Valeria, de 11 años de edad, fue raptada en un transporte público en julio del 2017 y su cuerpo localizado un día después; Lupita, de 4 años, desapareció el 18 de marzo del mismo año y su cuerpo arrojado al Bordo Xochiaca; los restos de Fátima, de 7 años, fueron localizados un día después de su desaparición en una bolsa de plástico en Tláhuac, en febrero de 2020, y Renata, de 13 años, fue localizada sin vida en su domicilio de Ixtapaluca, encintada y sin vida.
De acuerdo a Luz María Estrada, del Observatorio Ciudadano del Feminicidio en México (ONFM), los relatos de niñas asesinadas, desaparecidas y violentadas sexualmente en nuestro país son interminables, como resultado de las diversas formas de la violencia feminicida que se presentan en México y que en este caso van en aumento.
Al participar en un “conversatorio” con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, Estrada refirió que la violencia feminicida infantil, no solo va en aumento, sino que se oculta detrás de casos procesados como parricidios o infanticidios, lo que agrava aún más la situación y violación de Derechos de las Niñas y Adolescentes victimadas.
Refirió que esto ocurre en parte porque no existe un “tipo penal” homologado de la figura de feminicidio en infantes, de tal forma que cuando se cometa el feminicidio de una niña o adolescente, este hecho constituya una agravante, pero no es así.
También advirtió que se comienzan a delinear patrones en el caso de la violencia feminicida infantil, ahora con violencia sexual incluida, casi siempre.
El rapto y desaparición de niñas y adolescentes en el transporte público, por ejemplo, cuyos cuerpos son posteriormente encontrados sin vida y la violencia en los hogares o en el contexto comunitario.
“En el caso de las menores de 12 años, el agresor puede ser alguien cercano a ellas y es común que éstas sufran abuso físico y sexual antes de ser asesinadas”, señaló mientras que en el caso de las adolescentes, el agresor suele ser la pareja, o son asesinadas en contextos de violencia criminal, como el relacionado con el crimen organizado con fines de trata de mujeres.
La fundadora del Observatorio Nacional del Feminicidio indicó que también persiste una alta impunidad al no ser juzgados estos crímenes como feminicidios, sino que los jueces buscan otras figuras penales, como el parricidio o el infanticidio, encubriendo así los feminicidios infantiles que van en aumento.
“Esto debido a que existe una mala concepción por parte de las autoridades investigadoras de que la edad excluye el factor de género, sin que exista ningún tipo de interseccionalidad entre ambos”, dijo.
Agregó que lo anterior provoca “investigaciones negligentes, deficientes y con resultado de impunidad”.
Por su parte, Esmeralda Arosemena, relatora de los Derechos de la Niñez de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y relatora para México, coincidió con un aumento en el número de feminicidios de niñas y adolescentes, así como de desapariciones, sin que estos delitos se estén procesando adecuadamente con perspectiva de género, debido a que “se separa el género de la edad” de las víctimas.
Refirió que, en México, el concepto de “niña” está todavía “invisibilizado para el tema del feminicidio”, ya que este tipo penal se construyó alrededor del concepto de “mujer”.
Adicionalmente, dijo, se tienen reportes de un aumento en las desapariciones de menores de 12 a 17 años, esto aunado a contextos de pobreza, discriminación y desigualdad de las mujeres en México y la región, lo que abona a que la violencia feminicida infantil, “este normalizada”.
Aumento de cifras
Por su parte, Silvia Chica, presidenta del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD), refirió un aumento del 26% entre 2018 a la fecha, en las “muertes violentas” de niñas y adolescentes en México y un 16% al menos en las desapariciones de niños, niñas y adolescentes, de los cuales, el 55% de las víctimas de desaparición, son menores del sexo femenino.
También explicó que este incremento tanto de muertes violentas de niñas (y adolescentes) como de desapariciones, se observa desde el 2014. Y que los temas de protección a las mujeres desde el sistema de justicia mexicano se observan “diversas falencias”, como el que no se facilita la denuncia de las niñas, no se les considera “sujetas de derecho” y persiste “un inadecuado e insuficiente abordaje” de los casos, pese a la Sentencia del Campo Algodonero y del fallo sobre el caso Mariana Lima, ambos emblemáticos en México.
Chica informó que de acuerdo al Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública (SENSP), en 2020 se reportaron 946 feminicidios y a la fecha, este año, se registran 809, con lo cual es probable que la cifra aumente nuevamente.
Cristel Yunuen Poza Serrano, procuradora de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (PPNNA) de Edomex, admitió que prevalecen resistencias en “operativos judiciales” para dar un trato diferenciado a las niñas y adolescentes cuando son víctimas de delitos, ya que estos funcionarios no han logrado interiorizar estos conceptos de los Derechos de este sector.
Cabe destacar que de acuerdo a cifras del SENSP, en México un total de cuatro mil 5039 mujeres fueron víctimas de feminicidio entre 2017 y octubre de 2021 y solo entre 2019 y 2020, la disminución fue de un caso únicamente.
Estas son las cifras: 2017, 742 feminicidios; 2018, 895 casos; 2019, 947 casos; 2020, un total de 946 feminicidios, y de enero a octubre de este año, ya suman 809.
AUTOR: MA. TERESA MONTAÑO.
FECHA: 25 NOVIEMBRE 2021.
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