar, inició una revisión de la resolución adoptada por su colega Villar Ceballos en la audiencia del pasado 20 de octubre.
Lo anterior para determinar si se cumplió adecuadamente o no con lo que se había ordenado en los puntos resolutivos del amparo.
Por ese motivo y tras recibir la notificación de que la audiencia ya se había realizado, dicho juez requirió tanto a la defensa de la exfuncionaria, así como a la Auditoría Superior de la Federación (ASF) –en su calidad de víctima en el proceso abierto contra Robles– expresar sus posicionamientos.
En caso de que Mejía Ojeda determine que se cumplió adecuadamente su resolución dará por cerrado el asunto. Si no es así, podría resolver que vuelva realizarse la audiencia, algo que fuentes ligadas al caso consideraron poco probable.
Con independencia de esto la defensa de la exfuncionaria anunció previamente que tramitarán un nuevo juicio de amparo en el que insistirán que la prisión preventiva impuesta a la exfuncionaria viola sus derechos humanos.
AUTOR: ARTURO ANGEL.
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